El Ejército de EEUU busca dotar a sus soldados con un uniforme de combate resistente al fuego, que no necesite de un tratamiento superficial para ello.
Resistente al fuego, Respirable, Repelente de la humedad. Estas palabras no suelen venir a la mente cuando se piensa en la lana, pero los investigadores esperan que una tela mezcla con una base de lana consiga hacer realidad esas tres propiedades y que mejorare los uniformes de combate para las tropas.
El tejido estará compuesto de un mix de lana (50%), Nomex (42%), Kevlar (5%) y P140 antiestático (3%), mezcla que sin ningún aditivo proporciona protección contra las llamas.
La investigación se lleva a cabo en NATICK, en el Centro de Investigación, Desarrollo e Ingeniería del Soldado, que ha patentado el desarrollo.
Esta evolución del uniforme está motivada por uso de IEDs en el campo de batalla. Las quemaduras que ocasionan las explosiones movieron al Ejército a buscar telas que no solo sean resistentes al fuego, también que no se derritan ni goteen como ocurre con las fibras sintéticas. Cuando se usa la lana no ocurren esos efectos, algo que ya se sabía antes de que aparecieran en el mercado las fibras sintéticas. Además, a la lana se la da un tratamiento que evita el encogimiento.
Se están usando lanas de una raza de oveja nacional, la Rambouillet, cuyas fibras son de la mayor calidad, fina y suave, al parecer gracias a una dieta alimenticia especial. Pero la principal razón es que la Enmienda Berry impide que el Departamento de Defensa utilice fondos para textiles producidos fuera de los Estados Unidos.
El prototipo de los uniformes de combate se probó durante el ejercicio combinado Resolver VII en Alemania del 26 de agosto al 7 de septiembre del año 2015. Cerca de 100 soldados usaron los uniformes, y aunque el ejercicio tuvo lugar en, verano, los soldados encontraron el material ligero, transpirable y cómodo.
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