Con los malos resultados de las fuerzas rusas en Ucrania, no es de extrañar que su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, hablara recientemente de que Moscú estaría «dispuesto» a negociar el fin de la guerra. Lavrov indicó que Rusia tiene dos condiciones para un acuerdo, sin embargo, también dejó claro que espera obtener de las negociaciones con Occidente lo que no puede ganar en el campo de batalla de Ucrania.
Como informa Newsweek, una de las condiciones de Lavrov para negociar es que Occidente «tenga plenamente en cuenta los intereses de la Federación Rusa y su seguridad». Otra es que Occidente tendría que «ofrecernos algunos enfoques serios que ayuden a rebajar las tensiones». La primera de estas dos condiciones equivale a una exigencia rusa de que Occidente (especialmente Estados Unidos) acepte al menos algunas de las reivindicaciones territoriales de Moscú en Ucrania, así como que Ucrania no entre en la OTAN. La segunda condición parece ser una exigencia de que Estados Unidos y otros gobiernos occidentales presenten un mecanismo para imponer la aceptación ucraniana de cualquier acuerdo entre Rusia y Occidente que ponga fin al conflicto.
Como es lógico, ni Estados Unidos ni el gobierno ucraniano están dispuestos a aceptar esta oferta de Lavrov. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, ha expuesto anteriormente sus propias condiciones para negociar un acuerdo, entre las que se incluyen el castigo a Rusia mediante nuevas sanciones, el fin de su papel como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) y garantías internacionales de seguridad para Ucrania. Ni que decir tiene que es poco probable que el Presidente ruso Vladimir Putin acepte ninguna de estas condiciones.
Es evidente que Rusia y Ucrania siguen estando muy alejadas en cuanto a las condiciones que serían mutuamente aceptables para poner fin a su guerra. Además, el gobierno de Biden ha dejado claro que cualquier acuerdo tiene que ser aceptable para el gobierno ucraniano; Estados Unidos no ayudará a Moscú insistiendo para que Kiev acepte unas condiciones que de otro modo no aceptaría.
¿Qué condiciones realistas podrían alcanzarse para poner fin al conflicto? Por muy desagradable que sea para todos los implicados, si ninguna de las partes puede derrotar a la otra, sólo se podrá llegar a un acuerdo negociado si ambas hacen alguna concesión.
En mi opinión, el Occidente colectivo debería ofrecer lo siguiente.
A cambio de una retirada rusa de todo el territorio ucraniano ocupado desde el 24 de febrero de 2022 y del cese de sus operaciones militares contra Ucrania, Occidente anulará todas las sanciones económicas que impuso a Rusia desde esa fecha. Ucrania se beneficiará claramente de ello y Rusia podrá reanudar las exportaciones de petróleo a los países occidentales dispuestos a comprar sus suministros energéticos.
A cambio de una retirada rusa de todo el territorio ucraniano ocupado entre 2014 y el 23 de febrero de 2022 (Crimea y las provincias orientales de Donetsk y Luhansk), Occidente rescindirá todas las sanciones económicas que impuso a Rusia por estas ocupaciones anteriores. (Aunque en el improbable caso de que Putin aceptara volver al statu quo anterior a la invasión de 2022, no es probable que acepte volver al anterior a 2014. Pero un futuro gobierno ruso podría hacerlo).
Para que Ucrania acepte no buscar el ingreso en la OTAN, como ha insistido Rusia, Moscú tendrá que hacer algunas concesiones tranquilizadoras para persuadir a Kiev de que no lo haga. Estas podrían incluir:
- la retirada de las fuerzas rusas a 250 kilómetros de la frontera ruso-ucraniana;
- la retirada de todas las fuerzas rusas de Bielorrusia;
- la retirada de todas las fuerzas rusas de Transnistria (la región separatista de Moldavia apoyada por Rusia al oeste de Ucrania)
- el fin del bloqueo naval ruso de los puertos ucranianos y del comercio que transita por ellos.
También hay que estipular que Ucrania no buscará el ingreso en la OTAN mientras la propia Rusia no lo haga. Aunque es improbable que Moscú busque la adhesión a la OTAN mientras Putin siga en el poder, un gobierno posterior a Putin, temeroso de una China cada vez más poderosa, podría intentar hacerlo.
Moscú no entregará voluntariamente para su juicio a los miembros de sus fuerzas armadas o corporaciones militares privadas que cometieron atrocidades y violaciones de los derechos humanos en Ucrania. Sin embargo, Ucrania y otros gobiernos occidentales pueden celebrar juicios en ausencia por estos crímenes, muchos de los cuales han sido grabados con cámaras de teléfonos móviles que podrían identificar a los autores. Al menos, estos juicios harán que los criminales de guerra identificados no puedan viajar fuera de Rusia sin arriesgarse a ser detenidos.
Muchos en Occidente, y especialmente en Ucrania, se opondrán. Del mismo modo, Putin y sus compinches se resistirán a renunciar a todas sus ganancias territoriales obtenidas a un enorme coste. En la actualidad, ambos pueden preferir seguir luchando en lugar de hacer cualquier concesión al otro. Pero si esto sólo conduce a un estancamiento, entonces en algún momento ambas partes podrían llegar a considerar conveniente, aunque desagradable, un acuerdo de compromiso como el que aquí se esboza. Cuando lo hagan, los diplomáticos estadounidenses y occidentales deberían ayudarles a conseguirlo.
Fte. The National Interest (Mark N. Katz)
Mark N. Katz es profesor de gobierno y política en la George Mason University Schar School of Policy and Government, y miembro senior no residente del Atlantic Council.