Un nuevo tipo de dron eléctrico de ala fija logró la semana pasada un récord mundial de permanencia en el aire dentro de la categoría de drones del grupo 2 totalmente eléctrico.
El vuelo muestra cómo podría ser el apoyo en combate de los drones eléctricos, ya que el Departamento de Defensa trabaja para conectar más hardware en condiciones cada vez más difíciles.
El dron de 16 pies de envergadura, apodado K1000ULE Rev-P, de Kraus Hamdani Aerospace, o KHA, completó la semana pasada un vuelo de 26 horas sin interrupción y con empuje continuo, mientras llevaba una carga útil de vídeo en movimiento y radios milspec. Se trata de un récord mundial para un dron eléctrico de su categoría de tamaño y peso. La afirmación, verificada por los registros de vuelo, fue observada de forma independiente por Mari Kooi, de la asesoría tecnológica Gothams, que no tiene ninguna participación financiera en KHA.
Según Fatema Hamdani, una de las fundadoras de KHA, la empresa tiene previsto participar en el próximo ejercicio del US Army Project Convergence, previsto para este verano.
Los drones comparables tienen una resistencia mucho menor, entre 5 y 8 horas aproximadamente. Pero el K1000ULE está diseñado para permanecer en el aire mucho más tiempo y volar a alturas mucho mayores, hasta 6.000 metros sobre el nivel del mar, dijo Hamdani. Gracias a un diseño especial de las alas, compuesto por múltiples perfiles aerodinámicos, y a un eficaz sistema de propulsión, la aeronave puede alcanzar mayores altitudes que otros drones de su tipo.
Otros drones mucho más grandes, como los de la NASA, que vuelan a altitudes mucho mayores, donde la densidad del aire es menor, pueden permanecer más tiempo en el aire. Pero en el caso de los drones más pequeños, que son más difíciles de captar por los radares, mantenerse en el aire durante mucho tiempo a 6.000 metros de altura consume mucha energía, de ahí su menor autonomía.
La aeronave también puede volar aprovechando las corrientes de aire ascendentes, llamadas térmicas, al igual que los pájaros. La aviónica y los sensores de a bordo del dron miden constantemente los cambios en el entorno y los niveles de energía y deciden qué fuente de energía es la mejor en esas condiciones. Según Hamdani, si las circunstancias ambientales son las adecuadas, el dron puede permanecer en el aire durante unas 340 horas de forma totalmente autónoma. Calcula que, en un vuelo normal, el empuje sólo es necesario un 20% del tiempo.
No usaron su tecnología durante las 26 horas de vuelo, sino que lo realizaron con empuje continuo.
Un dron totalmente eléctrico con esa resistencia podría tener grandes efectos en el campo de batalla, no sólo recogiendo datos de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, sino también sirviendo potencialmente como enlace de comunicación en el campo de batalla. Podría servir como una especie de torre de telefonía móvil en el cielo, como enlace entre los satélites en órbita terrestre baja y las fuerzas terrestres, o como un activo de guerra electrónica para bloquear o interrumpir las comunicaciones del adversario.
El avance se produce en un momento en el que las Fuerzas Armadas de EE.UU., y el Ejército en particular, se esfuerzan por conectar un conjunto cada vez más amplio de armas, vehículos y objetos en el campo de batalla, lo que forma parte de una visión global para transformar y acelerar las operaciones denominada Joint All-Domain Command and Control, o JADC2.
Las Fuerzas Armadas también están tratando de ampliar su alcance en las vastas distancias del Océano Pacífico, y hacerlo con pistas de aterrizaje reducidas, mientras se preparan para contrarrestar a China.
Fte. Defense One