La UE ya ha publicado el nuevo Reglamento de Inteligencia Artificial en el Diario Oficial de la Unión Europea y la OTAN ha publicado esta misma semana una nueva estrategia revisada de IA.
Este viernes 12 de julio ha salido publicado en el Diario Oficial de la UE (DOUE) el nuevo Reglamento de Inteligencia Artificial (IA) a nivel europeo. Y esta misma semana, la OTAN ha publicado una estrategia revisada de IA.
Los dos organismos destacan, en sendos comunicados, la necesidad de dar pasos hacia adelante para regular el uso de esta nueva tecnología, que conlleva una serie de amenazas para la seguridad mundial y nuevos desafíos a los que, tanto la UE como la OTAN, pretenden hacer frente con estas nuevas normativas.
En el caso de la Unión Europea, con la publicación del nuevo Reglamento, que no entrará completamente en vigor hasta el 2 de agosto de 2027, se pretende «proporcionar a los desarrolladores e implementadores de IA requisitos y obligaciones claros con respecto a los usos específicos de esta tecnología».
Y, en el caso de la OTAN, el texto revisado sobre Inteligencia Artificial tiene como objetivo «acelerar el uso de las tecnologías de IA» dentro de la organización, pero «de forma segura y responsable».
Nuevo Reglamento de IA a nivel europeo
A partir de su publicación en el DOUE, hay que tener en cuenta que hay apartados específicos de la nueva normativa que entrarán en vigor a los 20 días de su publicación. Otros, serán de aplicación en diferentes fases. Pero el 2 de agosto de 2027, el Reglamento en su totalidad será obligatorio y directamente aplicable en cada estado miembro.
En el Reglamento se han definido sistemas de IA identificados como de alto riesgo, que incluyen la tecnología de IA utilizada en infraestructuras críticas, componentes de seguridad de los productos, servicios públicos y privados esenciales, o en la gestión de la migración, el asilo y el control fronterizo.
Los sistemas de identificación biométrica, sujetos a requisitos estrictos
En esos casos identificados como de alto riesgo, los sistemas de IA estarán sujetos a «obligaciones estrictas antes de que puedan comercializarse». En lo que afecta al sector de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y empresas que desarrollan sistemas de IA en este ámbito, la ley recoge que «todos los sistemas de identificación biométrica remota se consideran de alto riesgo y están sujetos a requisitos estrictos».
Es más, la nueva normativa indica que «el uso de la identificación biométrica remota en espacios de acceso público con fines policiales está, en principio, prohibido», aunque hay excepciones. Es decir, se podrán emplear, por ejemplo, «para buscar a un niño desaparecido, prevenir una amenaza terrorista específica e inminente o detectar, localizar, identificar o enjuiciar a un autor o sospechoso de un delito grave».
(El Radar ya publicó una noticia en el mes de marzo sobre las repercusiones de la IA para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad).
Estrategia revisada de la OTAN en materia de Inteligencia Artificial
La OTAN, por su parte, y coincidiendo con la Cumbre de Washington, ha revisado su Estrategia de Inteligencia Artificial, que databa de octubre de 2021. En ella, se identifican diferentes prioridades, entre ellas las siguientes:
- Avanzar en la aplicación de los Principios de Uso Responsable de la OTAN.
- Aumentar la interoperabilidad entre los sistemas de IA en toda la Alianza.
- La combinación de la IA con otras tecnologías disruptivas emergentes.
- Y la expansión del ecosistema de IA de la OTAN a través de una cooperación más estrecha con la industria y el mundo académico aliados, el Acelerador de Innovación en Defensa de la OTAN (DIANA), el Fondo de Innovación de la OTAN y socios afines.
«Por primera vez -según informan desde la OTAN-, la estrategia también identifica la desinformación facilitada por la IA, las operaciones de información y la violencia de género como cuestiones que preocupan a la Alianza, a nuestras sociedades y a nuestras democracias».
Cooperación OTAN-industria
También se afirma desde la organización que «la cooperación con la industria, el mundo académico y las organizaciones de investigación aliadas ayudará a la OTAN a identificar e integrar la IA en las capacidades» de los países miembros.
Y, además, se pretende esa colaboración público-privada «para promover los intereses estratégicos de la OTAN y los aliados, proteger la propiedad intelectual, mitigar el riesgo de que la tecnología aliada sea explotada por adversarios potenciales y competidores estratégicos, y ayudar a los aliados a salvaguardar el acceso a componentes vitales», concluyen desde la organización.