Los ucranianos están ansiosos por mostrar su UAV de largo alcance mientras que la incertidumbre rodea al programa Altius de Rusia.
Ucrania y Rusia están involucrados en algo más que un conflicto bélico prolongado; también están compitiendo para desplegar robots aéreos y terrestres de próxima generación. Mientras que Rusia tiene mucho más dinero y más expertos técnicos para enfrentar el problema, los acontecimientos recientes sugieren que Ucrania está cerrando la brecha existente entre ambos.
Recientemente, la compañía aeroespacial ucraniana Antonov presentó un concepto, para lo que sería el primer vehículo aéreo no tripulado de largo alcance del país, con misiones de vigilancia y ataque. El avión teledirigido tendría una envergadura de más de 70 pies, podría volar hasta 40.000 pies de altura y podría transportar hasta 1.300 libras.
«El sistema no tripulado incorpora nueve pods bajo las alas, para el transporte de armas. Cada pod puede llevar misiles aire-tierra u otras armas de precisión», informa el sitio ucraniano de observación de armas Defence Blog.
Sam Bendett, investigador de la Corporación CNA y becario de Estudios sobre Rusia en el Consejo de Política Exterior de Estados Unidos, dijo que aunque los ucranianos han estado probando una variedad de aviones no tripulados pequeños, incluidos armados, pero «lo que faltaba en sus planes» era un vehículo aéreo no tripulado de largo alcance de inteligencia, vigilancia y ataque. «El diseño de Antonov responde a esta necesidad, pero sigue siendo un concepto. Tomaría un tiempo para que este proyecto llegara a buen término».
Bendett dijo que los fabricantes ucranianos de aviones teledirigidos están exhibiendo sus productos en más ferias internacionales que sus homólogos rusos. Esto demuestra que «son optimistas con sus productos en un momento en el que existe una creciente necesidad de numerosos modelos de vehículos aéreos no tripulados en los ejércitos y organizaciones de seguridad de todo el mundo».
Mientras tanto, es probable que la Oficina de Diseño Simonov de Rusia haya abandonado el desarrollo del avión teledirigido de gran altitud Altius. El director de la oficina fue arrestado en abril bajo sospecha de fraude; más recientemente, funcionarios del Ministerio de Defensa del país le dijeron a Business Online que estaban muy preocupados por los excesos de costos y por la tecnología que cumplía con las expectativas prometidas y los excesos de costos.
Aunque aún no se ha tomado la decisión definitiva, es probable que el Ejército ruso transfiera el proyecto al contratista de defensa UZGA, que ya fabrica una versión rusa del avión teledirigido Searcher II diseñado por Israel.
«El paso, relativamente sin precedentes de retirar un proyecto de esta escala y magnitud, muestra lo preocupado que está el Ministerio de Defensa de Rusia con los resultados reales, dado que varias oficinas de diseño rusas también están trabajando en ISR de largo alcance y luchando contra los UAV, compitiendo por los mismos de fondos que recientemente financiaron el proyecto Altius», dijo Bendett.
Incluso si el proyecto Altius fracasa, las oficinas de diseño de los cazas Sukhoi y MiG también están trabajando en aviones teledirigidos armados de gran autonomía. Estos se unen al prototipo Orion-A, ya existente, de Kronshtadt Technologies.
En conjunto, la tendencia apunta a la ventaja de Rusia está peligro. Pero, dice Bendett, todo eso podría cambiar rápidamente; el Ministerio de Defensa ucraniano y los contratistas tienen las mismas probabilidades de sufrir trastornos, contratiempos y corrupción que sus homólogos rusos.
Cuando el proyecto ucraniano de gran altitud se compara a estos desarrollos rusos, se confía poco más en que Antonov logre producir un prototipo que funcione», dijo Bendett. Pero, al igual que con los diseños rusos, mucho dependerá de si el Ministerio de Defensa ucraniano dispone de los fondos y la gestión adecuada para completar y luego adquirir este vehículo aéreo no tripulado, teniendo en cuenta el número de cuestiones que el Ministerio de Defensa ya está tratando», es decir, una guerra con un vecino hostil e invasor.
Sin embargo, Bendett reconoce que los ucranianos han estado impactando en la conferencia, mientras que los rusos, últimamente, han sido más tímidos. «Queda por ver si esa actividad puede traducirse en contratos y financiación para los productos terminados», dice.
Fte. Defense One