Túnez ha hecho un pedido de vehículos aéreos no tripulados (UAV) Anka-S a la industria aeroespacial turca (TAI), que constituye el primer pedido de exportación realizado a la empresa para este tipo de vehículos.
El año pasado, Turkish Aerospace Industries y Baykar Makina se presentaron a una licitación para suministrar al Ejército tunecino vehículos aéreos no tripulados. En diciembre de 2019 se informó de que TAI terminó siendo el único candidato para el contrato de vehículos aéreos no tripulados armados, con negociaciones en curso.
En enero se cerró un acuerdo para la adquisición de seis aeronaves Anka-S, tras la visita del Presidente turco Recep Erdogan en diciembre. El trato abarca al parecer tres sistemas que comprenden dos aviones cada uno y un puesto de control en tierra por un valor de unos 80 millones de dólares.
Al parecer, la TAI está estudiando la posibilidad de ensamblar los aviones en Túnez a través de una empresa local.
Los vehículos aéreos no tripulados turcos han sido probados en combate y recientemente han estado muy activos en Siria y Libia, destruyendo cientos de objetivos en las últimas semanas en Siria. Las empresas turcas han estado presionando para exportar UAVs, con Baykar vendiendo Bayraktar TB-2 a Ucrania y Qatar.
El Anka-A voló por primera vez en 2010 y entró en servicio en el ejército turco en 2014. El Anka-S mejorado entró en servicio en 2017. Su carga útil es de 200 kg y puede transportar ocho cohetes Cirit de 70 mm o cuatro misiles guiados MAM-L.
El Anka-S puede ser equipado con una variedad de cargas útiles, incluyendo el radar Aselsan SARPER, el Star Safire 380-HDL de infrarrojos de visión frontal y el enlace de comunicaciones por satélite.
La autonomía es de 24 horas, con una altitud máxima de 9.000 metros. La aeronave está propulsada por un motor diesel que acciona una hélice de tres palas, lo que le permite alcanzar una velocidad de crucero de alrededor de 200 km/h.
Fte. UAS Vision
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