Un grupo de ingenieros biomédicos está siendo pionero en una nueva técnica para el tratamiento de miembros lesionados, que podría reducir las amputaciones causadas por heridas en el campo de batalla.
La técnica ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad de Strathclyde, Glasgow y financiada por el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de la Defensa (Dstl) a través del Defence and Security Accelerator del Ministerio de Defensa.
Creado en respuesta a las experiencias de Irak y Afganistán, donde los artefactos explosivos improvisados causaron tantas lesiones traumáticas, el enfoque en tres etapas es una nueva técnica que une un kit para ser utilizado en el campo, con soluciones altamente especializadas una vez que el paciente es evacuado a un hospital.
Al producirse la lesión, se coloca un novedoso torniquete en la extremidad, que aplica presión en diferentes puntos, reduciéndola a áreas específicas. Un «calcetín» de refrigeración se pone alrededor del tejido, para evitar que éste se dañe aún más, hasta que la víctima pueda ser evacuada a un centro hospitalario, donde la extremidad se coloca dentro de una «caja» protectora que la sostiene, mientras los médicos intentan repararla. La caja tiene aire especialmente descontaminado para reducir la infección y suministra sangre continuamente a la zona afectada.
Con un peso de sólo cinco kilogramos, la tecnología está especialmente diseñada para su uso en operaciones por médicos de campaña. El sistema también podría utilizarse en un entorno no militar, por ejemplo, en casos de desastres naturales o en lugares remotos.
Tras el éxito de las pruebas, el sistema estará disponible comercialmente, por lo que algún día podría formar parte del botiquín de cada unidad de primera línea.
El Dr. Neal Smith, Asesor de Capacidades, Ciencias Médicas, de Dstl, dijo: Aunque esta técnica puede no ser la adecuada para todas las lesiones, se trata de una innovación muy importante, que podría salvar las extremidades de muchos afectados.
El Profesor Terry Gourlay, Jefe del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Strathclyde, dijo: Hemos examinado cada paso del recorrido que realiza un soldado herido después de sufrir una lesión, para asegurarnos de que nuestra solución se ha diseñado específicamente para ellos. El sistema que hemos desarrollado es esencialmente un sistema de soporte vital para la extremidad, que da a los médicos un tiempo precioso para tratar de reparar los daños y al mismo tiempo garantizar la seguridad del paciente.
El equipo del profesor Gourlay también fue pionero en la técnica de recuperación de sangre conocida como HemoSep, que permite que la sangre perdida en la cirugía sea transfundida directamente al paciente, reduciendo la necesidad de donar sangre. Una versión militar del proyecto HemoSep también fue financiada por Dstl.
Fte. Gov. Uk