¿Qué supondría para la capacidad de proyección y ataque de los portaaviones, que sus cazas pudieran duplicar la distancia a la que pueden atacar a los objetivos enemigos? ¿Podría tal perspectiva ampliar sustancialmente la envolvente de las operaciones de ataque ofensivo, al tiempo que permitiría a los propios operadores operar a distancias más seguras?
Quizás entonces se puedan destruir objetivos enemigos a 1.000 millas de distancia por aviones de caza que operen con un radio de combate enormemente ampliado. ¿No sería esto de crucial importancia en un mundo de amenazas de misiles y aeronaves de alta tecnología en rápida evolución, por parte de adversarios potenciales?
Tal vez de igual o mayor relevancia, ¿qué pasaría si el avión tanquero fuera un dron, capaz de operar desde ubicaciones avanzadas de alto riesgo, en apoyo de aviones de combate, y todo esto sin necesidad de situar un avión cisterna tripulado al alcance del fuego enemigo?
Si bien en un examen inicial, algunas de estas preguntas pueden parecer retóricas o completamente obvias, están en el centro de un esfuerzo de la Armada muy crítico, con el que se pretende diseñar un nuevo tanquero, que pueda lanzarse desde un portaviones a principios o mediados de los años 2020. El avión sería no tripulado y podría ser la respuesta a la necesidad de doblar el alcance de ataque de los F / A-18 o F-35C.
Con este objetivo en mente, la Armada ha emitido recientemente un borrador de Request For Proposal a la industria por ideas para el diseño, tecnologías y una gama completa de ofertas potenciales o soluciones que puedan cumplir con los criterios antes mencionados.
El concepto del llamado MQ-25 Stingray, es fortalecer a las Carrier Air Wing con un tanquero no tripulado a prueba de hackeo, capaz de ampliar de forma extraordinaria el alcance de los aviones a bordo.
«El MQ-25 es el siguiente paso en la integración de aviones no tripulados en el grupo de ataque de la Armada. La misión principal será disponer de sólida capacidad orgánica de abastecimiento de combustible, en beneficio de los aviones de combate de la Armada.
Un borrador de solicitud de propuesta solicitará inputs a los desarrolladores de la industria sobre alcance, forma, velocidad, rendimiento, aviónica y subcomponentes, como parte de un análisis más amplio para encontrar una síntesis entre los requisitos previstos para el avión y lo que es técnicamente posible en el marco del plazo deseado. La Armada analizará posteriormente estos inputs para preparar una Request For Proposal formal para iniciar la competencia entre la industria.
La Armada inicialmente adjudicó cuatro acuerdos de desarrollo para el MQ-25, antes de este borrador de propuesta a Boeing, Lockheed Martin, General Atomics y Northrop Grumman.
El proceso hasta ahora se ha orientado hacia los trabajos de análisis técnico y de misiones del MQ-25A Stingray, que abarcan las capacidades del vehículo aéreo, idoneidad e integración en los portaviones, sistemas de misiones y software, incluida la ciberseguridad.
Fte.: Scout Warrior