Gran Bretaña lleva varios años de retraso con sus nuevos SSBN de la clase Dreadnought (submarinos nucleares de misiles balísticos). Pero también lo está Estados Unidos con sus doce nuevos SSBN de la clase Columbia, con sólo uno en construcción desde 2016 y otro encargado en 2020. El primero de los antiguos SSBN de la clase Ohio se retirará en 2029 y no se espera que el primer Columbia entre en servicio hasta dos o tres años después.
Los Ohio se construyeron para durar 30 años, pero se encontró la forma de ampliarlos a 42 años. Ahora se ha descubierto, examinando cuidadosamente todos los componentes de los numerosos SSN de Los Ángeles que se jubilan, cuáles son los que más necesitan ser sustituidos cuando una central nuclear llega a su fecha prevista de jubilación.
Algunos de los SSBN más antiguos pueden mantenerse en servicio con seguridad durante más tiempo, sustituyendo los componentes según sea necesario para mantener la fuerza actual de 18 SSBN de Ohio. Teniendo en cuenta los continuos «retrasos inesperados» de los Columbias, hay que mantener los Ohio o arreglárselas con menos. Cualquiera de las dos opciones es ahora posible y ese tipo de decisión depende más de la política que de otra cosa.
Gran Bretaña se encuentra en una situación diferente porque mantiene una fuerza de sólo cuatro SSBN. Los nuevos barcos de la clase Dreadnought, de 17.000 toneladas, serán más grandes, más silenciosos y tendrán una vida útil más larga. Todo lo que la Royal Navy dirá sobre lo «más silencioso» es que el aumento del tamaño del nuevo SSBN está relacionado con eso.
La nueva tecnología de silenciamiento incluye un revestimiento anecoico mejorado para reducir el sonido del casco, así como un diseño de doble casco que reduce aún más el sonido detectable desde el interior del submarino. También lleva nuevos timones y tecnología de propulsión. Los submarinos nucleares británicos, especialmente los SSBN, han sido de los más silenciosos de la historia, y parece que eso seguirá siendo así. Los Dreadnoughts tienen 153,6 metros de eslora y llevan doce misiles balísticos lanzados desde el mar (Trident II SLBM) y su tripulación es 130 personas.
Los cuatro SSBN Vanguard actuales tienen 150 metros de eslora, desplazan 14.000 toneladas, su tripulación es 135 y entraron en servicio en la década de 1990. Llevan 16 misiles Trident II. Los cuatro nuevos SSBN de la clase Dreadnought entrarán en servicio en 2030 y sustituirán a los viejos Vanguard.
Unicamente hay cuatro SSBN británicos en servicio porque es el número mínimo para garantizar que uno esté siempre en el mar, listo para lanzar sus SLBM. Los retrasos iniciales en la construcción de los Dreadnoughts fueron principalmente políticos. Costaron (ajustados a la inflación) tres veces más que los Vanguard. Ese coste no era inusual porque cada uno de los cuatro Dreadnaughts costaba unos 10.000 millones de dólares, frente a los 9.000 millones de dólares de los doce nuevos Columbias. Estos nuevos SSBN estadounidenses son barcos de 20.000 toneladas y 171 metros de eslora, con tripulación de 140 personas y que llevan 16 SLBM Trident II. Tienen literas para otros quince efectivos, normalmente comandos SEAL o especialistas técnicos.
Gran Bretaña ha tenido más que su cuota de problemas técnicos con su pequeña fuerza de SSBN. A finales de 2012, uno de los SSBN británicos de la clase Vanguard sufrió un fallo en el timón tras probar el disparo de un SLBM frente a Norteamérica (Florida). El submarino acababa de ser sometido a una renovación de media vida que costó más de 500 millones de dólares.
Tras descubrirse el problema del timón, el Vanguard entró en un astillero estadounidense en la cercana Georgia para ser reparado. La Royal Navy no ha revelado los detalles de cómo un submarino recién salido de una renovación de tres años pudo sufrir un fallo en el timón cuatro meses después.
No es la primera vez que el Vanguard se ve en apuros. El problema del timón se produjo varios años después de que un Vanguard colisionara con un SSBN francés mientras estaba sumergido en el Atlántico. Los daños en ambas embarcaciones fueron superficiales, pero fue vergonzoso cómo dos SSBN pudieron chocar en medio de un océano cuando Francia y Gran Bretaña coordinaban sus patrullas para evitar este tipo de incidentes. Ese procedimiento se modificó para evitar incidentes futuros. El incidente del «choque» se debió a lo silenciosos que eran ambos SSBN y a que ni siquiera sus sensores pasivos pudieron detectar un SSBN cercano en silencio.
Gran Bretaña lleva mucho tiempo cooperando con Estados Unidos en el diseño y la construcción de componentes comunes para sus SSBN. En 2009, Gran Bretaña contrató a un constructor de submarinos estadounidense (General Dynamics) para que diseñara un compartimento de misiles común (CMC) para los nuevos SSBN Dreadnought, que entonces se esperaba que empezaran a sustituir a los actuales barcos de la clase Vanguard en la década de 2020.
La Armada estadounidense integrará el CMC para los SSBN de la clase Columbia. Esto tiene sentido porque Gran Bretaña compra a Estados Unidos los misiles balísticos para sus SSBN. Para Gran Bretaña sería demasiado caro diseñar y construir sus propios misiles balísticos para los SSBN, por lo que, el CMC lo diseñará una empresa estadounidense, con acceso a datos sobre las características (especialmente las dimensiones) de los futuros misiles para los SSBN.
Aunque Gran Bretaña tiene en servicio el SLBM Trident II estadounidense, los SLBM británicos se consideran una versión, porque los submarinos británicos tienen diferencias en la electrónica y otros componentes que influyen en el rendimiento de los misiles.
Esto ha causado problemas. En un incidente ocurrido a mediados de 2016, un SSBN británico realizó un disparo de prueba de un SLBM Trident y su mal funcionamiento hizo que el misil se dirigiera hacia la costa este de Estados Unidos en lugar de salir al Atlántico. Fue el único disparo de prueba de la Royal Navy desde 2012 y sólo el quinto desde el año 2000. No hay muchas de estas pruebas reales porque por ek coste de un SLBM. Pero estas pruebas son necesarias para asegurar la enorme inversión en los SSBN (varios miles de millones de dólares cada uno) y el funcionamiento de las armas.
Este fallo del Trident fue raro y se descubrió que era específico de la versión británica. Los detalles del fallo se mantuvieron en secreto para que los enemigos potenciales no se beneficiaran de ese conocimiento. Los problemas con los SLBM no son nuevos. A principios de la década de 1960, un fallo en las ojivas del SLBM Polaris estadounidense hizo que el dispositivo nuclear no detonara. El error no se detectó durante un tiempo. Cuando lo fue, el problema resultó inmune a numerosas soluciones. Mientras tanto, los misiles bien podrían haber llevado piedras en sus ojivas. El Polaris fue finalmente sustituido por el Trident, la experiencia motivó a los fabricantes y usuarios de SLBM a prestar atención al control de calidad y a las pruebas.
Gran Bretaña y Estados Unidos llevan mucho tiempo cooperando en el diseño de submarinos nucleares, especialmente los SSBN. A pesar de ello, Estados Unidos y Gran Bretaña están diseñando dos SSBN diferentes. Ambos submarinos tendrán muchas características comunes, como el CMC, y eso ahorrará mucho dinero a ambas naciones. Los actuales 18 SSBN estadounidenses de la clase Ohio fueron construidos entre 1979 y 1997, que serán sustituidos por un diseño similar que incorpore tecnología más moderna, como la que se ha usado en los SSN de clase Seawolf y Virginia.
Mientras tanto, la fuerza británica de SSBN, y especialmente el Vigilant, siguen teniendo problemas con la tripulación. En septiembre de 2020 el oficial de ingeniería de armamento, un capitán de corbeta, fue relevado y enviado de vuelta a Gran Bretaña después de que se presentara al servicio borracho. En ese momento el SSBN se encontraba en la base de submarinos norteamericana de Kings Bay sometiéndose a un mantenimiento en la instalación Trident Refit.
Durante el mes de octubre de 2017 la Royal Navy británica despidió a nueve marineros del HMS Vigilant SSBN al dar positivo en el consumo de cocaína. Estas pruebas de drogas se produjeron debido a una investigación sobre la violación por parte del comandante del submarino de las normas de la Armada, que prohíben las relaciones sexuales entre la tripulación masculina y femenina, especialmente los oficiales superiores y subalternos. Resultó que el capitán estaba demasiado cerca de una de sus dos oficiales subalternas.
La Royal Navy cuenta con varias oficiales femeninas cualificadas para servir en submarinos nucleares y las fotos recientes indican que una de ellas estaba involucrada con el comandante del submarino. Además, numerosos miembros de la tripulación han sido acusados de participar en fiestas con consumo de drogas. Esto ha llevado a la realización de pruebas de drogas obligatorias para todos los marineros asignados a los submarinos nucleares.
Problemas como éste en los submarinos modernos, tanto nucleares como no nucleares, son cada vez más frecuentes. Esto se debe a que los países que cuentan con submarinos de alta tecnología, especialmente los nucleares, también disponen de personal cualificado para incorporarse a la armada, completar la formación y servir en estos costosos barcos. Pero, además, existen problemas especiales para encontrar a personas cualificadas para las tripulaciones de los SSBN, ya que se espera que pasen largos periodos de tiempo en el mar y sin contacto con el mundo por motivos de seguridad. Una solución a la escasez de marineros cualificados es el reclutamiento de mujeres. Esto funciona mejor en las bases costeras y en los buques de superficie que en los SSBN. El HMS Vigilant fue un ejemplo y ahora el reclutamiento será más difícil debido a la mala publicidad y la escasez de tripulación empeorará. No hay una respuesta fácil y esto ocurre incluso con los submarinos diésel-eléctricos de alta gama. Las normas de consumo de drogas y confraternización están ahí para mantener la capacidad de la tripulación, especialmente en una crisis. No hay una solución fácil o sencilla para esto.
Mientras tanto, la Armada estadounidense está actualizando y renovando sus SLBM Trident II para que sigan siendo eficaces hasta 2040 y más allá. Ya se han actualizado los componentes electrónicos y mecánicos del sistema de guiado. Se están realizando mejoras en el cuerpo de reentrada (escudo térmico y demás elementos que hacen que las cabezas nucleares lleguen intactas a tierra). Algunas de las mejoras son clasificadas y los detalles de todas ellas se mantienen en secreto por razones obvias.
El Trident II es uno de esos raros sistemas complejos que funcionan siempre sin problemas. Existen, por supuesto. Por ejemplo, los lanzamientos de prueba de los modelos de producción del Trident II nunca han fallado. Se han realizado 148, cada uno de desde un SSBN, con la ojiva nuclear sustituida por una de peso similar, pero con sensores y equipo de comunicaciones.
Los resultados de las pruebas del Trident durante su desarrollo fueron igualmente impresionantes, con un 87% de éxito (en 23 pruebas de desarrollo) para el Trident I y un 98% (49 pruebas) del Trident II.
El Trident I estuvo en servicio entre 1979 y 2005, mientras que el Trident II entró en servicio en 1990 y puede acabar sirviendo durante medio siglo.
El Trident II es un misil de 59 toneladas con un alcance máximo de 7.200-11.000 kilómetros (dependiendo del número de ojivas que lleve). Puede llevar hasta ocho ojivas nucleares W76, cada una con una potencia explosiva equivalente a 100.000 toneladas de explosivos de gran potencia. La Armada ha encargado otros 108 Trident II en 2019 a un coste de 31 millones de dólares cada uno.
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