La creciente amenaza que supone Rusia para la seguridad europea ha llevado a los legisladores del Reino Unido a intensificar el escrutinio en torno a las capacidades del Ejército británico, que ya llevan mucho tiempo en su punto de mira debido a adquisiciones canceladas, dificultades técnicas, disputas con contratistas, gastos excesivos y problemas de operatividad.
La capacidad para apoyar simultáneamente a Ucrania con donaciones de carros de combate Challenger 2 y mantener al mismo tiempo un inventario activo suficiente para proteger los intereses británicos en caso necesario, aumenta la preocupación de los legisladores lenta pero inexorablemente en el Reino Unido.
Un alto cargo militar británico ha rebatido hoy la afirmación de que la decisión de donar 14 vehículos Challenger 2 a Ucrania ha reducido en casi un tercio las existencias «operativas» de carros de combate principales del Ejército británico.
En respuesta a la afirmación de que el suministro de los carros a Kiev equivalga a una pérdida de entre el 25 y el 30% de los «activos operativos», el Teniente General Robert McGowan, Jefe del Estado Mayor de la Defensa para Capacidades Financieras y Militares, sugirió durante una comparecencia ante el Comité de Defensa británico. que el porcentaje real «no es tan alto».
Reino Unido cuenta con 227 tanques Challenger 2 en su inventario; si la afirmación de que 14 de ellos representan un tercio de los tanques operativos fuera correcta, implicaría que sólo 42 Challenger 2 están operativos, o sea, menos del 19 por ciento del inventario total.
Sin embargo, McGowan se negó a hablar de los problemas de mantenimiento de los Challenger 2, a revelar cifras exactas sobre cuántos carros de combate considera actualmente el Ejército británico listos para operaciones o a decir cuántos han llegado a Ucrania, todas ellas cuestiones planteadas por los legisladores, cada vez más centrados en la capacidad del Reino Unido para hacer frente a sus propias necesidades de seguridad al tiempo que presta apoyo a Ucrania.
La creciente amenaza que supone Rusia para la seguridad europea ha llevado a los legisladores del Reino Unido a intensificar el escrutinio sobre las capacidades del Ejército, que están en su punto de mira debido a adquisiciones canceladas, dificultades técnicas, disputas con contratistas, gastos excesivos y problemas de preparación operativa.
La decisión de regalar los carros de combate a Ucrania rompió el estancamiento político en el que se encontraba Europa y que finalmente llevó a Alemania y a una coalición internacional a acordar el envío de Leopard 2 MBT al país de Europa del Este, que se prepara para una contraofensiva en primavera contra la invasión rusa.
A pesar del apoyo generalizado a la decisión de la entrega de los Challenger 2, el General Sir Patrick Sanders, Jefe del Estado Mayor del Reino Unido, afirmó en enero, en una nota interna, que dejaría al Ejército británico «temporalmente más débil», según la BBC.
Parte del reto del Challenger es que una parte significativa del arsenal se va a actualizar.
El Ejército británico ha contratado al fabricante Rheinmetall BAE Systems Land (RBSL) para actualizar 148 de los tanques a un nuevo estándar Challenger 3, en virtud de un contrato de 800 millones de libras, en mayo de 2021. Los principales cambios consisten en la integración de una nueva torre con cañón de ánima lisa de 120 milímetros, miras primarias mejoradas de largo alcance para el comandante y el artillero con detección automática de objetivos, el sistema de protección activa Trophy (APS) del fabricante israelí Rafael y mejor refrigeración.
Aunque McGowan evitó hablar de la operatividad y el estado de la flota de Challenger 2, un portavoz del Ejército dijo a Breaking Defense en un comunicado que «los tanques que se están introduciendo en el proceso de actualización están en servicio en el Ejército, por lo que tendrán menos desgaste. Sin embargo, el estándar general de todos los carros es bueno cuando entran en el proceso de actualización».
Un funcionario de RBSL, que pidió que no se revelara su nombre, dijo también que «el Ejército británico ha hecho todo lo que ha podido con los recursos de que dispone, pero las prioridades no siempre han sido asegurarse de que tenemos una cantidad significativa de Challenger 2 en servicio».
El 9 de febrero, el Defence Equipment and Support (DE&S) anunció la aprobación de la fase de Revisión Crítica del Diseño (CDR) del Challenger 3, lo que abre el camino para que RBSL se centre en la fabricación de prototipos.
«Gran parte de nuestra atención en este momento se centra en asegurarnos de que podemos obtener todos los componentes que necesitamos para montar los vehículos», dijo un portavoz de RBSL. «Esto es menos problemático en el caso de los componentes grandes, como cañones, armas y miras, porque ya están maduros y se pueden adquirir prácticamente en el mercado, pero la identificación de todos los demás componentes en el corazón del tanque es diferente».
Una vez construidos los ocho prototipos, la RBSL planificará las pruebas de fuego real y evaluará «con qué rapidez» puede pasar a la producción inicial a bajo ritmo, todo ello antes del COI previsto para 2027.
Está previsto realizar un total de 18 meses de pruebas, repartidas entre instalaciones en Reino Unido y Alemania, antes de completar una revisión de la cualificación de los sistemas en 2025.
«Empezaremos a pedir equipos a finales del año que viene y entregaremos el primer Challenger 3 en el tercer trimestre de 2026», añadió el portavoz del sector.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido está estudiando la posibilidad de incluir más carros en el programa de modernización Challenger 3. Esta decisión podría aprobarse en el marco de la Integrated Review Refresh (IRR), una revisión actualizada de la defensa nacional que se publicará en las próximas semanas.
La IRR se puso en marcha específicamente para abordar los cambios en los planes de adquisición de equipos, reflejar mejor cómo el Reino Unido debe contrarrestar la agresión rusa, basándose en gran medida en el análisis de la guerra de Ucrania y las tendencias del campo de batalla que han surgido en el último año como la proliferación de drones y la gestión de arsenales.
Otros programas de interés
Mientras tanto, sigue sin haber una fecha de capacidad operativa inicial para el problemático programa de vehículos blindados de reconocimiento Ajax del ejército británico, que se ha visto acosado por gastos excesivos y problemas técnicos que han costado 4.000 millones de libras (4.900 millones de dólares) en los últimos diez años.
«Estamos casi en el punto en el que los ministros podrán anunciar las fechas de reajuste de su capacidad operativa», según David Williams, Secretario Permanente del Ministerio de Defensa británico. Señaló que las pruebas de fiabilidad y mejora del Ajax comenzaron el mes pasado. Las pruebas del vehículo se interrumpieron originalmente en noviembre de 2020 después de que las vibraciones excesivas provocaran que algunos miembros del Ejército británico sufrieran problemas auditivos. Los pagos del Ministerio de Defensa británico al fabricante estadounidense General Dynamics también han quedado en suspenso como consecuencia del problema.
Mi expectativa es que no reanudaremos los pagos a General Dynamics], hasta que hayamos hecho el futuro del programa y las fechas de reajuste [estén confirmadas]», dijo Williams.
Un pedido de 14 Boeing H-47 ER (Extended Range) Chinooks para las Fuerzas Especiales del Reino Unido también se ha topado con dificultades, con una primera entrega prevista para 2027, un año más tarde de lo previsto.
«Estas aeronaves se compran al Gobierno de EE.UU. y, como consecuencia de ello, han sufrido retrasos en su programa, por lo que el calendario se ha retrasado», explicó Andy Start, Director Ejecutivo de Defence Equipment and Support. «Esperábamos acelerar el programa, pero no podemos, no por nada relacionado con la financiación, sino por el calendario del programa estadounidense y, en especial, por los de la cadena de suministro global a los que se enfrenta el gobierno de EE.UU.».
Fte. Breaking Defense