Amper suministrará redes miméticas multiespectrales 2D a las Fuerzas Armadas. El contrato se acaba de materializar, aunque el proceso de licitación se inició en 2021. En El Radar explicamos cómo será este nuevo material para los Ejércitos de Tierra, Aire y la Armada.
El empleo de redes miméticas por parte de los ejércitos les han permitido durante décadas ocultar los equipos, el material y el personal desplegado en zonas de conflicto.
Estas redes camuflan, por su diseño y colorido similar al del entorno en el que despliegan las unidades militares, equipos, vehículos de combate, soldados… y, en definitiva, todo lo que se encuentre bajo ese tipo de mallas protectoras, que constituyen un material indispensable en cualquier operación para que las unidades de las Fuerzas Armadas no sean localizadas, principalmente desde el aire.
Ahora, las redes miméticas de las Fuerzas Armadas darán un salto cualitativo gracias al contrato que han suscrito Amper y el Ministerio de Defensa a través del Ejército de Tierra. Un contrato cuyo proceso de licitación comenzó en 2021.
Redes miméticas multiespectrales con una inversión de hasta 11,5 millones de euros
En virtud de este contrato, Amper suministrará a las Fuerzas Armadas redes miméticas multiespectrales 2D de protección, durante el período 2024-2028, con posibilidad de prórroga hasta el año 2030. El importe del contrato asciende a 9,5 millones de euros y con su extensión puede alcanzar los 11,5 millones de euros.
Estas nuevas redes miméticas, según explican desde Grupo Amper, consistente en mallas elaboradas con una tecnología que permite a los dispositivos militares eliminar sus huellas térmicas o de radar.
Características de las nuevas redes miméticas
Ya en el pliego de prescripciones técnicas que elaboró el Ejército de Tierra en 2021 se hacían constar, entre otras, las siguientes características que debían cumplir las nuevas redes miméticas:
- Proporcionar la capacidad de camuflaje en los rangos ultravioleta (UV), visible (VIS), infrarrojo (IR) y radar.
- Proporcionar una cobertura completa, hasta el suelo, pudiendo configurar una forma similar a la semiesférica, permitiendo la unión de diversas redes, con la posibilidad de diseñar diferentes configuraciones para camuflar sistemas de armas (carros de combate, piezas de artillería, etc.), plataformas (vehículos, aviones, etc.), instalaciones (puestos de mando, centros de transmisiones, etc.), etc.
- Impedir la detección de un pozo de tirador, nido de ametralladora, asentamiento de mortero o similares, por parte de un observador enemigo dotado de medios ópticos con tiempo claro con aumentos de hasta x 10, como mínimo a una distancia de 600 m., en las condiciones más favorables para el observador. Será deseable que impida la detección a una distancia de 300 m.
- Impedir la detección de los mismos elementos anteriores mediante un visor de infrarrojos de largo alcance, como mínimo a una distancia de 600 m., también en condiciones favorables de propagación. Será deseable que impida la detección a una distancia de 300 m.
- Impedir la detección de cualquier otro tipo de vehículo y material táctico, vehículos blindados, cualquier pieza de artillería y sirvientes, e impedir la detección de cualquier avión de combate y helicóptero.
- Instalada la red mimética y situados desde el interior de la zona cubierta se mantendrá una adecuada visibilidad del terreno, permitiendo llevar a cabo tareas de observación.
- Deseable que las redes miméticas, de tamaño 10, 20, 30 y sus posibles configuraciones mediante sus uniones, soporten vientos continuos de 100 km/h y rachas de 120 km/h.
- Las redes deberán ser de rápido despliegue y recogida.
- Podrán montarse y desmontarse con un mínimo de dos operarios.
- Podrán utilizarse bajo condiciones atmosféricas adversas (lluvia, nieve, viento,…) manteniendo sus características.
- Deben poder utilizarse en cualquier tipo de terreno, independientemente de su dureza o configuración física (suelos de cemento, desniveles en el terreno, etc.).
Este tipo de redes miméticas están siendo utilizadas por ejércitos como el de Israel, Estados Unidos, Japón, Finlandia o Australia, entre otros, según indican desde Amper.
En el caso de las Fuerzas Armadas españolas, se hacía necesario adquirir este tipo de material «para completar las unidades en dotación y para modernizar y actualizar los sistemas de enmascaramiento actuales -señalaba el Ejército de Tierra en la memoria justificativa– los cuales están obsoletos ya que presentan unas características multiespectrales muy limitadas».