¿Cómo debe ser los puestos de mando (PC)? Si preguntamos a tres mandos, probablemente obtendremos tres respuestas diferentes, incluso si pertenecen a la misma unidad podrían dar tres prospectivas de los puestos de mando en el Ejército .
Ese es un desafío al que el Ejército se enfrenta, ante la necesidad de apoyar a una fuerza más ágil y expedicionaria. Mientras que ya se dispone de las tecnologías necesarias, desde las redes inalámbricas tácticas a los sistemas de energía inteligentes o a las aplicaciones de mando y control de las misiones, la forma en que se integran entre sí variará según el tipo de unidad, escalón y fase de las operaciones.
“Es importante no decidir acerca de la estructura física ni de la apariencia antes de disponer de los requisitos funcionales”, dijo el coronel Michael J. Ernst de TRADOC. “Estamos consumiendo gran cantidad de energía intelectual para comprender cómo se toman las decisiones, cómo mandos y organizaciones intercambian información, cómo se utilizan los conocimientos, para posteriormente diseñar sistemas que permitan que, en lugar de empezar con el diseño y luego obligar a las personas a utilizarlos. Los principios de agilidad, escalabilidad y adaptabilidad son realmente importantes para darnos la flexibilidad necesaria para hacer frente a los retos del futuro”.
La visión “Army’s Command Post 2025”, aprobada en el otoño de 2015, hace hincapié en el inconveniente que supone la existencia de puestos de mando heredados, que requieren cientos de metros de cables, una enjambre de tiendas y cajas y una unidad tipo sección trabajando un día entero para montarlos.
La visión post 2025 tiene como objetivo la reducción de la huella mediante la introducción de modelos de PCs modulares, integrados y escalables que permitan la maniobra expedicionaria, sin sacrificar la tecnología avanzada de la información.
En estos momentos, un equipo proveniente de todos los ámbitos del Ejército intenta transformar esa “visión” en realidad, estableciendo los requisitos reglamentarios y la estructura del programa para la próxima generación de puestos de mando.
Para ayudarles en su trabajo, resulta fundamental la retroalimentación de mandos y soldados que están probando prototipos de puesto de mando en entornos operativos, tales como los ejercicios Network Integration Evaluation (NIE) y Army Warfighting Assessment (AWA) que han tenido lugar en Fort Bliss, pues, debido a que el PC es un sistema de sistemas, compuesto por muchas partes diferentes, cada usuario aporta una perspectiva única sobre cómo las piezas deben unirse para un conseguir un efecto máximo.
“Un puesto de mando es el despacho de una persona y diferente del de otra”, dijo Christopher Manning, director en funciones del Centro de Investigación, Desarrollo e Ingeniería CERDEC, que ha desarrollado varios prototipos de PCs expedicionarios para su evaluación en los NIE y AWA.
“Pueden ser los mismos despachos físicos, pero la forma en la que procesan la información, donde se sitúa los medios físicos, cómo se organiza la información es completamente diferente”, dijo Manning. “Entonces, ¿cómo hacer algo modular respetando ese concepto, un puesto de mando que permita que al comandante adaptarlo a la forma en que procesa la información o manda en el campo de batalla”.
El enfoque modular de “bloques de construcción” no sólo refleja las preferencias de los comandantes, sino también la diversidad del Ejército y de las misiones que realiza. Una unidad realizando “operaciones de entrada” necesita diferentes capacidades de otra durante una operación de estabilidad en el entorno de una coalición.
“Hay una increíble variedad de misiones, desde las operaciones de combate a la asistencia humanitaria u operaciones de socorro”, dijo Ernst. “Y requieren diferentes herramientas.”
Pero el Ejército no puede permitirse el lujo de diseñar un puesto de mando para cada unidad y misión, ya que eso produciría desafíos costosos en cuanto a adiestramiento y sostenimiento.
Así que el objetivo, dijo Ernst, es proporcionar un paquete de capacidades que incluyan el hardware y software de mando, redes inalámbricas seguras, sistemas de energía inteligentes, refugios eficientes, racks flexibles y otras herramientas, que se pueden poner en servicio para un ejército estándar.
Las unidades podrán adaptar el paquete a cada operación, reconfigurando rápidamente elementos como radios, proyectores, pantallas y mesas para satisfacer sus necesidades. Los puestos de mando aprovecharían las capacidades proporcionadas por vehículos y móviles para aumentar la agilidad y permitir el ejercicio del mando en movimiento.
Actuando como un integrador central de estas capacidades el Trail Boss for Command Post Integrated Infrastructure (CPI2), incorpora componentes desarrollados por la Administración y comerciales con el fin de ofrecer una solución completa a los usuarios.
Lo que todos los bloques de construcción tienen en común es su apoyo a la movilidad, un vector clave para la “Force 2025 and Beyond operations”, Fuerza cuyo mando ya no reside en bases fijas e infraestructuras establecidas como centro de la actividad de mando. Con capacidades avanzadas de red y de mando disponibles en vehículos y aviones, una unidad puede desplegar un elemento avanzado en un ambiente hostil, mientras se mantiene la conectividad con los elementos de soporte fuera de la zona de peligro.
Conocido como “distributed mission command”, este concepto tiene como objetivo facilitar el mando a cuerpos de ejército y divisiones inicialmente desde sus bases, mientras tiene lugar el despliegue avanzado de unidades menores, dotadas puestos de mando tácticos móviles y ligeros, que pueden operar en múltiples regiones simultáneamente. A medida que avanzan a través de fases de la operación y cambian de localización durante el desarrollo de una operación, los mandos pueden mover de forma gradual los PCs desde las bases a PCs desplegados, de acuerdo con la situación operativa, que podrán realizar con mayor rapidez y sin problemas para seguir el ritmo del combate.
El Ejército está añadiendo varias tecnologías que permiten el mando distribuido a su portfolio, como la capacidad de operar en movimiento y en operaciones de entrada. La “Enroute Mission Command Capability” que se empezó a entregar a la Global Response Force en 2015, consiste en un avión de transporte con un paquete de comunicaciones integrado y acceso a Internet y sistemas de mando para tropas durante el vuelo. Los comandantes tienen así la capacidad de planificar misiones a bordo del avión, con conocimiento ininterrumpido de la situación. Una vez en tierra, podrán operar comunicaciones por satélite.
Juntas, estas tecnologías actúan como bloques de construcción: unidades de apoyo desde la base a “en ruta”, a “entrada temprana” y apoyo a las operaciones de despliegue, con su “puesto de mando” adaptándose a lo largo del camino.