En SecuDrone se han podido ver y tocar dos productos singulares: un poli rotor apagafuegos presentado por Dronitec y un RPAS ligero de 3,5 kilos desarrollado conjuntamente entre Aurea Avionics y GMV
Juan Pons
En el área expositiva de la Jornada Tecnológica SecuDrone puesta en marcha por la Asociación para la Promoción de las Tecnologías e Industrias Estratégicas (APTIE), inaugurada en la sede del Instituto Tecnológico de “La Marañosa” (Madrid) el 4 de octubre por el director general del INTA, teniente general José María Salom, los participantes han podido conocer de cerca el SeekerUAS de Aurea Avionics y GMV.
Alberto Nieto, responsable de operaciones de Aurea Avionics, ha explicado que el SeekerUAS es una aeronave para aplicaciones civiles y militares completamente desarrollada en asociación con GMV con la aspiración de convertirla “en referente del sector”.
Con una envergadura de 1,24 metros, un alcance de 15 kilómetros, una velocidad de crucero de 32 nudos y un techo operacional entre 300 y 1.300 pies, el vehículo aéreo ya ha realizado un elevado número de pruebas en vuelo e insiste en que “no es un prototipo sino un producto ya finalizado y madurado”.
Con una autonomía de 90 minutos gracias a su avanzado sistema de baterías, el SeekerUAS pesa 3,5 kilos, su despegue se efectúa a mano, no requiere catapultas y se recoge en el terreno en un aterrizaje estándar “que no exige ninguna infraestructura adicional ni tampoco paracaídas”.
Puede llevar una carga útil de triple cámara de 300 gramos de peso máximo al despegue, que incluye una cámara visible y otra térmica, “ambas giro estabilizadas y con capacidad de apuntamiento que le indican en todo momento al apuntador tanto la posición relativa de la aeronave como la posición del lugar al que se está apuntando”, explica Nieto. “Una tercera cámara fija de navegación permite al piloto poder referenciarse en un plano más amplio”, concluye.
Incluido en el programa RAPAZ de la DGAM, la compañía ha llevado a cabo desde octubre de 2017 diferentes actividades de vuelo en las que “hemos obtenido una información muy valiosa de cuáles son las necesidades reales desde el aspecto operativo, lo que nos ha servido para evolucionar el producto”.
La compañía cántabra Dronitec mostraba el EBD ‒acrónimo de Extinguisher Ball Dropper‒ un poli rotor de 85 centímetros de diámetro y un peso en vacío de 2 kilos que ha sido concebido para transportar y lanzar de forma precisa bolas extintoras con las que hacer frente a conatos de pequeños incendios o fuegos.
De forma cilíndrica, las bolas contienen polvo comprimido, que estalla con 3 segundos de retardo al hacer contacto directo con el fuego, con lo que crean una nube extintora de 20 metros cúbicos de volumen.
El EBD está dotado con un armazón cilíndrico montado horizontalmente en la parte inferior de la aeronave que es capaz de alojar hasta cuatro u ocho bolas extintoras de un peso total de 5 kilos.
La aeronave embarca un equipo de guiado láser y una cámara de alta definición para poder lanzar las bolas apagafuegos una tras otra y, de ese modo, asegurar la precisión de los disparos. En el caso de fuegos de mayor entidad, el EBD puede soltar las bolas todas al unísono.