El 16 de marzo, el Reino Unido hizo público un documento político titulado «Global Britain in a Competitive Age: The Integrated Review of Security, Defence, Development and Foreign Policy». Ampliamente cubierto por los medios de comunicación internacionales y a menudo abreviado como «the integrated review», un extracto del documento atrajo la mayor parte de la atención de los medios internacionales:
«En 2010, el Gobierno declaró su intención de reducir el límite máximo de nuestro arsenal de ojivas nucleares de no más de 225 a no más de 180 para mediados de la década de 2020. Sin embargo, en reconocimiento de la evolución del entorno de seguridad, incluida la gama de amenazas tecnológicas y doctrinales en desarrollo, esto ya no es posible, y el Reino Unido pasará a un arsenal general de armas nucleares de no más de 260 ojivas.»
Sin embargo, aparte de la controversia sobre el techo de las cabezas nucleares, el nuevo documento también ha conseguido reavivar la polémica sobre la propiedad de las Islas Malvinas.
Las reclamaciones británicas sobre las «Islas Malvinas» se remontan a 1690, aunque no sería hasta 1833 cuando el Imperio Británico obtendría el control de facto a largo plazo. Mientras, Argentina sigue afirmando que heredó las Malvinas de España en 1814 y que, por tanto, es la propietaria legal de las islas.
Tras la Guerra de las Malvinas de 1982, en la que los argentinos tomaron el control de las islas durante algo más de dos meses antes de que llegara una fuerza de intervención británica y revocara la medida argentina de forma contundente, la disputa territorial ha continuado. Los referendos posteriores han mostrado continuamente un apoyo abrumador al gobierno británico entre los habitantes de las Malvinas.
Dos extractos del examen integrado han contribuido a reavivar la polémica:
«Seguiremos defendiendo la soberanía del Reino Unido sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y garantizando la protección de los intereses de las 3.500 personas que viven allí, de acuerdo con el principio de autodeterminación.
«Las Fuerzas Armadas también mantendrán una presencia permanente en las Islas Malvinas, la Isla Ascensión y el Territorio Británico del Océano Índico».
El Gobierno argentino no ha tardado en responder mediante un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores, en el que acusa al Reino Unido de mantener una «visión colonialista tradicional» sobre la cuestión de las Malvinas. El país sigue exigiendo la «devolución» de las islas, pero también ha manifestado su compromiso de conseguirlo por medios pacíficos. Cabe señalar que, independientemente de la declaración realizada en el documento de revisión integrada, el Reino Unido ya mantiene una guarnición de más de 1.000 personas en la isla.
Fte. OVD