El J-6 es una copia del MiG-19 de la Unión Soviética, un caza monoplaza bimotor que debutó a mediados de la década de 1950. Tras ser suministrado a la República Popular China, ésta fabricó al menos 2.000 unidades bajo licencia por la Shenyang Aircraft Corporation.
El J-6 fue el primer caza supersónico de China, pero tenía varias limitaciones, ya que las primeras versiones carecían de un radar aire-aire, por lo que, en la década de 1980, ya estaba obsoleto.
El hecho de que sirviera hasta 2010 es indicativo de lo mal equipada que estaba la PLAAF hasta hace poco.
Según Defense News, en 2013 surgieron informes en China de que la PLAAF estaba convirtiendo los aviones en drones, «para usarlos como señuelo para abrumar a las defensas aéreas adversarias por su gran número, o como un avión de combate no tripulado rudimentario.»
Un avión no tripulado J-6 es una solución barata para ambas misiones. Los sistemas de radar enemigos registrarán un J-6 como una amenaza potencial y, salvo que detecten algún radar de a bordo o señales electromagnéticas extrañas, advertirán a los adversarios de que un pequeño y rápido avión de combate se acerca rápidamente. Esto podría hacer que una fuerza aérea extranjera, como la de Taiwán, reuniera cazas para hacerles frente, apartando a los aviones de otras misiones más importantes.
Los J-6 también tienen seis puntos de agarre montados en las alas, lo que les permite llevar misiles aire-aire guiados por infrarrojos o municiones aire-tierra. Es incluso concebible que los J-6 robóticos pudieran emplearse en misiones de un solo sentido, cargados con bombas y enviados luego en recorridos suicidas contra objetivos fuertemente defendidos.
Por otra parte, las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos también convierten aviones obsoletos en drones. Los primeros modelos de cazas F-16A, retirados del servicio de primera línea, se han convertido en QF-16 (Q de drone, F de fighter), aviones no tripulados opcionalmente. Los drones conservan la capacidad de ser tripulados, pero también se pueden convertir rápidamente en un avión teledirigido. Sin tripulación, son controlados por dos pilotos en una estación de control en tierra. La cola de cada avión está pintada de color naranja brillante para su identificación.
El primer dron QF-16 se convirtió en 2013. El QF-16 sigue siendo sorprendentemente ágil, ejecutando maniobras bruscas a una velocidad de hasta 7Gs. También es capaz de volar a 40.000 pies de altura y su velocidad máxima es 1.800km/h.
A diferencia de China, las conversiones de aviones no tripulados de la Fuerza Aérea se utilizan exclusivamente como objetivos aéreos. Los QF-16 se utilizan para imitar a las aeronaves tripuladas, girando y maniobrando para presentar un desafío al sistema de guía de un misil. Fuera del ámbito militar se ha hablado de convertir los QF-16 en drones de combate, pero nada oficial. La Air Force, hasta ahora, ha preferido comprar nuevos drones como el MQ-9 Reaper o el próximo concepto Loyal Wingman para las misiones de combate.
Planet Labs, una empresa de datos por satélite con sede en San Francisco, California, proporcionó las imágenes de los aviones J-6 convertidos en drones a Defense News en octubre. Al menos 50 J-6 son visibles en la pista de la base aérea de Liancheng.
Fte. Popular Mechanics