En 2016, y considerando que los ciberataques podrían alcanzar un «umbral que podría amenazar la prosperidad, la seguridad y la estabilidad de los Estados y de la zona euroatlántica» y, que su «impacto en las sociedades modernas podría ser tan perjudicial como el de un ataque convencional», la OTAN decidió convertir el ciberespacio en un dominio operativo de pleno derecho, al igual que los entornos terrestre, marítimo y aéreo. Ahora, la Organización acaba de decidir hacer lo mismo con el espacio.
De hecho, el espacio se ha vuelto indispensable para las actividades científicas, comerciales y militares. Sin embargo, con el desarrollo de las armas antisatélite [desde objetos de maniobra hasta misiles, armas láser y, precisamente, los ataques cibernéticos], hemos asistido en los últimos años a una «militarización» del espacio, que se está convirtiendo así en un campo de operaciones como cualquier otro.
Esto explica el deseo de Francia de adoptar una «estrategia espacial militar», que se basará en un mando específico dentro de la Fuerza Aérea, así como en las capacidades de autodefensa. Y en Estados Unidos se habla ahora de crear una nueva rama de las Fuerzas Armadas dedicada a las actividades espaciales.
«El espacio es parte de nuestra vida diaria, aquí en la Tierra. Se puede aprovechar con fines pacíficos. Pero también se puede usar de forma agresiva. Los satélites pueden ser bloqueados, hackeados o armados. Las armas antisatélite podrían paralizar las comunicaciones y otros servicios, de los que dependen nuestras sociedades, como el transporte aéreo, los pronósticos meteorológicos o la banca», dijo el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg.
«El espacio también es esencial para la disuasión y la defensa de la Alianza, incluida la capacidad de navegar, reunir información de inteligencia y detectar lanzamientos de misiles», señaló también.
De ahí la decisión de la Alianza de convertirlo en una nueva área de operaciones. «Nuestro enfoque seguirá siendo defensivo y plenamente acorde con el derecho internacional. La OTAN no tiene la intención de colocar armas en el espacio. Pero debemos asegurarnos de que nuestras misiones y operaciones reciban el apoyo adecuado», dijo el Sr. Stoltenberg.
«Puede que consista en permitir que los planificadores de la OTAN pidan a los aliados que proporcionen capacidades y servicios, como horas de comunicaciones por satélite», dijo el ex primer ministro noruego. En otras palabras, la OTAN no tendrá sus propias capacidades espaciales… estas deben ser proporcionadas por los Aliados.
Sin embargo, la decisión de la OTAN sobre el espacio no ha dejado de ser criticada por Rusia, que también ha sido acusada por París de interesarse demasiado por los satélites de las fuerzas francesas, a través de su dispositivo « butineur » Luch Olymp.
«La planificación militar de la Alianza tiene como objetivo alcanzar la excelencia en todos los entornos, con todas las consecuencias que ello conlleva en forma de militarización y escalada de tensiones», dijo Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
«Ahora la Alianza ha llegado al espacio. Por supuesto, seguiremos de cerca cómo se aplicarán las garantías del Secretario General de la OTAN, Stoltenberg, de que la Organización no tiene la intención de desplegar armas en el espacio», continuó Zakharova.
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