En su política internacional España tiene por lo menos dos “rocas” que dificultan nuestras relaciones con los países que están al otro “lado” de las mismas, Inglaterra y Marruecos. Los dos son importantes para nosotros pues, aunque las relaciones con ellos a lo largo de la Historia han sido oscilantes entre alianzas y guerras, en la actualidad son amistosas, pero no dejan de tener escollos. Dejando a un lado Gibraltar y el incumplimiento de las resoluciones de la ONU por Inglaterra, veamos de manera más detallada el problema con Marruecos.
Este problema se llama Sahara Occidental, antes Español y las posiciones de España y Marruecos son muy distintas, por no decir opuestas. España se atiene a las resoluciones de la ONU y es “de iure” ante esa Organización la potencia administradora. Marruecos por su parte no respeta las resoluciones de la ONU y es la potencia que “de facto” ocupa el Sahara Occidental.
España comienza su presencia oficial en el Sahara a finales del XIX y en 1912 se nos reconocen nuestros derechos y obligaciones sobre lo que hoy abarca el Sahara Occidental con una variación importante, el territorio entre el Uad Nun y el paralelo 27º 40º era considerado como la parte sur del Protectorado que España iba a ejercer en Marruecos.
No pasaba nuestra Nación por sus mejores momentos y la iniciativa privada, salvo en materia pesquera, no mostraba mayor interés, por lo que la presencia española se redujo a unos pocos enclaves costeros, Villa Cisneros, La Güera y Villa Bens. Hay que esperar al periodo entre 1934 y 1938 para que se establezcan puestos en el interior, Daora, Smara, Hagunia, El Aaiún etc.
La ocupación con fuerzas muy reducidas permitió en 1956 la presencia de bandas armadas cuya finalidad confesa era atacar a los puestos franceses de Mauritania, pero como era un hueso muy duro de roer se vuelven contra lo que les parecía más sencillo, ataque a los puestos españoles de Ifni y el Sahara. La reacción de España coordinada con Francia limpia el territorio de estas bandas, oficialmente incontroladas para Marruecos, pero que contaban con su apoyo. En diciembre de 1958 se dan por terminadas las operaciones militares. España entrega a Marruecos la zona al norte del paralelo 27º 40º, Cabo Juby, pues era la parte Sur del Protectorado español en Marruecos, que se transforma en la provincia marroquí de Tarfaya, se reconoce internacionalmente que la frontera sur de Marruecos está en ese paralelo. Se declara el Sahara provincia española en 1958, declaración que no era posible hacer desde el punto de vista del derecho internacional.
En 1960 las resoluciones 1514 y 1542 de la ONU incluyen al Sahara Español en la lista de los territorios no autónomos a descolonizar, España acuerda cumplir el mandato de la ONU y para poder hacerlo comienza la realización de un censo de la población saharaui que es el sujeto de la descolonización. La realización del censo, 1974, presenta muchas dificultades debido a la movilidad de una población por naturaleza nómada. Una vez completado España anuncia la celebración de un referendum, 1975, para dar a los saharauis la oportunidad de manifestar sus deseos, independencia o unión con algún otro país, Mauritania, Argelia o Marruecos.
Marruecos para impedirlo presenta una reclamación ante el Tribunal de la Haya atribuyéndose derechos sobre el Sahara por imaginarias antiguas relaciones de soberanía, ya el Sultán cuando la cesión de Santa Cruz de Mar Pequeña, Ifni, a España había manifestado que no tenía autoridad al sur del Uad Nun. Mauritania también alegaba derechos y estos quizás eran más verosímiles por las coincidencias de etnias y cultura. La resolución del Tribunal negaba que el Sahara Occidental fuera “tierra de nadie” y no reconocía las razones marroquíes de soberanía salvo unos lazos de tipo religioso que no justificaban la reclamación.
Marruecos da una interpretación sesgada al dictamen y dice que el Tribunal le dio la razón. Entretanto se había suspendido el referendo convocado por España en donde la situación política se había vuelto inestable con la enfermedad y posterior muerte de Franco. En este momento intervienen los Estados Unidos. El partido político predominante en nuestro Sahara, clandestino y terrorista, era el POLISARIO, sin que significara en ningún momento una amenaza militar seria para nuestro Ejército, era de naturaleza socialista y apoyado por Rusia a través de Argelia y los EE. UU. no querían de ningún modo que Rusia tuviera acceso al Atlántico central con la extensión de costa que brindaba el territorio y entre sus dos aliados en la zona, España y Marruecos, se inclinó hacia este, la inestabilidad probable de España después de Franco favorecía esta opción y con su dirección y la participación de algunos de sus aliados, Arabia Saudí en el apoyo económico, se organizó la Marcha Verde, 1975.
Una maniobra de chantaje clásica, invasión popular fingidamente pacífica, hombres, mujeres y niños en la vanguardia apoyados por militares en la retaguardia y la organización logística. Fruto de ese chantaje y de la presión de EE. UU. fueron los Acuerdos de Madrid, noviembre de 1975, donde en principio se organizaba una administración tripartita, España, Marruecos y Mauritania con la finalidad de llevar a cabo la descolonización. España era la única de las tres que se planteaba ese objetivo y como la ONU, como de costumbre, tardaba en reaccionar y sus compañeras de administración iban a intentar sus fines de anexión de la parte que les correspondió en los Acuerdos citados, decidió retirarse comunicando a la ONU que renunciaba a sus obligaciones y derechos sobre el territorio.
Esta decisión no estaba ajustada a derecho internacional y seguimos siendo la potencia administradora “de iure”. Al irnos se proclamó la República Árabe Saharaui Democrática con un partido único, el Frente Popular para la Liberación de la Saquia el Hamra y Río de Oro, el POLISARIO, lo de democrática era el clásico adjetivo que se adjudican los sistemas socialistas de partido único como burdo disfraz para esconder una dictadura real.
Se inició un periodo de acciones militares que acabaron con la retirada de Mauritania, el éxodo de la mayoría de los saharauis a los campamentos de Tinduf en Argelia y la ocupación, a todas luces ilegal, por parte de Marruecos de casi la totalidad del territorio, la zona “liberada” en poder de la RASD es testimonial y la existencia del muro construido por Marruecos garantiza la posesión de la llamada parte útil.
En la actualidad, por una parte, resoluciones inoperantes de la ONU, una cada año, y por otra, presentación de planes de arreglo que contemplan la realización de un referendo del que Marruecos quiere eliminar cualquier pregunta sobre independencia como posibilidad, en realidad no está seguro de que no ya los saharauis, sino que tampoco los marroquíes instalados en el territorio desde su práctica anexión, votaran a favor de la unión con Marruecos, a pesar de la solución presentada concediendo, por lo menos en papel, una amplia autonomía a las “provincias del Sur”.
La situación está estancada desde el “alto el fuego” de 1991 y en algún caso similar, Chipre o Gibraltar la ineficacia de la ONU queda patente cuando las grandes potencias, en este caso EE. UU. y Francia, no están por apoyar sus resoluciones. ¿Quién obliga a Marruecos a retirarse para celebrar el referendo con garantías de transparencia y abarcando todas las posibilidades incluida la de independencia? Seguiremos durante años con esta nueva “roca”.
Antonio Ramos-Yzquierdo Zamorano
Teniente General (R)
Hermandad de la Agrupación de Tropas Nómadas del Sahara