Oportunidades, amenazas, retos y objetivos futuros de la Unión Europea (UE)

UELa historia de la integración europea ha sido un logro notable al pasar de una unión económica de seis Estados a una organización supranacional formada por la mayoría de los países del continente europeo. En la actualidad, la UE se encuentra en un orden mundial cambiante y en un periodo de crisis continuas que la plantean numerosas amenazas, retos y oportunidades en cuanto a su visión. El objetivo de este documento es enumerar las principales oportunidades, amenazas, retos y objetivos de la UE en el futuro próximo y lejano. La atención se centra en abordar las tendencias a largo plazo y no sólo las implicaciones a corto plazo de la actual dinámica mundial. Esto incluye tanto las cuestiones internas de la UE como las relativas al papel de la UE en el orden mundial. Del mismo modo, intento relacionar las cuestiones actuales con las tendencias y pautas de la Europa del siglo XX y cómo la UE puede aprovechar las lecciones de su historia para configurar su política futura.

La UE ha recorrido un largo camino desde el plan Schuman de 1950 y el Tratado de Roma de 1957 hasta convertirse actualmente en la segunda mayor democracia del mundo (SEAE, 2020) y la tercera mayor economía (Banco Mundial). La UE se encuentra actualmente en un cambio global hacia un orden mundial multipolar (Dee, 2005), el mayor cambio desde el final de la Guerra Fría (Krauthammer, 1990). Esto tiene varias implicaciones para su futuro, tanto positivas como negativas, internas y externas. Además, en la última década Europa se ha visto afectada por numerosas crisis regionales y mundiales, como la de la deuda europea, la migratoria de 2015, el Brexit, la pandemia del COVID-19, la crisis energética de 2021 y, más recientemente, la guerra entre Rusia y Ucrania. Aunque esto ha planteado amenazas y retos directos a corto plazo, la UE se enfrenta a cuestiones mucho más amplias a largo plazo. Sin embargo, esta dinámica también ha presentado muchas oportunidades que la UE puede aprovechar. Por ello, la fase actual puede describirse como el periodo más crítico de la historia de la UE hasta la fecha. La UE necesita tratar todas estas cuestiones con una visión clara y acorde con sus objetivos futuros, pero al mismo tiempo, las respuestas a algunas de estas preguntas pueden rastrearse en la historia europea. Una cosa es cierta: la UE necesita actuar con urgencia y unidad.

Oportunidades para el futuro de la UE

El emergente sistema multipolar ha brindado a la UE la oportunidad de actuar con mayor unidad. El ascenso de China, India, Rusia y otros como potencias económicas y militares que superan a la mayoría o a todos los Estados miembros individuales de la UE significa que si ésta quiere ser un actor importante o un «polo» en el futuro multipolar, es necesario que sea un actor unitario en asuntos de importancia mundial, ya que ninguno de los Estados de la UE podría convertirse en un polo por sí solo (Herolf, 2011, p.2,16).

La oportunidad de mayor unidad también se deriva de la necesidad de un enfoque más consolidado. La guerra entre Rusia y Ucrania podría ser un factor positivo que contribuya a una identidad europea más fuerte y a políticas comunes, como también se vio tras la invasión rusa de Crimea en 2014 (Gehring, 2021, p.1489,1500-01,1511). Aunque la situación actual es diferente, podría establecerse un paralelismo con las últimas etapas y las primeras de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, un periodo que fomentó las ideas del federalismo europeo (Wiener y Díaz, 2009, p.31-33). Por lo tanto, si bien la respuesta europea a la crisis no indica un cambio hacia el federalismo, podría resultar una oportunidad para mayor integración y unidad en las políticas.

La guerra combinada con la pandemia COVID-19 y la crisis energética han obligado a la UE a centrar su política en la resiliencia y la autonomía estratégica (Jacobs et al., 2022; Håkansson, 2022, p.2-3). Esto la ha brindado la oportunidad de reducir su vulnerabilidad, racionalizando el proceso hacia los dos aspectos más importantes no solo de las prioridades establecidas por el Parlamento de la UE para su política interior, sino también en términos de consecución del objetivo clave de política exterior de «autonomía estratégica» establecido por la UE en su Estrategia Global de 2016 (Alcaro & Tocci, 2021).

Amenazas para el futuro europeo

La UE se enfrenta a muchas amenazas reales. Según el Servicio de Estudios del Parlamento Europeo (EPRS) en 2022, la UE se enfrenta a 15 riesgos que podrían causar daños potenciales a su estabilidad y prosperidad en un futuro próximo, como fenómenos climáticos, riesgos económicos, etc. Sin embargo, las dos amenazas más pertinentes que parecen ser amenazas a largo plazo para la UE son 1) la agresión rusa y 2) el populismo.

La agresión rusa supone una amenaza no sólo para la seguridad europea, sino también para su integración. Para Rusia, la expansión de la UE y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) más cerca de su frontera le proporciona la amenaza para justificar lo que podría considerarse un expansionismo defensivo. Sus ofensivas en Georgia, Crimea y ahora Ucrania son claros ejemplos (Dedman, 2010, p.2,185-190). Esto puede remontarse a la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando Stalin siguió la misma política de expansionismo defensivo en Europa del Este. El escenario actual refleja un ciclo reaccionario creado por la expansión de la UE/OTAN seguida del expansionismo defensivo ruso. Independientemente de que Ucrania se convirtiera en miembro de la UE o de la OTAN, la perspectiva de que esto fuera una posibilidad llevó a Rusia a la agresión. Sin embargo, la invasión de 2022 ha llevado a Finlandia y Suecia, dos países de la UE, a ingresar en la OTAN. Así, Europa se encuentra en un dilema de seguridad (Kunz, 2022), ya que la mayor ampliación de la OTAN significa mayor expansionismo defensivo ruso. La necesidad de que la UE se convierta en un actor de seguridad más fuerte se ha hecho evidente y la UE ha dejado claras sus intenciones de hacerlo. Aunque las capacidades de la UE puedan considerarse hoy sólo complementarias a las de la OTAN (Borrell, 2022), esto ayudará al objetivo de autonomía estratégica de la UE en el futuro. El rearme de Alemania puede considerarse un paso positivo en esta dirección, pero también es necesario que la UE actúe con moderación y supervisión. Siempre existe la posibilidad de una carrera armamentística como la que vivió Europa a principios del siglo XX (Richards & Waibel, 2014, p.37).

Europa ha sido testigo del auge de los partidos populistas desde la crisis financiera de 2008 y la migratoria de 2016. El movimiento populista le plantea dos amenazas principales. Se ha demostrado que los movimientos populistas en Europa se basan en dirigirse contra los migrantes y el euroescepticismo (van der Woude, 2020; Noury & Roland, 2020, Buti & Pichelmann, 2017). Se considera que la raíz de los problemas socioeconómicos en Europa es la integración europea y la toma de decisiones de Bruselas. El auge de los partidos populistas no se limita a las elecciones de los Estados miembros, sino que también se observa en las elecciones parlamentarias de la propia UE. Un estudio del Pew Research Center muestra que los partidos euroescépticos representan el 29% del parlamento de la UE tras las elecciones de 2019, la cifra más alta de la historia (Desilver, 2019). Esto supone un gran desafío para la UE, ya que aquellos que se opusieron a la UE son ellos mismos los que toman sus decisiones y una continuidad en esta tendencia supone una grave amenaza para su futuro (Consejo de la UE 2021). Del mismo modo, la securitización de la migración es también un reto clave para la UE. Aunque en modo alguno comparable al Holocausto, el hecho de que los populistas neonazis apunten a la inmigración y a los inmigrantes como la razón de los problemas socioeconómicos guarda similitudes con la Alemania nazi (Lazaridis & Tsagkroni, 2015).

Retos para la UE

Uno de los problemas más acuciantes para la UE sigue siendo el de la integración. En este caso hay que tener en cuenta numerosos factores. ¿Debe la UE aspirar a ampliarse o a profundizarse, o a ambas cosas, o a ninguna? Es decir, ¿debe la UE seguir ampliándose y añadir más Estados miembros o debe centrarse en la mayor integración entre los miembros actuales, que ya son 27? Este reto es aún más pertinente tras la salida del Reino Unido. ¿Existe un límite para la integración de la UE (Thiel, 2011)? Hay argumentos que apoyan cada uno de los planteamientos mencionados sobre su integración (Wiener y Díez, 2009; Kelemen et al., 2014). El fracaso de la UE a la hora de ratificar el Tratado Constitucional de 2004 y el posterior paso al Tratado de Lisboa también pusieron de manifiesto los límites de su integración (Carbone, 2010). Además, la UE no ha sido capaz de elaborar un Tratado desde entonces. Queda pendiente otra cuestión: la de ser europeo en sí mismo. ¿Cuáles son las fronteras de Europa, tanto reales como culturales? Muchos partidos conservadores y nacionalistas de Europa se oponen a cualquier posible ampliación de la UE a países de mayoría musulmana como los Balcanes Occidentales y Turquía (Bélanger & Schimmelfennig, 2021).

Otro reto importante sigue siendo el del cambio climático. El cambio climático y la sostenibilidad han sido aspectos importantes de los debates sobre política interior y exterior de la UE, que ha demostrado a menudo su ambición de ser un líder mundial en política climática (Çelik, 2020). Sin embargo, ha sido criticada a menudo por su hipocresía en materia de cambio climático y sus exigencias injustas a los países en desarrollo (Gold, 2022). La UE ha abogado en repetidas ocasiones por reformar el marco de la Responsabilidad Común pero Diferenciada (CBDR), que exige a los países desarrollados más responsabilidad contra el cambio climático que a los países en desarrollo (Petri & Biedenkopf, 2019). Ello se debe a que China e India tienen una responsabilidad limitada en el control de las emisiones de gases de efecto invernadero, a pesar de ser dos de los mayores emisores del mundo (Friedrich et al., 2020). Sin embargo, la propia UE es el tercer mayor emisor. Además, las emisiones per cápita de los países de la UE son considerablemente superiores a las de la mayoría de los países en desarrollo (Worldometer). Además, la crisis energética y la guerra de Ucrania son también retos para el objetivo de neutralidad climática de la UE para 2030 y 2050. Por lo tanto, no sólo los riesgos y vulnerabilidades de la UE ante el cambio climático, sino también su objetivo de ser líder en política climática se enfrenta a varios retos.

Objetivos futuros de la UE

La Unión Europea estableció cuatro prioridades para el periodo 2019-2024, entre ellas la protección y la libertad de los ciudadanos, el desarrollo de una economía fuerte, la sostenibilidad en Europa y la promesa de los valores e intereses europeos a escala mundial. Aunque se trata de prioridades a corto plazo, son coherentes con los principios históricos de la UE y, al mismo tiempo, ofrecen una imagen de sus objetivos.

Sin embargo, en mi opinión, el objetivo más importante de la UE en su futuro próximo sigue siendo el desarrollo de su Política Exterior y de Seguridad Común (PESC). La UE anunció su Estrategia Global en 2016 y sus principales objetivos incluyen: 1) la autonomía estratégica, o no depender de nadie para su seguridad y 2) la promoción de un orden mundial basado en normas y fundamentado en el multilateralismo. Además, también se ha dado cuenta de la centralidad del Indo-Pacífico en el futuro. Por este motivo, aspira a desempeñar un papel más implicado en la región. La UE siempre ha aspirado a ser un actor normativo en política exterior, lo que significa que su política exterior no se basa en una política de poder realista, sino más bien en la exportación de sus valores. Aunque ha reafirmado la importancia de promover sus valores en su política exterior, la UE también ha anunciado su ambición de convertirse en un actor geopolítico eficaz en 2021 (Parlamento Europeo). La política exterior sigue siendo uno de los elementos menos integrados de la UE, lo que significa que las políticas exteriores de los Estados individuales y de ella misma pueden competir o contrastar en muchos casos (Hadfield et al., 2017). Sin embargo, también es cada vez más el aspecto más importante para sus objetivos globales. Por lo tanto, es necesario que la Unión y sus Estados miembros den los pasos necesarios hacia el desarrollo de la PESC si pretende ser un actor importante en el mundo multipolar.

Conclusión

La UE se encuentra en un periodo crucial en el que se le plantean amenazas y retos, pero también oportunidades para alcanzar sus objetivos. La situación actual presenta muchas similitudes con la que vivió Europa hace exactamente un siglo, como la guerra, una pandemia y un mundo cambiante (Carr, 2020). Está claro que las tendencias de muchos de los acontecimientos actuales que afectan a la UE pueden remontarse a la historia europea y las lecciones de entonces pueden ayudar a configurar sus políticas actuales. Sin embargo, aunque aprender del pasado es importante, también lo es mirar hacia el futuro en busca de respuestas. La Conferencia sobre el Futuro de Europa celebrada en 2021-2022 fue una gran iniciativa en este sentido. Aunque puede que la UE no esté viviendo sus momentos más gloriosos, sigue siendo el experimento de integración regional con más éxito (Feng & Genna, 2003). Si alcanzará o no mayores cotas o verá un declive sigue siendo un misterio, pero una cosa es segura, la UE se enfrenta a varios interrogantes en el cambiante orden mundial y la urgencia y unidad con que actúe determinarán su futuro.

Fte. Modern Diplomacy