El Long Range Anti-Ship Missile (LRASM) es un misil furtivo guiado de precisión de última generación, capaz de detectar e identificar semi-autónomamente buques enemigos. La tecnología de enrutamiento y orientación de precisión del sensor, que no depende exclusivamente de sistemas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, enlaces de red o navegación GPS, permite que el misil funcione de manera efectiva en dominios controvertidos y en todas las condiciones climáticas, de día o de noche.
El LRASM naval significa ampliar dramáticamente las formas en que se puede emplear este misil. El LRASM ha recorrido un largo camino desde sus orígenes en el programa JASSM aire-tierra (Joint Air To Surface Standoff Missile).
Pero en el combate naval, si bien los aviones pueden transportar misiles más lejos y más rápido que los buques de guerra, no pueden transportar tantos, lo que significa que, aunque los barcos carezcan de la agilidad de los aviones, la compensan con otras capacidades. Por ejemplo, el ala aérea de un portaviones de 44 cazabombarderos podría transportar 88 LRASM, mientras que un solo destructor Arleigh Burke podría llevar 96.
Hasta hace poco, el único misil que los barcos de la Armada podían disparar contra las naves enemigas era el Harpoon, cuyo alcance es de 70 a 150 millas (dependiendo del modelo), ya superado por las nuevas armas rusas y chinas.
El año pasado, la Oficina de Capacidades Estratégicas del Pentágono modificó el Misil Estándar SM-6 de la Armada, originalmente diseñado para la defensa antiaérea y de misiles, para atacar a buques. El SM-6 tiene más alcance que el Harpoon, pero su cabeza de guerra es mucho más pequeña. La del Harpoon pesa casi 500 libras en comparación con la del SM-6, que solo pesa 140 y es adecuada para derribar aviones y misiles de crucero atacantes, pero no tanto para hundir un barco enemigo.
EL LRASM tiene mayor alcance y una gran cabeza de guerra, 1,000 libras. Es cierto que el LRASM subsónico es más lento que el SM-6, que alcanza Mach 3.5 para atacar misiles enemigos, o que el Klub ruso, que acelera a Mach 2.9 para su aproximación final. Pero la Marina optó deliberadamente por un misil más lento, pero más sigiloso y más inteligente.
El LRASM está diseñado para navegar de forma autónoma cerca del radar y las defensas enemigas, con tal cantidad de inteligencia artificial a bordo, que le permite cambiar de rumbo sin supervisión humana ni guía satelital.
El 26 de julio, el contratista Lockheed Martin anunció un contrato de $ 86.5 millones para construir los primeros 23 misiles de producción para empleo desde cazabombarderos Super Hornet de la Armada y bombarderos B-1B de la Fuerza Aérea. Lockheed también anunció ese día que, por primera vez, había probado con éxito un LRASM modificado a partir del tipo de lanzadores utilizados en los barcos de la Armada.
Por otro lado, BAE Systems, el 1 de noviembre, comenzó la producción de los sensores bajo un pedido de $ 40 millones del contratista principal Lockheed Martin.
El sensor permite al misil buscar y atacar objetivos marítimos específicos dentro de grupos de barcos, incluidos aquellos protegidos por sofisticados sistemas antiaéreos.
El alcance y las capacidades de supervivencia y letalidad del misil se han diseñado para llevar a cabo misiones en entornos denegados desde más allá del alcance del fuego enemigo, satisfaciendo así una necesidad apremiante de la Navy y de la Air Force de EE. UU. La avanzada tecnología del » mid-course sensor» de BAE Systems incorpora las capacidades de software y hardware que la compañía ha diseñado para las plataformas de aviones de guerra electrónica líderes en el mundo. El sistema de sensores también representa el enfoque de la compañía para llevar la guía de precisión a plataformas pequeñas y se basa en su experiencia en el procesamiento de señales y detección y localización de objetivos.
Fte.: Breaking News y BAE Systems