Si tuvieran éxito, los nuevos misiles hipersónicos de DARPA podrían suponer una revolución en la tecnología hipersónica.
El hecho es éste: cuando su diseño esté completo y se hayan realizado pruebas de vuelo con éxito, los OpFires de Lockheed-Martin-DARPA podrían cambiar las reglas del juego, especialmente en manos de los marines estadounidenses. Sin embargo, pasarán algunos años hasta que esta empresa, técnicamente difícil, dé sus frutos.
La necesidad
El secreto grupo de investigación y desarrollo DARPA del Departamento de Defensa, responsable de algunos de los proyectos tecnológicos más secretos y vanguardistas de Estados Unidos, se ha asociado con Lockheed Martin para desarrollar una nueva arma hipersónica de alcance intermedio lanzada desde tierra. El objetivo del proyecto, conocido como OpFires u Operational Fires, es desarrollar un «propulsor avanzado capaz de lanzar una variedad de cargas útiles a una variedad de distancias».
En términos simples, OpFires emparejaría un nuevo misil hipersónico de alcance variable con plataformas móviles de lanzamiento en tierra, que podrían atacar objetivos terrestres y marítimos de alto valor y críticos en el tiempo. Aunque el proyecto no parece especialmente novedoso sobre el papel, en realidad supone una importante revolución en el diseño de misiles hipersónicos. He aquí la razón:
¿Por qué es importante?
El desarrollo de los misiles hipersónicos estadounidenses está bien documentado. Por sí mismo, un nuevo misil hipersónico de medio alcance no sería necesariamente algo nuevo o de especial importancia. Lo que hace que este proyecto sea especialmente difícil, y, por tanto, esté dentro del ámbito de DARPA, es que este cohete hipersónico será ser acelerado.
Los cohetes que funcionan con combustible sólido viajan a toda potencia: una vez encendidos, normalmente no se pueden apagar ni ralentizar. Por consiguiente, los cohetes pueden tener dificultades para alcanzar objetivos que estén más cerca de su distancia máxima. Aunque teóricamente es posible, hacer que un cohete baje a toda velocidad a través de la atmósfera con un peso adicional a bordo en forma de combustible no quemado puede suponer una enorme tensión en el cuerpo del cohete, que puede provocar su rotura durante el vuelo.
Hacer que un cohete vuele a menos de su distancia máxima es difícil: normalmente es algo malo si un cohete se apaga durante el vuelo. Pero para alcanzar objetivos más cercanos o en movimiento, podría ser necesario.
Una vez completado el proyecto, podría ser empleado por el Cuerpo de Marines.
HIMARS y la nueva misión del Cuerpo de Marines
Aunque DARPA y Lockheed están desarrollando el OpFires para el Ejército de Tierra, el proyecto podría tener también grandes implicaciones para el Cuerpo de Marines de Estados Unidos.
En una de las misiones para las que se adiestran el Coprs´s Reconnaissance Marines, los infantes de marina y los aviadores realizarían infiltraciones y exfiltraciones extremadamente rápidas en islas controladas por el enemigo en el Pacífico. Una vez asegurados, los transportes de la Fuerza Aérea aterrizarían y descargarían una plataforma de artillería de cohetes de largo alcance HIMARS, que luego apuntarían a los buques de superficie enemigos y emprenderían una rápida huida.
Aunque actualmente no está equipado para disparar misiles hipersónicos, el sistema HIMARS podría, en teoría, adaptarse para disparar rápidamente misiles hipersónicos contra los barcos enemigos, una capacidad que podría dar a Estados Unidos una ventaja en un conflicto de ritmo rápido en el Pacífico.
Observación final
Una vez completados el diseño y las pruebas de vuelo, el Lockheed-Martin-DARPA OpFires podría cambiar las reglas del juego, especialmente en manos de los marines estadounidenses. Sin embargo, pasarán algunos años hasta que esta empresa técnicamente exigente dé sus frutos. Lockheed estima que los componentes y subsistemas se probarán a finales de este año, y que las pruebas de vuelo iniciales comenzarán en 2022.
Fte. The National Interest