Como nación militarmente neutral, Irlanda lleva a cabo principalmente actividades de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas y durante mucho tiempo ha infradotado sus fuerzas de defensa, pero las amenazas que Rusia plantea a la seguridad europea han suscitado interrogantes sobre la preparación marítima de Dublín.
Esta semana, el viceprimer ministro de Irlanda descartó explícitamente el desarrollo de capacidades de guerra antisubmarina, a pesar de enfrentarse a duras críticas por su debilidad naval, su incapacidad para proteger de forma independiente los cables submarinos o impedir los ejercicios navales rusos en aguas de la zona económica exclusiva (ZEE) irlandesa.
«Irlanda nunca estará en condiciones de participar en una guerra submarina, pero creo que se pueden desarrollar estrategias para proteger activos económicos vitales, en particular los cables submarinos», declaró Michéal Martin, que también es ministro de Asuntos Exteriores y de Defensa, al Atlantic Council durante una visita al think tank estadounidense el 8 de febrero en Washington. No quiso dar más detalles sobre cuáles podrían ser esas opciones de guerra antisubmarina.
El predecesor de Martin, Simon Coveney, admitió públicamente, en vísperas de un controvertido ejercicio naval ruso frente a las costas irlandesas en enero de 2022, que Irlanda no tenía poder para detenerlo, a pesar de decir que Rusia «no era bienvenida».
El sabotaje en septiembre del gasoducto Nord Stream también ha hecho temer ataques similares contra los cables transatlánticos submarinos que rodean la ZEE de Irlanda en el Atlántico Norte. Los cables son fundamentales para el transporte de datos y las transacciones financieras y son muy vulnerables a los ataques, sin que el Servicio Naval irlandés pueda defenderlos adecuadamente.
La escasez de personal del Servicio Naval irlandés, provocada por una crisis de reclutamiento, hace que tenga dificultades para operar seis buques en activo, responsables de controlar el 16 por ciento de las aguas territoriales de la Unión Europea, según Foreign Policy.
«Al igual que muchos ejércitos de todo el mundo, sufrimos problemas de reclutamiento y retención de personal…, pero, una vez más, formamos parte de una estrategia europea de seguridad y defensa más amplia en términos de protección», declaró Martin en el Consejo Atlántico.
Irlanda lleva años debatiéndose entre lo que se necesita para defender su territorio y un presupuesto limitado que compite con las políticas nacionales. En febrero de 2022, una revisión exhaustiva del estado de las capacidades militares irlandesas, llevada a cabo por la Comisión de las Fuerzas de Defensa, concluyó que para 2040 el servicio naval irlandés debería incluir una «flota equilibrada de al menos 12 buques, apoyada por la tecnología adecuada, como parte de una estructura conjunta de las Fuerzas de Defensa».
Como parte de ese proceso de revisión, se proporcionaron al Gobierno irlandés tres paquetes de inversión, conocidos como conjuntos de Nivel de Ambición (LoA). El LoA 1 era modesto, el LoA 2 era una inversión media, y el LoA 3 el más ambicioso, que habría dotado al Servicio Naval de «capacidades marítimas para defender al Estado de un ataque militar convencional». También habría incluido un buque patrullero de alta mar «orientado al combate».
En cambio, en julio de 2022 Dublín aprobó seguir adelante con la LoA 2, que prioriza «mayor presencia en el mar» mediante el funcionamiento de una flota naval a «un nivel óptimo a través de la doble tripulación». Junto con la transición a la LoA 2, el Departamento de Defensa irlandés se comprometió a aumentar el gasto militar de 1.100 millones de euros (1.190 millones de dólares) a 1.500 millones de euros (1.620 millones de dólares) para 2028, el mayor incremento desde la fundación de la República de Irlanda.
La desestimación de la LoA 3 significó también que no saldrá adelante la recomendación para adquirir un primer escuadrón de aviones de combate, en medio de la oposición política a que el Cuerpo Aéreo irlandés siga dependiendo de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) para llevar a cabo misiones de Alerta de Reacción Rápida para escoltar a los aviones rusos lejos del espacio aéreo irlandés.
Al margen de los planes para transformar las ambiciones de defensa nacional, Martin afirmó que cree que «Irlanda puede aportar algo» a un tribunal provisional que se prevé crear en La Haya para poder juzgar los crímenes de guerra rusos y sigue apoyando la solicitud de adhesión de Ucrania a la Unión Europea.
Fte. Breaking Defense