Un tema común emerge de los intentos del Ejército de hacer uso de las nuevas tecnologías de comunicación: en un futuro próximo, sus programas de comunicación se centrarán en llevar más datos al frente y desde el frente, pese a las cada vez más agresivas actividades de guerra electrónica.
Dos programas piloto del Ejército tienen como objetivo acercar el almacenamiento en nube a las líneas del frente para el año fiscal 2023, dicen el General de División Peter A. Gallagher, el director del Network Cross-Functional Team y el General de Brigada Robert M. Collins, oficial ejecutivo del programa Command, Control, Communications-Tactical. Pero los dos proyectos abordan el problema de manera diferente, dijeron en un evento virtual organizado por el Club de Oficiales del Potomac.
El objetivo del primer proyecto piloto, que los operadores acaban de probar, fue trasladar un software de entrenamiento de una ubicación fija a una nube, para su uso en cualquier lugar. Esto será muy útil cuando el Ejército despliegue su nuevo Integrated Visual Augmentation System (IVAS): gafas de realidad aumentada que permitirán a los soldados revisar y volver a entrenar en las diferentes operaciones que han experimentado.
El segundo piloto mira a las nubes virtuales, básicamente entornos de nubes más pequeñas dentro de nubes más grandes. Gallagher dijo que el objetivo es dejar de lado los datos que los operadores utilizan raramente, y priorizar el acceso a datos más valiosos en entornos donde hay mucha interferencia y piratería.
El Ejército ha construido varios prototipos de herramientas, de los que Gallagher y Collins destacan nuevos prototipos en alternativas de criptografía, como los métodos para enviar comunicaciones seguras más allá del cifrado tradicional, para el rastreo de unidades militares amigas (también en entornos de guerra electrónica) y herramientas de comunicaciones por satélite que dependen menos de las señales comerciales de los satélites de banda ancha. También están trabajando con el equipo del Future Vertical Lift -grupos de ataque terrestres sobre helicópteros tripulados y no tripulados- para construir equipos de comunicaciones por satélite de banda ancha que puedan «funcionar en nuestras plataformas a través de las aspas del rotor».
El Ejército está trabajando con la industria en la fabricación de prototipos de herramientas de comunicación por satélite de órbita múltiple y multitrayecto (es decir, en la órbita terrestre baja, la órbita geo-terrestre, etc.), programas de radio definidos por software para la norma CMOSS, que se refiere al conjunto modular abierto de normas de software que permite que diferentes vehículos militares compartan la misma plataforma de software, operaciones de red unificadas, gestión de identidades, transferencia de datos menos pirateables o interferibles y técnicas para hacer converger fuentes de datos dispares en un tejido común.
Por último, destacaron ocho tecnologías que han salido del Combat Capabilities Development Command, que describieron como listas para un uso experimental más amplio en el campo. Esas esferas incluyen la comprensión de la situación cibernética, la seguridad de las aplicaciones, las operaciones de redes tácticas integradas, la cancelación de la interferencia de la forma de onda TSM, que se emplea comúnmente en entornos tácticos, y una mayor conciencia del espectro «para que podamos ver cómo es nuestra firma y tomar medidas para mitigarla».
En 2017, los mandos del Ejército clasificaron las comunicaciones como una de las cinco principales prioridades de modernización. Podría decirse que es la número 1, ya que proporcionará la base para compartir datos, entre una amplia gama de vehículos robóticos y soldados portadores de dispositivos. Queda por ver cómo se conectarán todas esas piezas del Army con los otros ejércitos, como parte de las nacientes redes Joint All-Domain Command and Control del Pentágono.
Sé el primero en comentar