Con los sistemas no tripulados cada vez más omnipresentes en el campo de batalla, la cuestión de hacia dónde se dirigen y qué tecnologías los acompañan, como la autonomía, está en el candelero.
En primer lugar, para comprender mejor la dirección futura del campo no tripulado, es instructivo observar algunas tendencias importantes: el número de usos de sistemas no tripulados en el campo de batalla ha aumentado significativamente en los conflictos posteriores al 11 de septiembre en Afganistán e Irak; el programa Shadow® Tactical Unmanned Aircraft System (UAS) del Ejército de los EE.UU. ha registrado cerca de 1 millón de horas de vuelo en esas áreas de operación; la proliferación y mercantilización de las capacidades de los UAVs es un fenómeno mundial, como lo demuestra tanto la posesión generalizada de hardware de los UAVs como la capacidad de producir en el propio país, al menos rudimentariamente, sistemas no tripulados; finalmente, el crecimiento del naciente mercado de sistemas comerciales no tripulados se ha sumado a esta tendencia, al igual que el énfasis del gobierno en un mayor uso de soluciones comerciales disponibles.
Pero mientras que la mercantilización ha ocurrido a nivel de la plataforma, particularmente entre los vehículos aéreos más pequeños, la superación de los desafíos que presentan los adversarios, que emplean estrategias militares contra la denegación de acceso de área (A2AD) requiere soluciones mucho más capaces, que simplemente disponer de hordas de aviones no tripulados baratos.
En este entorno, ¿cómo conservarán su ventaja las fuerzas estadounidenses y aliadas? Las capacidades y tecnologías críticas son necesarias. Estas incluyen la capacidad de formar enjambres dinámicos, realizar el reconocimiento automático de objetivos, poseer autonomía e inteligencia artificial a bordo, así como tener capacidades de comunicación interoperables.
En primer lugar, las plataformas futuras, con o sin tripulación, necesitarán cada vez mejor colaboración entre sensores y cargas útiles con las fuerzas aliadas. Este creciente nivel de colaboración y autonomía ya está ocurriendo. Impulsados por los avances en la potencia de la computación a bordo, así como por sensores más pequeños con menor consumo de energía y algoritmos avanzados, los sistemas no tripulados del mañana podrán comunicarse mejor entre sí y tomar sus propias decisiones sobre las funciones básicas, como la navegación, para permitir el enjambre dinámico o para identificar áreas de interés durante las misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
A continuación, los sistemas que pueden operar y comunicarse sin problemas con otras plataformas militares en todos los dominios serán los más exitosos. Atrás quedaron los días en que la composición de la fuerza estaba dominada en gran medida por plataformas específicas para cada misión. Dado que las plataformas deben ser altamente capaces de hacer frente a las amenazas de A2AD, un enfoque específico para cada misión será simplemente inasequible. En cambio, cada vez son más las plataformas que pueden actuar como «camiones» altamente capaces, pero también flexibles, que pueden intercambiar fácilmente cargas útiles diseñadas para misiones específicas, mientras que la plataforma en su conjunto satisface muchas necesidades.
Las capacidades multidominio para llevar a cabo el mando y control (C2) y otras tareas también serán vitales, a medida que las tecnologías pasen de las operaciones de control remoto al concepto de «hombre que supervisa el bucle». El progreso tecnológico en el suministro de comunicaciones seguras y un nivel de inteligencia artificial a bordo son elementos necesarios, al igual que las tecnologías de fusión de datos. Las versiones iniciales de estas soluciones multidominio C2 para sistemas no tripulados ya están aquí. Por ejemplo, el Ejército de Estados Unidos tiene años de experiencia operando la Universal Ground Control Station and One System Remote Video Terminal, que permite a los soldados en unidades tácticas acceder al video de sensores desde aviones no tripulados. Las tecnologías de colaboración y control multidominio de próxima generación para llevar el concepto a un nuevo nivel están maduras, permitiendo a un solo usuario operar simultáneamente varios vehículos y sensores, incluyendo la capacidad de controlar numerosos tipos de aeronaves y otros sistemas multidominio no tripulados de diferentes fabricantes. Además, estos sistemas están preparados para incorporar las mejores aplicaciones de software disponibles como «plug-ins» a una arquitectura abierta.
La industria también está invirtiendo en tecnologías adicionales, para asegurar que los sistemas no tripulados del mañana continúen satisfaciendo las necesidades de Estados Unidos y sus aliados. Entre ellos se encuentran la generación avanzada de energía, los sistemas con maniobrabilidad mejorada y los vehículos diseñados para desplegarse con un soporte más ligero y menor huellas operativas. Hecha con inteligencia, la aplicación de tecnologías como la autonomía puede integrarse mejor en los sistemas no tripulados para mejorar la navegación, la inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento, así como otras tareas, al tiempo que se deja a un hombre en la cuerda floja para el uso de las armas.
Además, los usuarios de la defensa podrán aprovechar con acierto el trabajo del sector comercial, en áreas como los vehículos no tripulados que están a la vanguardia de la inteligencia artificial para la navegación. Pero para que los militares pueden aprovechar estos desarrollos comerciales, hay, y seguirá habiendo, endurecimiento cibernético, supervivencia y otros requisitos específicos que son exclusivos del mercado de la defensa y que requieren socios industriales experimentados con un profundo conocimiento de las necesidades de la seguridad nacional.
El paso continuo de programas de larga duración a la adopción del modelo de «comprar, probar y decidir», así como los mayores usos de la creación de prototipos financiados, está ayudando a acelerar muchas de estas nuevas y prometedoras tecnologías. Las empresas pueden ahora equiparar sus fondos internos de investigación y desarrollo para hacer avanzar esa innovación y asegurar que Estados Unidos y sus aliados permanezcan a la vanguardia de las tecnologías no tripuladas.
Fte. C4ISRNET