Las islas artificiales de China se desmoronan y hunden

islas artificiales de China
Foto: Reuters

Bejing construyó rápidamente islas artificiales, con el objetivo de apoderarse de territorios en disputa. Pero ahora parece que su avaricia y velocidad se le está volviendo en contra. Razón: construcción deficiente, unida al cambio climático, equivale a islas inestables.

Desde 2013, el gobierno chino ha dragado y casi destruido arrecifes ecológicamente delicados en aguas en disputa, para construir siete grandes bases militares con puertos, pistas de aterrizaje e instalaciones de radar y misiles.

Las islas funcionan como portaaviones insumergibles y ayudan a consolidar las reivindicaciones de Beijing sobre aguas ricas en pesca y minerales, aguas que también reclaman los países vecinos. «Si esta terraformación ha desaparecido de los titulares, es porque está en gran parte completa», informa The Economist.

Tal vez las instalaciones más importantes se encuentren en los arrecifes de Fiery Cross, Subi y Mischief en el grupo de islas Spratly. Vietnam, Filipinas, Malasia, Brunei y Taiwán también reclaman las Spratlys.

Entre 2013 y 2016, enormes buques de construcción pulverizaron los arrecifes para crear las materias primas para las bases. Sólo la draga Tianjing movía 4.500 metros cúbicos de materiales cada hora, «suficiente para casi llenar dos piscinas de tamaño olímpico», según el Hong Kong South China Morning Post.

Aunque Beijing afirma que ha comenzado a restaurar los arrecifes que destruyó, no está claro cuán efectivos pueden ser esos esfuerzos de restauración. El biólogo marino John McManus de la Universidad de Miami dijo que el dragado «mata básicamente todo» lo que vive alrededor de los arrecifes de coral.

Para el Partido Comunista Chino, el coste ambiental de las nuevas bases valió la pena. Las instalaciones «permiten a China controlar la totalidad del Mar del Sur en cualquier escenario bélico, excepto en una confrontación total con Estados Unidos», explicó The Economist. «El nuevo puerto y las instalaciones de reabastecimiento están ayudando a China a proyectar su poder cada vez más lejos. Los buques de prospección chinos buscan petróleo y gas en aguas disputadas».

En 2014 China desplegó una plataforma petrolífera en la zona económica exclusiva de Vietnam, lo que llevó a un enfrentamiento entre las fuerzas chinas y vietnamitas. Los chinos finalmente retiraron la primera, para más tarde desplegar una segunda.

«Sin embargo, no todo va como China quiere», añade The Economist. «Los rumores sugieren que el hormigón de las nuevas islas se está desmoronando y sus cimientos convirtiendo en una esponja en un clima hostil. Y eso, sin considerar lo que el impacto directo de un súper tifón podría hacer.»

Más significativamente, los países vecinos están resistiendo la presión china para desarrollar conjuntamente los yacimientos de gas que se encuentran dentro de sus [zonas económicas exclusivas]. Aunque Filipinas aceptó en principio un desarrollo conjunto, todavía no se ha firmado un acuerdo formal a tal efecto.

China tampoco ha impedido que compañías petroleras extranjeras trabajen con otros estados del litoral.

La plataforma de perforación china en aguas vietnamitas la opera una empresa estatal rusa, Rosneft, aunque Rusia es supuestamente amiga de China.

El futuro incierto de las bases insulares no ha disuadido a China de amontonar capacidades adicionales en una infraestructura potencialmente frágil. En noviembre de 2019 un dirigible de vigilancia apareció por primera vez en Mischief Reef.

«Un aerostato con radar [dirigible] proporcionaría una opción muy capaz, pero también relativamente barata, para monitorear diversas actividades alrededor de Mischief Reef, así como la posibilidad de apuntar misiles tierra-aire y anti-buque para hacer frente a posibles amenazas», informó Joseph Trevithick en The War Zone.

La posición elevada ayudaría a aumentar considerablemente el alcance general del sistema, lo que sería especialmente valioso para detectar amenazas de vuelo a baja altura, como los misiles de crucero o los enjambres de pequeñas aeronaves no tripuladas, según se acerquen a la cresta del horizonte. Aunque China está mejorando constantemente las defensas de sus islas artificiales, los misiles de crucero que vuelan bajo representan sin duda una amenaza continua para sus puestos de avanzada.

Los sistemas de radar montados en aerostatos también pueden permanecer en el aire durante largos períodos y, dependiendo de sus capacidades, en muchos tipos de clima, lo que los hace mucho más rentables y fáciles de mantener que las plataformas de sensores aéreos tripuladas. También pueden volar mucho más alto y, por lo tanto, tienen una línea de visión mucho más larga hasta el horizonte, que incluso los grandes radares terrestres montados en mástiles.

La Armada de Estados Unidos maniobra periódicamente un buque de guerra cerca de una de las bases insulares de China para hacer valer el derecho legal de las fuerzas estadounidenses a navegar por aguas internacionales. En caso de guerra entre Estados Unidos y China en la región del Pacífico occidental, es probable que los puestos avanzados sean objetivos importantes para los estadounidenses.

Fte. The National Interest

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