Las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos se preparan para probar un nuevo sistema de posicionamiento basado en pods que podrían sustituir al GPS por satélite en caso de emergencia. El sistema miraría hacia abajo, no hacia arriba, para obtener datos de posicionamiento usando el propio campo magnético de la Tierra. Si tiene éxito, la tecnología podría proporcionar un backup eficaz en caso de que los satélites no estuvieran disponibles.
La posición, navegación y cronometraje por satélite (PNT) es una de las innovaciones tecnológicas más revolucionarias del último medio siglo. Los satélites PNT, como el GPS estadounidense, el Galileo europeo, el GLONASS ruso y el Beido chino, permiten a cualquier persona con un receptor PNT conocer su ubicación con un alto nivel de precisión en todo el mundo.
Lo que está en juego es mucho más importante en el mundo militar, donde los satélites PNT permiten a las unidades de carros de combate identificar su posición en el campo de batalla, a los aviones de guerra sortear las defensas aéreas enemigas conocidas y a los misiles atacar objetivos con una precisión sin precedentes.
Más de 30 satélites GPS estadounidenses prestan servicios de PNT en todo el mundo, y las fuerzas estadounidenses dependen en gran medida de ellos en tiempos de paz. Sin embargo, los satélites también serían objetivos importantes en tiempos de guerra, ya que los adversarios intentarían destruirlos o interferirlos o falsear sus señales. La interferencia consiste en impedir que los usuarios reciban las señales del GPS, mientras que la suplantación envía datos de posicionamiento falsos a los receptores.
Ahora, según informa New Scientist, las Fuerzas Aéreas estadounidenses se preparan para probar un sistema que permitirá a los aviones determinar su posición utilizando el campo magnético de la Tierra como referencia. El sistema, instalado en un paquete de sensores modulares AgilePod, usa un magnetómetro para leer el campo magnético local de la Tierra y determinar la ubicación del avión.
El campo geomagnético de la Tierra es un campo invisible generado por el núcleo y la corteza del planeta. El campo es bien conocido y se puede cartografiar detectando las variaciones locales de dirección e intensidad, a menudo causadas por cosas como los depósitos de hierro e incluso los objetos fabricados por el hombre. A diferencia de los satélites, el campo geomagnético no puede ser destruido y está siempre presente.
Las Fuerzas Aéreas probaron por primera vez la navegación magnética en 2017, cuando un avión equipado con un magnetómetro fue capaz de determinar continuamente su ubicación con una precisión de 13 metros durante un vuelo de una hora.
Con una precisión de 13 metros, la navegación magnética no está a la altura de la navegación por satélite, aunque el sistema podría ser más preciso en el futuro. El sistema también se basa en la cartografía del campo magnético antes de la puesta en servicio, lo que sería bastante fácil en Estados Unidos, Europa y partes de Asia, los mapas precisos de Rusia y China podrían no ser tan fáciles de obtener.
Fte. Popular Mechanics