La Fuerza Aérea de EE.UU. quiere instalar sensores en los satélites de sus aliados

La Fuerza Aérea de Estados Unidos planea instalar sensores en los satélites de los aliados para aumentar la disuasión y resistencia de su propia red e incluso para anticipar su entrada en servicio.

El objetivo es diversificar la composición de las naves espaciales militares que rodean la Tierra, protegiéndolas mejor contra un ataque enemigo, y persuadiendo a Rusia y China para que se lo piensen dos veces antes de lanzar una guerra en el espacio, dicen los oficiales de la US Air Force.

«Cuando se tiene la capacidad complicar la toma de decisiones de un adversario, particularmente en una crisis, se tiene un mayor poder disuasorio, porque le haces pensar en las consecuencias», dijo la secretaria de la Fuerza Aérea Heather Wilson en abril, en el Simposio Nacional Espacial, una reunión anual de más de 14.000 profesionales militares y comerciales del espacio.

La distribución de los sensores en los satélites hace que los recursos militares en el espacio sean más resilientes, un término que a menudo utilizan los mandos de la Fuerza Aérea en los últimos años, para describir a las naves espaciales que pueden resistir mejor un ataque enemigo.

En EEUU temen que la gran y costosa constelación, que proporciona, por ejemplo, coordenadas de posicionamiento global, comunicaciones e inteligencia pueda ser víctima de las actuales y futuras armas anti-satélite chinas o rusas.

Los mandos no ocultan pasos dados en reacción al desarrollo de las armas de estos potenciales adversarios, incluyendo peticiones a las empresas, para que construyan satélites más maniobrables y resistentes a la piratería y las interferencias.

La propuesta de poner sensores americanos en satélites extranjeros, un concepto llamado carga útil alojada, dará a la Fuerza Aérea una forma poner determinados sensores en órbita antes de lo previsto, ya que no tendrán que esperar a que los satélites portadores sean lanzados. Un acuerdo con Noruega permitirá que algunas cargas útiles, se pongan en órbita hasta tres años antes de lo planeado, dijo el general Jay Raymond, Jefe del Mando Espacial de la Fuerza Aérea.

Posicionar de manera más diversa los activos en el espacio podría cambiar el cálculo de un posible atacante, porque «si no les resulta fácil destruir un satélite porque está distribuido o porque hay copias de seguridad que funcionan en satélites que pertenecen a otros países», dijo Wilson.

«Así que, si te peleas conmigo, tienes que pelear con mi hermano también», dijo. «Eso crea resiliencia inherente al diseño del sistema».

Fte. Defense One

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