La Fuerza Aérea de EE.UU. planea construir pistas con bacterias

Con el proyecto Medusa se pretende, mediante biofabricación, construir pistas de aterrizaje para uso militar, con únicamente basura y microorganismos.

Los aviones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos

podrían algún día despegar y aterrizar en los campos de aviación en medio de la nada, desde pistas cultivadas con bacterias.

Al igual que el monstruo mitológico que convirtió a sus víctimas en piedra, el Proyecto Medusa está tratando de convertir materiales de fácil obtención, en una superficie plana y resistente para los aviones. ¿El resultado? Una pista capaz de soportar incluso grandes aviones de transporte.

A medida que las probabilidades de una guerra, en la que la Air Force tendría que enfrentarse a potenciales adversarios como Rusia y China, se va haciendo cada vez más evidente que tendría que proyectar el poder aéreo allí donde no se disponga de bases aéreas permanentes y de gran tamaño. Blue Horizons, un grupo de expertos de la Fuerza Aérea, diseñado para crear y probar futuros conceptos y capacidades estratégicas, llevó a cabo un estudio para determinar si la biomanufactura -el uso de bacterias y otros organismos microscópicos para crear objetos- podría ser útil en la construcción de bases aéreas.

Blue Horizons está trabajando con BioMASON, una compañía de biofabricación de Carolina del Norte, que ha desarrollado una técnica para convertir la arena y el suelo en superficies duras y duraderas. Los ingenieros vierten arena en moldes de ladrillo y agregan bacterias a la mezcla. Se añade agua rica en nutrientes para alimentar a las bacterias y permitir que crezcan. La bacteria crea cristales de carbonato de calcio que unen los granos de arena, resultando en un ladrillo duradero que puede ser utilizado en la construcción.

El proyecto Medusa ha sido sometido a varias pruebas, incluyendo un prototipo estructural final de 2.500 pies cuadrados. «Aunque nuestro prototipo es un pequeño paso hacia la construcción de pistas completas, con algo más que hormigón, demuestra que esta tecnología es absolutamente factible fuera del laboratorio», dijo el mayor MacKenzie Birchenough, ingeniero de desarrollo y miembro de Blue Horizons.

La descripción de Birchenough del proceso es generalmente idéntica al proceso de cultivo de ladrillos: aplicar bacterias, alimentarlo y dejar que los organismos microscópicos hagan lo suyo. La gran pregunta que queda es, cuánto tiempo se tarda en cultivar un solo ladrillo, por no hablar de un aeródromo.

Tradicionalmente, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha confiado en ingenieros para construir pistas. Hoy en día esa tarea la realizan sus escuadrones de construcción pesada, el Rapid Engineer Deployable Heavy Operational Repair Squadron Engineer (RED HORSE). Pero el trabajo de ingeniería requiere maquinaria pesada, como hormigoneras, materiales de construcción y personal de construcción. Todo eso necesita ser transportado en camión o en avión al sitio de construcción, lo cual es una carga logística adicional en una guerra.

La biomanufactura podría reducir significativamente la cantidad de personas y equipos necesarios para construir las instalaciones de la base aérea. El prototipo final incluso utilizó tierra local en lugar de mezcla de hormigón para crear una superficie endurecida. En un futuro conflicto, los adversarios podrían encontrarse bajo el ataque de las fuerzas estadounidenses que operan desde aeródromos desconocidos hasta ahora, todo gracias a pequeñas criaturas invisibles para el ojo humano.

Fte. Popular Mechanics 

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