A medida que una nueva generación de armas de fabricación occidental se mueve al frente con las fuerzas ucranianas, los países donantes evalúan el riesgo de revelar tecnología sensible a los militares rusos si el equipo es capturado.
Este tipo de consideraciones se han vuelto más frecuente a medida que los stocks de la era soviética empleados en combate disminuyen y los líderes ucranianos solicitan armas de mayor alcance y mejor puntería en el combate, según miembros de defensa británicos, que hablaron a condición de no ser nombrados debido a lo delicado del tema, ya que el gobierno británico es una fuerza impulsora clave en la coordinación de la ayuda militar internacional a Ucrania.
Cualquier armamento que incluya componentes de búsqueda y guía para apuntar, así como algoritmos de encriptación, podría dar pistas a las fuerzas rusas sobre cómo funcionan estas armas y, potencialmente, cómo defenderse de ellas, según un funcionario de la embajada británica en Washington.
Los trofeos tecnológicos cambian habitualmente de manos en las guerras modernas, y se ha informado de que las fuerzas ucranianas han dado la vuelta a la tortilla y han obtenido información de los equipos rusos incautados en el campo de batalla. La novedad es que los cálculos del riesgo de captura están cada vez más arraigados en las nuevas decisiones de donación, a medida que se produce un cambio generacional en la calidad de las armas que llegan a Ucrania.
«Nada es ilimitado», dijo otro funcionario de la embajada británica, refiriéndose al equipo de la era soviética que se está triturando en la guerra. «La cantidad de armas que se gastan a diario sólo para contener a Rusia en el flanco oriental en el Donbás es sustancial».
A principios de este mes, los líderes de Estados Unidos y Reino Unido anunciaron la transferencia de sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS), y sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple M270 (MLRS), a Ucrania. Estas armas se consideran cruciales para derrotar a la artillería de largo alcance empleada por los rusos para adentrarse en el Donbás.
Dado que el alcance de las armas estadounidenses y británicas es de 70 a 80 km, se considera que los sistemas están lo suficientemente lejos de la línea del frente, lo que mitiga los riesgos de captura inmediata. Pero perder armas sofisticadas de menor alcance, como el misil británico Brimstone, que cuenta con tecnología de reconocimiento de objetivos a bordo, sería más preocupante, según los funcionarios.
Las fotos de un Brimstone supuestamente capturado intacto por las fuerzas rusas en el sureste de Ucrania aparecieron por primera vez en Twitter a mediados de mayo.
Mientras, se espera que los líderes de defensa occidentales se reúnan en Bruselas la próxima semana para coordinar nuevas donaciones de armas a Ucrania. Los británicos están considerando una versión naval del misil Brimstone, que el fabricante MBDA ha comercializado durante algún tiempo, para llenar un vacío crucial en las defensas costeras de Ucrania.
Esta misión ha adquirido una importancia mundial porque los barcos rusos están bloqueando los puertos de Ucrania, dejando 22 millones de toneladas de grano destinado a la exportación languideciendo en silos cerca de la costa, según el Departamento de Estado de Estados Unidos. Al parecer, los barcos rusos han abandonado la zona con cientos de miles de toneladas de grano robado, según declaró el portavoz de la agencia, Ned Price, a ABC News.
En la última conferencia de donantes, celebrada el 23 de mayo, los daneses acordaron suministrar a Ucrania misiles antibuque Harpoon de fabricación estadounidense, pero se necesita más para reforzar las capacidades antibuque de Ucrania para atravesar el bloqueo ruso, dijo otro funcionario británico.
«Especialmente cuando ha habido tanta preocupación, incluso a nivel de la ONU, sobre la crisis del grano», dijo el funcionario. «Eso es significativo, y es algo que no podemos dejar pasar y en lo que tenemos que centrarnos más».
Fte. Defense News