Una nueva ley debería impulsar los esfuerzos, largamente esperados, para incluir a más mujeres en funciones de liderazgo en materia de paz y seguridad. Ivanka Trump acudió al Congreso a principios de junio, para lanzar la nueva estrategia de la Casa Blanca, en apoyo de un enfoque comprobado, pero pasado por alto, para poner fin a las guerras: la participación de la mujer.
La adopción de este enfoque por parte de la Administración Trump subraya su amplio apoyo bipartito: la estrategia sigue a la aprobación por el Congreso en 2017, de la ley más completa del mundo en apoyo de las contribuciones de la mujer a la seguridad, y refuerza los compromisos de Estados Unidos, que la Administración de Obama instituyó por primera vez en el año 2011.
Vi el potencial de esta política cuando trabajaba en la Casa Blanca y en los Departamentos de Estado y de Defensa de Estados Unidos, donde ayudé a redactar y aplicar la primera estrategia de Estados Unidos para promover las contribuciones de las mujeres a la paz.
Pero las administraciones anteriores y ahora los casi 80 países con promesas similares han luchado para que la inclusión de las mujeres sea una práctica habitual en los esfuerzos de seguridad. ¿Es la nueva estrategia de la administración Trump una señal de que Estados Unidos finalmente hará que su propio trabajo de seguridad sea más efectivo al incluir a las mujeres? Sólo el tiempo dirá: la verdadera evaluación se producirá en los conflictos de todo el mundo, desde Afganistán hasta Colombia y Yemen.
Una amplia evidencia demuestra que, incluir mujeres en los esfuerzos de paz y seguridad no es sólo una cuestión de justicia, sino que es un imperativo estratégico. Cuando las mujeres y los grupos de la sociedad civil participan en un proceso de paz, el acuerdo resultante tiene el 64 por ciento menos probabilidades de fracasar y el 35 de durar, por lo menos quince años. Como funcionarias de seguridad y de mantenimiento de la paz, las mujeres aportan conocimientos e información que pueden ser fundamentales para los esfuerzos de estabilidad. Debido a su acceso e influencia distintivos, las mujeres son mensajeras antiterroristas cruciales en sus comunidades.
Fte. Defense One