Como uno de los nueve países socios originales del F-35, y el segundo socio internacional en recibir el F-35, Holanda sigue siendo un contribuyente clave para el desarrollo, la producción y el mantenimiento del programa del F-35.
Los Países Bajos y Lockheed Martin tienen una larga relación de colaboración desde 1914, ya que este país cuenta con el modelo Martin TA, Electra, Lodestar, P2V-5 Neptuno, T-33 Shooting Star, F-104 Starfighter, P-3 Orion, C-130 Hércules y F-16 Fighting Falcon, y en la actualidad, con el desarrollo de los aviones de combate F-35.
El Parlamento holandés aprobó una orden para ocho Lockheed Martin F-35As en marzo de 2015, confirmando que la aeronave es el sustituto oficial del F-16 para la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos. Este lote de ocho F-35 se entregará en 2019. El programa actual para los Países Bajos es de hasta 37 aeronaves.
En mayo de 2016, el F-35 aterrizó en suelo holandés por primera vez, mostrando así a la nación sus nuevos cazas de 5ª Generación. Mientras estaba en Holanda, el F-35 realizó varios «vuelos experimentales» para permitir al público holandés evaluar la diferencia en los niveles de ruido entre el F-35 y los cazas en servicio, los F-16. Los resultados de las pruebas mostraron diferencias insignificantes entre estas dos aeronaves.
El F-35 es altamente interoperable y funciona como un centro para compartir información entre las fuerzas. Con la capacidad de integrarse en los sistemas existentes, los Países Bajos siguen siendo un socio valioso que contribuyen a la seguridad mundial.
La experiencia en el diseño, desarrollo y fabricación que la industria holandesa aporta al F-35 garantiza el futuro crecimiento económico y la seguridad nacional de los Países Bajos.
La industria holandesa, que incluye 25 proveedores, sigue beneficiándose del programa F-35 con contratos adjudicados para trabajos de alta tecnología. Según las estimaciones del Ministerio de Asuntos Económicos, el F-35 ya ha generado más de 1.000 millones de dólares en contratos para la industria holandesa, creando miles de puestos de trabajo directos e indirectos para este país en los próximos 30 a 40 años. A medida que los Países Bajos avanzan en la adquisición de los aviones, los contratos y los puestos de trabajo resultantes del F-35 se mantendrán durante los más de 30 años de producción del nuevo avión de combate de la 5ª generación.
La industria holandesa está participando actualmente en la producción de grandes volúmenes, en el desarrollo de tecnologías críticas y en proyectos de diseño estructural estratégico que son parte integral del programa F-35. Los principales socios industriales son Fokker Technologies, Aeronamic, Thales, NLR, Airbus Defense and Space y DPCC. La industria holandesa continuará construyendo piezas de F-35 para más de 3.000 aeronaves en los próximos 30 años.
A los Países Bajos también se les asignaron cuatro grandes proyectos europeos de apoyo regional: Mantenimiento, Reparación, Revisión y Actualización de Motores (MRO&U), Componente de Tren de Aterrizaje MRO&U, PTMS MRO&U, y Almacenamiento Regional.
Los holandeses recibirán ocho F-35 en 2019. Esto se suma a los dos aviones de prueba que ya se han fabricado. Los aviones de quinta generación sustituirán a la flota del país de unos 60 F-16, con entregas anuales programadas de entre seis y ocho aviones hasta que se alcance el número objetivo de 37.
Ese inventario permitirá a los Países Bajos enviar cuatro F-35 para operaciones, teniendo en cuenta que, un cierto número, se reserva para entrenamiento, mantenimiento o de otro modo no está disponible para ser desplegado, dijo Zandee.
«Hay mucha presión de la OTAN, porque se considera que 37 aviones no son suficientes», dijo, y agregó que se ha hablado en los círculos de defensa holandeses de aumentar el número a 52. «La Fuerza Aérea siempre quiere más» aviones, y consideraría un aumento a 52 como un paso intermedio para conseguir un número aún mayor más grande posteriormente, dijo Zandee a Defense News.
Mientras tanto, el avión se enfrenta a un retroceso en los Países Bajos, debido al precio de su desarrollo y al alto coste de adquisición. «La crítica es que se está comprando un avión que aún no está completamente desarrollado», dijo Zandee.
Pero, agregó, «La actitud debe ser que, como los estadounidenses están gastando tantos miles de millones en el programa, los problemas se resolverán».
Fte. Defense News