La Royal Navy ha desarrollado una nueva clase de buques de vigilancia submarina basados en buques de apoyo a plataformas petrolíferas de 6.000 toneladas, con 21Km/h de velocidad máxima y la mitad de crucero.
Únicamente han sido necesarias algunas modificaciones menores del buque original para cumplir los requisitos de la Royal Navy. El primero que se militariza sólo tiene cuatro años. Estos buques cuentan con helipuerto, grúa, amplia cubierta de trabajo y piscina lunar central en el fondo del casco desde la que se pueden lanzar operaciones sumergibles.
Como buques civiles, estos buques apoyaron la construcción, reparación e inspección de plataformas petrolíferas en alta mar. Como buques militares, se centrarán en la inspección y reparación de cables de comunicaciones y oleoductos del fondo marino. El salvamento submarino de buques hundidos también puede llevarse a cabo con la incorporación de sumergibles especializados que pueden operar desde el buque. En este sentido, el buque funciona como nave nodriza de sumergibles más pequeños, algunos de ellos operados a distancia, para realizar inspecciones, reparaciones y, a veces, operaciones ofensivas en cables y tuberías submarinos enemigos.
Estos buques de vigilancia submarina son operados por la Royal Fleet Auxiliary o RFA, el brazo logístico de la flota, y cuentan con 84 tripulantes y, mientras que 24 ellos pertenecen a la RFA, el resto son marineros de la Royal Navy que operan y mantienen los sistemas de vigilancia submarina, así como otros equipos de reconocimiento y guerra submarina. La principal incorporación militar a estos buques es un sumergible de salvamento en aguas profundas operado por control remoto, valorado en 25 millones de dólares.
El primero de estos buques entrará en servicio a mediados de 2023 y el segundo un año después. En la mayoría de las misiones, cada uno de ellos requerirá la escolta de un buque de guerra. Tal habría sido el caso a principios de 2022, cuando el gasoducto submarino de gas natural Nordstream, de Rusia a Alemania, sufrió daños o fue saboteado. Estos dos nuevos buques operarán en todo el mundo para inspeccionar y reparar cables y tuberías submarinos de los que dependen Gran Bretaña y sus aliados de la OTAN.
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