Vicente Pastor, Senior Manager de Desarrollo de Negocio de Defensa y Seguridad de Indra detalla en la Jornada secuDrone expone las utilidades y estrategias de actuación del sistema de detección e inhibición de drones ARMS (Anti RPAS Multisensor System).
Laura Laplana
El uso de drones para actividades maliciosas, ilegales o ilícitas es una gran preocupación del sector. Vicente Pastor contaba que, a pesar de que el mal uso de un dron en muchos casos no es intencionado, las amenazas a la seguridad pública cada vez son más potentes. Planteaba a los operadores y técnicos tener en cuenta que “contrarrestar un dron con éxito es un reto difícil que depende del tipo de amenaza, el escenario y la operativa de ataque. No es posible crear un sistema anti-drone para el 100% de los casos”. Además, influyen otros factores tales como la limitación de los sensores o el estrés en el momento de actuación de los operadores.
Por ello, apuntaba Pastor que, además de las tecnologías desarrolladas, “la mejor estrategia ante estos casos es pensar cuál es la amenaza y qué medida de operación causa menos daños colaterales”. La propuesta desde INDRA consiste en ofrecer unas pautas de actuación ante la situación de detectar un “vuelo malo”, que tendrían que ir acompañadas de un marco reglamentario.
Algunas de las preguntas a las que debería haber una respuesta más clara para agilizar la inhibición de drones serían: qué leyes se aplican, quién puede actuar ante una amenaza, cómo poder actuar y quién paga daños colaterales. Es importante también saber distinguir entre vuelos legales autorizados y vuelos no autorizados, para lo que se pone como solución unos foros de registro y seguimiento de drones.