Indra, la francesa Thales y la alemana Hensoldt entran en el proyecto FCAS

La compañía tecnológica española Indra, la francesa Thales y la alemana Hensoldt han resuelto conformar el tercer pilar empresarial que dará vida al proyecto FCAS, el futuro sistema de combate aéreo europeo que debe entrar en servicio en el horizonte de 2040 para suceder a la actual generación de aviones de combate Eurofighter y Rafale.

Juan Pons.

A falta del anuncio oficial por parte de Indra, APTIE ha podido saber que la compañía española tiene ultimados los términos de su asociación con Thales y Hensoldt para iniciar los trabajos encaminados a convertirse en los responsables del desarrollo y la integración de la avanzada aviónica de a bordo de los futuros aviones de combate europeos de quinta generación, así como de sus sistemas electrónicos y de simulación en tierra.

La entrada de Indra, Thales y Hensoldt en el FCAS resulta clave por varios motivos. En primer lugar, porque está concebido como un sistema que debe sincronizar las misiones de aviones de combate de nueva generación, aeronaves tripuladas remotamente (RPAS y UCAV), misiles crucero y enjambres de drones, lo que exige la correcta integración de muy diferentes tecnologías TIC.

A lo anterior se une que los distintos componentes del sistema FCAS deben estar interconectados de forma segura con satélites de comunicaciones nacionales y de la OTAN, así como con los diferentes sistemas de combate terrestres, aéreos y navales de Alemania, Francia y España, lo que hace imprescindible la implicación de forma directa de empresas con competencias TIC sobradamente acreditadas.

Mientras que Thales es una conocida multinacional francesa de gran prestigio internacional en el campo de las tecnologías TIC y la electrónica de defensa y aeroespacial, la alemana Hensoldt es menos conocida fuera de su sector de actividad.

Dedicada al desarrollo y fabricación de radares, equipos de optrónica y sistemas de protección, el grupo de electrónica Hensoldt es la compañía que asumió las competencias de Airbus DS  Electronics and Border Security, la unidad de negocio de Airbus especializada en el negocio de seguridad y vigilancia electrónica.

Propiedad del fondo inversor norteamericano KKR, Hensoldt ha ampliado recientemente su horizonte al adquirir la sociedad francesa Nexeya, cuya línea de negocio es también proporcionar soluciones electrónicas y prestar servicios al mercado aeronáutico, de defensa, de energía y transportes. Pendiente de recibir las autorizaciones oficiales de las instancias oficiales francesas, la compra de Nexeya por parte de Hensoldt está previsto que sea una realidad en el tercer trimestre del año en curso.

En el marco español y una vez que el gobierno dio los pasos preliminares para convertirse en socio de pleno derecho del proyecto FCAS, las empresas españolas están entrando de forma progresiva a formar parte de los consorcios y asociaciones industriales que deben dar forma a la ambiciosa iniciativa franco-germano-española, cuyos primeros demostradores deberían ser contratados a mediados el presente verano.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, suscribió el 14 de febrero en Bruselas la carta de Intenciones (LOI) por la que el gobierno de España expresa su voluntad de formar parte del proyecto FCAS. Al mes siguiente, el general del Aire, Javier Salto, rubricó los Requisitos Operativos de Alto Nivel acordados en abril de 2018 por las Fuerzas Aéreas de Alemania y Francia.

En el verano de 2017 y como un primer hito, la filial alemana de Airbus Defence and Space y la firma francesa Dassault Aviation acordaron el inicio de los trabajos encaminados a hacer realidad el futuro sistema de combate aéreo franco-alemán o FCAS. Con el apoyo de los gobiernos de París y Berlín, ambas empresas decidieron que Dassault ejercería el papel de contratista principal.

En un segundo paso, las ministras de defensa de Alemania, Ursula von der Leyen, y de Francia, Florence Parly, anunciaron oficialmente el 6 de febrero que la francesa Safran Aircraft Engines y la alemana MTU Aero Engines iban a asumir de forma conjunta el desarrollo, producción y servicios del nuevo motor que propulsará al avión de combate europeo de nueva generación.

Queda por refrendar la participación española mediante la firma de un acuerdo entre estados a través de un MOU (Memorandum of Understanding) y determinar si Airbus Defense and Space España e ITP Aero serán los representantes de España en los consorcios responsables de desarrollar el aparato y la planta propulsora, respectivamente.

 

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