Debido a que Ucrania ha recibido una diversa flota de equipos militares de docenas de naciones, la impresión 3D en el campo de batalla les permite crear bajo demanda piezas, que por lo general su suministro es limitado o que no se han fabricado en décadas.
La guerra de Ucrania ha sido testigo de la primera aplicación generalizada de la impresión 3D en el campo de batalla, principalmente por parte de las fuerzas ucranianas.
Los ejércitos de todo el mundo, especialmente de EE.UU., Europa, China e India, han seguido de cerca estos avances. Las grandes inversiones militares de EE.UU. y China les dan ventaja para seguir dominando los avances de la impresión 3D militar, aunque la proximidad de Europa a Ucrania, que ha permitido la formación de fuerzas ucranianas en aplicaciones de impresión 3D militar en Polonia y otros centros regionales, también ofrece una clara ventaja competitiva.
La impresión 3D en el contexto militar tiene el potencial de reducir las líneas de suministro en circunstancias críticas. Dado que Ucrania ha recibido donaciones militares de muchas naciones diferentes, opera una flota de plataformas y capacidades singularmente diversa. La flota de Ucrania consta de más de 40 plataformas blindadas diferentes, que van desde modelos antiguos heredados de la Unión Soviética hasta tanques y vehículos blindados de combate occidentales más recientes. Las discrepancias generales en la accesibilidad de las piezas de repuesto y los componentes críticos en toda la flota suponen un gran reto para la preparación de las fuerzas y las operaciones de mantenimiento ucranianas.
Australia envía ayuda en impresión 3D a Ucrania
Spee3D, una empresa australiana de impresión 3D, ha sido líder en la prestación de ayuda industrial mediante impresión 3D a Ucrania. Sus impresoras WarpSPEE3D se probaron por primera vez en la 1ª Brigada del Ejército australiano. En la actualidad, la empresa exporta con éxito esta tecnología, también a Ucrania, a la que, desde 2023 ha enviado tres de sus impresoras 3D metálicas WarpSPEED3D, como parte de una donación militar financiada conjuntamente por el gobierno australiano. Estas avanzadas impresoras de metal permiten a las fuerzas crear máquinas-herramienta y piezas personalizadas para tanques, APC y otros tipos de vehículos blindados.
Las WarpSPEED3D son lo suficientemente pequeñas como para caber en contenedores de transporte ISO compactos, lo que facilita su transporte a zonas clave del frente. Por otra parte, las tropas ucranianas se han desplazado a Polonia para recibir formación por parte de Spee3D sobre cómo manejar y mantener sus impresoras 3D metálicas, incluso en condiciones de combate adversas.
Por ejemplo, Ucrania recibió 28 unidades de la versión australiana del vehículo blindado de combate M113. Esta versión se fabricó hace más de 40 años y tiene modificaciones exclusivas en su plataforma de carga y cañón que la hacen incompatible con las piezas de repuesto estándar. La impresión 3D permite a las fuerzas ucranianas fabricar las bisagras específicas necesarias que no se fabrican en serie desde hace mucho tiempo.
En otro ejemplo importante, dado que algo más de la mitad de las donaciones de Ucrania proceden de EE.UU. y el resto de Europa, las conversiones de unidades de medida entre el sistema métrico y el imperial estadounidense plantean importantes complicaciones. Si un vehículo de fabricación estadounidense necesita una llave de media pulgada (12,7 mm), los mecánicos ucranianos con herramientas métricas no pueden emplear su llave estándar de 12 mm. Como las herramientas de dimensiones imperiales no son habituales fuera de EE.UU., la impresión 3D permite fabricarlas inmediatamente en lugar de expedirlas desde el mercado estadounidense. Las mismas reglas se aplican a tornillos, arandelas y cualquier otro componente pequeño que pueda fabricarse eficazmente mediante impresoras 3D de campo.
Estos ejemplos demuestran que, aunque la impresión 3D no pretende sustituir a los procesos de fabricación estándar, que actualmente siguen siendo más eficientes, puede servir para fabricar piezas especializadas que se necesitan inmediatamente y que de otro modo no estarían disponibles, llenando lagunas críticas en las líneas de suministro. La capacidad de desplazar rápidamente las impresoras 3D por el frente para coordinarlas con las unidades de mantenimiento garantiza que estas piezas críticas puedan suministrarse aún más rápidamente.
Soluciones cada vez más móviles
El siguiente paso de la impresión 3D en la industria aeroespacial y de defensa es crear soluciones cada vez más móviles que puedan desplegarse y operarse con mayor flexibilidad que los actuales sistemas más voluminosos. Los ejércitos pretenden implantar esta tecnología en futuras bases de despliegue avanzado, donde se espera que las impresoras 3D puedan fabricar piezas de repuesto, armas, munición, equipos e incluso vehículos aéreos no tripulados. Aunque la impresión 3D es actualmente más cara que la fabricación convencional y se espera que siga siéndolo en un futuro próximo, los mandos militares y las tropas de primera línea mejoran sus capacidades de combate gracias a estos productos inmediatos hechos a medida.
Regulación como tecnología de doble uso
Como la guerra de Ucrania ha demostrado la viabilidad de este concepto, los ejércitos estatales seguirán invirtiendo en tecnología de impresión 3D en las próximas décadas. Del mismo modo, en el sector comercial, las empresas aeronáuticas y espaciales están invirtiendo en ella para producir piezas in situ, lo que reduce la presión sobre los centros logísticos y disminuye los retrasos.
Teniendo en cuenta sus claras aplicaciones militares y civiles, la impresión 3D podría llegar a regularse como tecnología de doble uso para garantizar que las naciones rebeldes o las entidades terroristas no puedan obtener valor militar de los avances tecnológicos civiles.
Fte. Naval Technology