General Atomics consigue usar el Gray Eagle como nave nodriza de otros UAVs

Gray EagleEn una prueba histórica, General Atomics lanzó y controló múltiples drones Altius-600 desde un UAV MQ-1C Gray Eagle Extended Range (GE-ER). Lanzar un dron desde otro dron es un logro en sí mismo, pero la capacidad de actuar en equipo crea un sistema de sistemas único. Esta prueba es la tercera de una serie de «Multi Domain Operations Demos», realizadas por General Atomics (GA) para probar la utilidad de sus sistemas aéreos no tripulados en un conflicto entre pares.

Con varias pérdidas durante las operaciones en Oriente Medio, EE.UU. se está cuestionando su dependencia de los MQ-9 y MQ-1C de General Atomics en servicio en la USAF y en el Army, respectivamente. Con las pruebas, GA está intentando probar que, con los sensores de distancia y los aviones no tripulados lanzados desde el aire sus plataformas no sólo podrán sobrevivir, sino que también proporcionarán una inteligencia persistente de área amplia para coordinar los fuegos de largo alcance, un objetivo clave del Ejército.

Las dos primeras pruebas mostraron la capacidad de fusión de los sensores del MQ-1C. Mediante el uso del sensor L3Harris Technologies Rio Nino, que escucha pasivamente las emisiones radio a una distancia de 250km, el GE-ER pudo detectar transmisiones hostiles y luego cruzándolas con su radar de apertura sintética Lynx, proporcionó identificaciones precisas y datos de objetivos a 75km. El uso del sensor pasivo para adquirir el objetivo evita que el propio GE-ER tenga que emitir, hasta que esté listo para recoger los datos del objetivo.

La tercera prueba de la serie vio el despliegue del Air-Launched Effects (ALE), que forma otra parte de este sistema de fusión de sensores. Los pequeños drones Altius-600 pesan entre 20 y 27 libras y son capaces de operar hasta 70 km de la nave nodriza. Proporcionan alimentación de vídeo a la estación de control a través del GE-ER, lo que les permite transmitir identificación visual de objetivos potenciales sin poner al dron más grande dentro del alcance de los sistemas de misiles de la amenaza. Usando los pequeños drones para investigar los emisores detectados por el sensor Río Nino, el operador puede mantener su radar en silencio a menos que un objetivo esté listo para ser atacado.

No está claro si los propios ALEs son capaces de proporcionar datos de seguimiento de objetivos, pero sí que sus futuras versiones incluirán una munición merodeadora, un señuelo/interferencia y una carga útil de inteligencia electrónica. Mediante enlaces de datos más robustos, General Atomics espera poder controlar el ALE a más de 200 km de la aeronave de lanzamiento, pero eso queda por ver.

Fte. Ovet Defense

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