El Gabinete alemán ha aprobado un nuevo pacto de alto nivel con Francia que aboga por un enfoque común de las exportaciones de armas en todos los programas conjuntos.
El objetivo está incluido en el llamado Aachener Vertrag, que será firmado por el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel en la ciudad alemana de Aquisgrán el 22 de enero. El documento pretende ser un hito complementario del Tratado del Elíseo, firmado hace 56 años, que consolida aún más los vínculos a todos los niveles entre los antiguos enemigos de la Segunda Guerra Mundial.
Berlín y Francia se enfrentaron anteriormente sobre la cuestión de las limitaciones de exportación para el Future Combat Air System, un avión de combate de sexta generación que se prevé que despegue en algún momento alrededor del año 2040, según informó Der Spiegel de Alemania el otoño pasado. En general, Francia está abierta a exportar armas a muchos gobiernos dispuestos a pagar por ellas. Los líderes alemanes manifiestan un enfoque más cauteloso cuando surgen problemas de derechos humanos, aunque el Gobierno tiene un historial de hacer negocios de armas por la puerta de atrás.
Las diferentes filosofías llegaron a un punto crítico tras la muerte del periodista saudí Jamal Khashoggi el 2 de octubre, que según algunos fue orquestada por el príncipe heredero de Arabia Saudita Mohammed bin Salman. La familia gobernante saudita ha negado las acusaciones, alentada por la decisión de la administración Trump de minimizar el asunto.
Las acusaciones llevaron a Merkel a pedir públicamente que se detuvieran las exportaciones de armas a Arabia Saudita, una medida que provocó un fuerte reproche por parte de París, donde los responsables se enfurecieron por lo que percibieron como una santurronería alemana.
Las divergentes políticas de exportación de Francia y Alemania se basan en sus respectivas «culturas estratégicas», dijo Wolfgang Rudischhauser, vicepresidente de la Academia Federal de Política de Seguridad de Berlín. Alemania se considera a sí misma una «potencia de paz», mientras que Francia modela sus políticas bajo la premisa de un «ejército de intervención», dijo.
Cuando se le preguntó si la sección sobre la armonización de las políticas de exportación del Aachener Vertrag estaba dirigida al menos en parte al futuro programa de aviones de combate, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán señaló que en el borrador del texto del tratado no se mencionaba explícitamente ningún proyecto.
Este programa, junto con un futuro carro de combate y un futuro avión teledirigido de combate, constituye la columna vertebral de las ambiciones de defensa franco-alemanas, con decenas de miles de millones de dólares en juego.
Con el objetivo concreto de armonizar las reglas de exportación de actuales, Rudischhauser argumentó que, en última instancia, se necesitaría un régimen a escala de la Unión Europea.
«Eso requeriría ceder ciertas autoridades a la UE, por lo que ni Alemania ni Francia han mostrado tener apetito», dijo a Defense News.
Para supervisar las disposiciones de defensa del nuevo tratado, el pacto establece un consejo bilateral de defensa y seguridad, que «se reunirá regularmente al más alto nivel».
Fte.: Defense News