El ciberataque ocurrió el pasado 16 de febrero y estuvieron implicadas 11 cuentas de correo electrónico.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reforzado sus protocolos de seguridad tras confirmar que sufrió un incidente de ciberseguridad. Además, se ha iniciado una investigación exhaustiva para determinar la fuente y el alcance del ataque.
El ciberataque fue detectado el pasado 16 de febrero y se vieron comprometidas 11 cuentas de correo electrónico del FMI. La propia organización ha indicado que no tienen indicios de que otras cuentas se hayan visto comprometidas, aunque la investigación aún está en curso. «Se ha restablecido la seguridad de las cuentas de correo electrónico afectadas», han añadido.
«El FMI toma muy en serio la prevención de incidentes de ciberseguridad y la defensa contra ellos, y, como todas las organizaciones, la institución opera bajo el supuesto de que desafortunadamente estos incidentes ocurren», han informado desde el FMI.
La institución dirigida por Kristalina Georgieva cuenta «con un programa de ciberseguridad sólido para responder sin demora y de manera eficaz antes estos incidentes».
No es el primer ciberataque que sufre el FMI
En junio de 2011, el Fondo Monetario Internacional sufrió su primer ataque cibernético, según informó el New York Times. Los responsables de la seguridad informática afirmaron que el fin de la intrusión fue instalar un software para crear «un espía digital» en los sistemas.
Un experto en este campo confirmó que la infiltración había sido un ataque con el objetivo de instalar un programa que diera la posibilidad de introducir un ‘espía digital’ en los sistemas del FMI. El alcance del ciberataque fue tan grave que provocó que el Banco Mundial (BM) cortará su enlace con los ordenadores del Fondo, una medida que fue adoptada por «un exceso de precaución», según dijo un portavoz del BM.
La importancia de reforzar la seguridad del sistema financiero
En abril de 2020, el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) advirtió de que “un importante incidente cibernético, si no se contiene de forma adecuada, podría perturbar gravemente los sistemas financieros, incluida la infraestructura financiera crítica”.
La rápida evolución de la tecnología está poniendo a prueba la capacidad de respuesta de los sistema financieros mundiales. «Un ataque cibernético eficaz puede obstaculizar el desarrollo financiero al crear desconfianza, especialmente si se ponen en peligro datos personales y financieros», añaden desde Washington.