Los operadores del caza polivalente F-16 Viper, entre ellos Holanda, se han mostrado dispuestos a transferir sus aviones a Ucrania.
¿Recibirá Ucrania por fin F-16 Vipers?
Durante meses, analistas y políticos han debatido la cuestión de la entrega de cazas occidentales a Ucrania. Los partidarios argumentan que el adiestramiento y las transferencias deberían hacerse inmediatamente, mientras que los detractores advierten de los riesgos de escalada e instan a centrarse en otras prioridades dentro del esfuerzo bélico ucraniano.
En los dos últimos días parece que se han producido algunos movimientos al respecto.
Los países con cazas polivalentes F-16 Viper en su inventario, entre ellos Holanda, se han mostrado dispuestos a transferir sus aviones a Ucrania. Un informe filtrado de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos sugiere que la formación de pilotos para el F-16 podría completarse en tan sólo cuatro meses, aunque es probable que haya algunas dudas sobre la eficacia de esa formación.
Esto pone las cosas en el tejado de la administración Biden. Debido a la compleja naturaleza del comercio de armas, Washington tiene derecho de veto sobre la transferencia de prácticamente cualquier Viper del mundo. Ahora, en aparente respuesta a las declaraciones de interés de varios poseedores, parece dejar claro que no las vetará y, lo que es más importante, también ha accedido a facilitar el entrenamiento de los pilotos, por lo que es probable que los F-16 combatan sobre Ucrania.
Lo que ha pasado antes
La medida llega en un momento en el que crece la preocupación por la salud de la red de defensa aérea ucraniana. Aunque han derribado un número significativo de misiles rusos (las cifras exactas no son fiables) y han mantenido a los aviones rusos de ala fija alejados del frente y de las ciudades ucranianas, ha aumentado la preocupación por el ritmo al que Ucrania gasta sus misiles.
Si Ucrania se quedara sin misiles o simplemente tuviera que reducir su uso, la libertad táctica y estratégica de las fuerzas aéreas rusas serían considerablemente mayores.
Occidente ha incrementado lentamente su apoyo a las Fuerzas Aéreas ucranianas. Empezó facilitando la transferencia de piezas de repuesto y otros equipos necesarios para poner los MiG-29 en el aire. A ello siguió en los últimos meses la decisión de transferir MiG-29 de las reservas de los países del antiguo Pacto de Varsovia.
Estos esfuerzos hicieron posible que Ucrania dispusiera de más aviones de los que volaba al principio del conflicto. Occidente también proporcionó equipos sofisticados para estos aviones, mejorando su capacidad de combate.
Aun así, la flota de cazas de herencia soviética se enfrenta a grandes limitaciones tecnológicas en comparación con los cazas occidentales modernos.
Impacto del F-16
Es difícil decir cuál será el impacto de la transferencia de los F-16 en los combates de Ucrania, pues mucho dependera de la rapidez con que se envíen los cazas y de su número.
El F-16 puede hacer un poco de todo: bombardeo táctico, bombardeo estratégico, supresión de las defensas aéreas enemigas, interceptación y superioridad aérea. Y hay muchos F-16 disponibles. Nueve países europeos lo operan o lo han operado, mientras que varios están en proceso de transición al F-35.
Que el F-16 cumpla a todas esas funciones depende en gran medida del armamento que Occidente le proporcione y de su adiestramiento. Incluso tras una formación básica, los pilotos ucranianos tardarán tiempo en dominar los entresijos del avión y sacar el máximo partido a sus capacidades de combate. El personal de tierra ucraniano tendrá que dominar el mantenimiento, y los aeródromos ucranianos necesitarán ser actualizados.
Los F-16 podrían ayudar a resolver el problema de defensa aérea de Ucrania y podrían mantener a los aviones rusos de ala fija lejos del frente. En número y con el armamento y entrenamiento adecuados, podrían hacer retroceder a los rusos en el frente y contribuir directamente al apoyo directo a las fuerzas terrestres ucranianas. Sin embargo, volar contra los dientes de las defensas aéreas rusas no es una hazaña, y no deberíamos esperar que los Vipers tengan un impacto decisivo a corto plazo.
En los últimos seis meses, Occidente ha transferido a Ucrania sus tanques y sus sistemas de defensa antiaérea más avanzados, que serán fundamentales para el éxito de las armas ucranianas en las ofensivas del verano y el otoño. No hay razón en este momento para trazar una línea tajante que incluya los tanques y excluya los aviones de combate.
De hecho, de cara al futuro, parece extraordinariamente probable que las Fuerzas Aéreas ucranianas requieran la transferencia de aviones occidentales avanzados una vez finalizada la guerra.
Con toda probabilidad, los F-16 se convertirán en representantes del compromiso de Occidente con la soberanía y la independencia de Ucrania, contribuyendo simbólica y directamente en el campo de batalla.
Fte. 19fortyfive (Robert Farley)
El Dr. Robert Farley imparte cursos de seguridad y diplomacia en la Patterson School desde 2005. Se licenció en la Universidad de Oregón en 1997 y se doctoró en la Universidad de Washington en 2004. Colabora en diversos periódicos y revistas, como National Interest, The Diplomat: APAC, World Politics Review y American Prospect. El Dr. Farley es también fundador y editor principal de Lawyers, Guns and Money.