La invasión rusa de Ucrania ha puesto de manifiesto la brecha existente entre la evaluación del mundo del poder e influencia de Rusia y su actuación real. Antes de un conflicto, es común la frase «el poder percibido es el poder alcanzado». Al observar el poderío y la influencia de China, y teniendo en cuenta las recientes revelaciones durante la invasión rusa de Ucrania, quedan dudas sobre lo que China puede conseguir realmente a largo plazo.
Desde una perspectiva de poder global, el conflicto de Ucrania enseñó a Estados Unidos una importante lección sobre la realidad comparada con la percepción. Se percibía a Rusia como un reto importante para las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el plano militar, como un factor de influencia económica para Europa, aunque no fuera la economía predominante, y como un país con influencia global en Europa, Oriente Medio, África y Asia, e incluso con cierta influencia en Sudamérica. La realidad es que, aunque Rusia sigue siendo considerada un desafío en estas áreas, el desafío no está al nivel que se creía antes del conflicto en Ucrania. Sin embargo, esta evaluación no pretende debatir sobre Rusia, sus acciones, capacidades o intenciones, sino más bien cuestionar si una superpotencia necesita poseer tales cosas, o simplemente ser percibida como poseedora de tales atributos, todo ello en relación con China.
Al considerar el poderío militar, a menudo se considera que China es un actor importante en cuanto a capacidades potenciales. China tiene el mayor ejército del mundo, está desarrollando significativamente sus capacidades tecnológicas, avanzando en nuevos programas de entrenamiento y reorganizando sus estructuras de mando. Estos cambios demuestran que China percibe problemas en su ejército, y que el cambio institucional no siempre garantiza el éxito. La evolución de las capacidades militares de China viene acompañada de una serie de problemas e interrogantes propios, de los que no todos tienen solución. El crecimiento conlleva problemas de organización, la tecnología requiere su aplicación y no se ha demostrado el éxito de algunas que China podría estar desarrollando. Todos estos problemas aquejan incluso a los ejércitos más exitosos, pero eso no les resta importancia como consideraciones, especialmente teniendo en cuenta la naturaleza más significativa de China, es decir, su tamaño y desarrollo. También es evidente la limitada experiencia en combate de los militares chinos. El último conflicto integral en el que participaron las fuerzas armadas chinas fue contra Vietnam en 1979, y su experiencia, aparte de las misiones de mantenimiento de la paz y los enfrentamientos ocasionales con las indias en el Himalaya, es muy limitada [2].
Incluso con estas consideraciones militares, China prefiere emplear el poder económico y el poder blando, lo que merece ser tenido en cuenta a la hora de imaginar a China como una superpotencia.
Al examinar la economía china, la desaceleración es un factor a considerar. En la actualidad, la fortaleza económica de China le permite ejercer gran influencia a nivel mundial. Si esta fuerza económica se ralentizara, es cuestionable si esta influencia continuaría en el mismo grado. Aunque hay variables muy debatidas en la literatura, Riikka Nuutilainen y Jouko Rautava sugieren que, a medida que el crecimiento económico de China se ralentiza, es probable que su contribución al crecimiento de Rusia también disminuya [2]. Aunque su estudio es específico para Rusia, es más indicativo del impacto potencial que tendría para otros países una retirada de la inversión china, la compra de materias primas y la ralentización de la demanda energética. Si esta ralentización se produjera, dada el uso por parte de China de estos mecanismos de compromiso diplomático, se producirían notables efectos en cadena.
En Sudamérica, las relaciones económicas y el posicionamiento diplomático chino en la región han tenido su efecto. Recientemente, tanto la República Dominicana como Nicaragua han cambiado su posición respecto a Taiwán después de que China les ofreciera incentivos financieros, incluyendo préstamos e inversiones en infraestructuras [3]. En este caso, un incentivo económico chino ha hecho que se ejerza la suficiente presión diplomática como para cambiar las relaciones nacionales entre varias naciones, concretamente en Sudamérica, con Taiwán. Estos casos demuestran que el poderío económico puede ser esgrimido con éxito como herramienta para ejercer influencia.
Otro caso ejemplar es el de Serbia, donde el poder económico chino se percibe como importante en el país, en comparación con la realidad. El 40% de los serbios piensa que China es el país que más ayuda presta de todos los que contribuyen, cuando en realidad no está ni siquiera cerca de aportar cantidades significativas [4]. De los 56 millones de euros que China ha prometido a Serbia desde 2009, sólo se han entregado 6,6 millones, una cantidad significativamente menor que la Unión Europea, que ha donado 1.800 millones, o incluso Alemania, 189 millones [5]. Aunque se trata de un caso concreto, Serbia demuestra que la percepción de la influencia y el poder económico de China es significativamente mayor que la realidad.
En Asia Central, se supone que la inversión china ha tenido un efecto significativo, pero a menudo no en la medida en la que se percibe, ya que su poder blando no logra conectar con la población en general más allá de las élites nacionales [6]. Este fracaso demuestra una falta de influencia a un nivel diferente al del gobierno y podría tener un impacto significativo a lo largo del tiempo si no se aborda. Estos fallos merecen ser revisados en otras regiones del mundo como parte de una comprensión más amplia de la influencia global real de China en comparación con la visión actual de Estados Unidos.
Dada la naturaleza cambiante de la economía china, que ha pasado de ser una manufacturera basada en la producción a una más basada en el consumo, cabe preguntarse si el país podrá ejercer una presión similar como cliente y consumidor, en lugar de su posición actual como productor e inversor.
Las evaluaciones actuales de Estados Unidos sobre el potencial chino como superpotencia se basan en gran medida en la percepción de un posible ejercicio de poder con casos limitados de aplicación, más que en el hecho de que tengan ese poder real. América del Sur ilustra una influencia económica exitosa, pero hasta qué punto se basa en la percepción, al igual que en el caso de Serbia, actualmente no se dispone de esos detalles.
Sin dejar de ser cautelosos para no subestimar las capacidades chinas en ninguna de sus políticas exteriores, es importante analizar más de cerca los logros chinos para obtener una mejor comprensión de su potencial para convertirse en una superpotencia, con objeto de asegurar una posición mejor para desafiar las acciones chinas o para cooperar cuando sea posible.
Notas finales:
[1] Blasko, D. (2015). Diez razones por las que China tendrá problemas para librar una guerra moderna – War on the Rocks. War on the Rocks. Recuperado el 8 de junio de 2022, de https://warontherocks.com/2015/02/ten-reasons-why-china-will-have-trouble-fighting-a-modern-war/.
[2] Nuutilainen, R., & Rautava, J. (2019). Rusia y la desaceleración de la economía china [Ebook] (2ª ed.). Banco de Finlandia, BOFIT. Recuperado el 8 de junio de 2022, de https://helda.helsinki.fi/bof/bitstream/handle/123456789/16551/bpb0220.pdf.
[3] Roy, D. (2022). China’s Growing Influence in Latin America. Council on Foreign Relations. Recuperado el 8 de junio de 2022, de https://www.cfr.org/backgrounder/china-influence-latin-america-argentina-brazil-venezuela-security-energy-bri.
[4] Instituto de Asuntos Económicos, 2020 en Radio Free Europe Radio Liberty. (2020). ¿Quién da más ayuda a Serbia? [Imagen]. Recuperado el 8 de junio de 2022, de https://www.rferl.org/a/who-gives-the-most-aid-to-serbia-/30660859.html.
[5] Ibid.
[6] Ridley-Jones, J. (2020). Assessing the Development of Chinese Soft Power in Central Asia. Divergent Options. Recuperado el 8 de junio de 2022, de https://divergentoptions.org/2020/09/23/an-assessment-of-the-development-of-chinese-soft-power-in-central-asia/.
Fte. RealClear Defense (James Ridley-Jones)
James Ridley-Jones es doctorando en el King’s College de Londres y actualmente investiga la geoestrategia en Asia Central. El contenido de Divergent Options no contiene información de carácter oficial ni representa la posición oficial de ningún gobierno, organización o grupo.