La Belt and Road Initiative representa un cambio en la perspectiva global de China, así como una actualización de su papel y estatus en el sistema internacional, tal y como anunció el presidente chino Xi Jinping. Revivir la Ruta de la Seda como medio para conectar a China con el resto del mundo era la mayor iniciativa hasta el momento. Esta iniciativa conectará a China con los Estados árabes del Golfo y el Mediterráneo a través de Asia Central. La ruta de la seda marítima conectará la costa de China con Europa a través del Mar de la China Meridional y el Océano Índico. También conectará la costa china con el Pacífico Sur a través del Mar de la China Meridional.
La estrategia del «string of pearls» (collar de perlas), que se refiere a una red de instalaciones y relaciones militares y comerciales chinas a lo largo de las líneas de comunicación marítimas, que se extienden desde el continente chino hasta el Cuerno de África, se ha usado para asegurar la visión global de Pekín de protección militar, red diplomática y cooperación económica.
Algunos estudiosos creen que esto sería una gran amenaza para Gran Bretaña, que depende de la Commonwealth, China está ganando más influencia en el sur de Asia a través del China-Pakistan Economic Corriddor y la diplomacia del crédito, que debilita la influencia británica en el Océano Índico. También desafía a Gran Bretaña en el estratégicamente importante canal de Malaca.
Los expertos señalan que un Estado sólo puede considerarse poderoso cuando domina completamente su entorno geográfico. Aparte de su situación estratégica en la ruta comercial internacional, donde el 40% de todo el comercio pasa por el Mar de China Meridional y el 30% de todo el petróleo que se comercia en el mundo. Pekín otorga un gran valor a la seguridad del entorno regional de China.
China ha superado a Estados Unidos y se ha convertido en la mayor fuerza naval del mundo, pero los expertos creen que la mera comparación del número de barcos deja de lado muchos elementos cruciales que definen la eficacia de cualquier potencia naval.
Estados Unidos mantiene, al menos hasta ahora, una enorme ventaja en muchas capacidades navales, ya que cuenta con 11 portaaviones frente a los dos de China. También sobresale en el número de submarinos, destructores, cruceros y enormes buques de propulsión nuclear. Pero está previsto que aumente considerablemente el tamaño de la flota china.
El ex coronel del Ejército Popular de Liberación chino Zhou Bo, actualmente en la Universidad de Tsinghua en Pekín, afirma que es «extremadamente necesario» que China construya su armada para hacer frente a los peligros marítimos a los que se enfrenta. En particular, dice que «el mayor desafío que estamos experimentando es lo que consideramos provocaciones estadounidenses en los mares territoriales chinos». La Armada estadounidense espera que el número total de buques de guerra de la Armada china aumente en un 40% entre 2020 y 2040.
El control de las vías navegables es una prioridad para Pekín. Se intentará ampliar su presencia marítima fuera del océano Índico, si es posible. De ello se desprende que China está interesada en construir puntos de apoyo estratégicos en todo el mundo, como enormes puertos equipados con cables marítimos y redes digitales, así como servicios logísticos superiores que podrían emplearse con fines militares en caso necesario.
Fte. Modern Diplomacy (Mohamad Zreik)
Mohamad Zreik es doctor en relaciones internacionales. Sus investigaciones se centran en los estudios sobre Oriente Medio, la política exterior china, las relaciones chino-árabes y las relaciones internacionales de Asia Oriental.