España se adhiere al FCAS cuando Francia y Alemania ya han asignado los primeros contratos a Dassault, Airbus Alemania, Safran y MTU

España ya forma parte de forma oficial del proyecto del FCAS, el futuro avión de combate europeo de quinta generación que está llamado a sustituir en el horizonte de 2040 a los Eurofighter Typhoon alemanes y españoles y al Rafale francés, al menos.

Juan Pons.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, aprovechó su asistencia a la cumbre de ministros de Defensa de la OTAN que se celebró en Bruselas ayer, 14 de febrero, para reunirse con sus homologas de Francia y Alemania, Florence Parly y Ursula von der Leyen, respectivamente, y suscribir una Carta de Intenciones ‒LOI por su acrónimo en inglés‒ que supone un primer paso en la adhesión formal de España al desarrollo del avión de combate europeo de nueva generación.

El compromiso inicial español se produce una semana después de que las ministras francesa y alemana hayan firmado un primer contrato con el fabricante aeronáutico francés Dassault Aviation y el alemán Airbus Defence and Space GmbH para que ambas industrias conviertan los Requisitos de Estado Mayor y los requisitos operativos comunes de alto nivel ‒definidos en abril de 2018 por sus respectivas Fuerzas Aéreas‒ en parámetros, criterios y capacidades que permitan hacer realidad el sistema FCAS.

Los contratos con sus respectivas industrias ascienden a un total de 65 millones de euros, son financiados a partes iguales por los gobiernos de Paris y Berlín y comenzarán a ser efectivos el próximo 1 de marzo. Los trabajos se prolongarán durante dos años y al final del citado periodo, ambos fabricantes deberán detallar las distintas opciones y prestaciones que podrá incorporar el FCAS, principalmente en cuanto a su arquitectura y diseño conceptual, dimensiones, velocidad, radares de a bordo y las capacidades con que debe contar para el combate aire-aire y aire-tierra.

En un comunicado oficial hecho público por el departamento de Defensa español una vez concluida la firma de la LOI en Bruselas, la ministra Robles subraya que España se incorpora al proyecto FCAS “en igualdad de condiciones que Francia y Alemania”.

Sin embargo, el ministerio de Defensa queda pendiente de confirmar a lo largo de los próximos meses el grado de compromiso inicial español y de concretar su nivel de participación en términos económicos, al objeto de que la industria española pueda recibir una carga de trabajo equivalente.

En su comunicado, Defensa no indica la inversión que España va a tener que realizar para ser socio de pleno derecho y condiciones del ahora proyecto hispano-franco-alemán, pero se estima que el desembolso inicial será de alrededor de 25 millones de euros a lo largo de dos años.

La adhesión de España al FCAS también se produce unos días después de la creación de una asociación estratégica entre el fabricante francés de motores Safran y el alemán MTU Aero Engines. Su objeto es que ambas empresas asuman de forma conjunta las máximas responsabilidades en el desarrollo, producción y soporte del motor que futuro FCAS.

La filial Safran Aircraft Engines se va a encargar de hacer realidad la cámara de combustión, la turbina de alta presión y de la postcombustión, así como del diseño e integración del motor. MTU Aero Engines asumirá la responsabilidad sobre los compresores de baja y alta presión y de la turbina de baja presión y también liderará los servicios derivados.

Una sociedad conjunta ‒Aerospace Embedded Solutions, AES‒, financiada a partes iguales por Francia y Alemania, desarrollará el ordenador y el software de control de los motores.

La alianza hispano-franco-alemana pretende fortalecer e impulsar la industria aeronáutica militar europea, así como alcanzar la autonomía estratégica en aviones de combate respecto de los grandes fabricantes aeronáuticos de Estados Unidos y países emergentes.

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