El Departamento de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico, una unidad paradigmática de Policía Municipal de Madrid

No todas las policías municipales cuentan con un órgano de estas características. Por ello, el Departamento de Reconstrucción de Accidentes de la Comisaría de Policía Judicial de Tráfico de Madrid es una unidad paradigmática. Sus agentes han explicado a El Radar cómo actúan, qué nuevas tecnologías han incorporado y qué necesidades tecnologías serían deseables para mejorar sus procedimientos.

El Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de Policía Municipal de Madrid tiene competencias en accidentes que se producen en el casco urbano de la capital. (Fotos: M.A.M. / Policía Municipal / Emergencias 112).

Si todas las personas que se ponen al frente de un volante viesen las imágenes de los casos reales que investigan los agentes del Departamento de Reconstrucción de Accidentes de la Comisaría de Policía Judicial de Tráfico de Madrid… seguro que conducirían con más precaución.

No es objeto de este reportaje hacer una campaña de prevención de accidentes, o de concienciación de seguridad vial, pero, al conocer de cerca la labor que desarrollan estos agentes, es inevitable obtener varias conclusiones.

Por ejemplo, que un accidente con resultado mortal se puede producir cuando se supera el límite de velocidad permitido; si un peatón cruza por donde no debía cruzar; cuando apuramos el semáforo en ámbar y se torna en color rojo; o ese momento en el que vamos distraídos y, de repente… todo ocurre en cuestión de segundos.

Muere quien comete la imprudencia y/o, en el peor de los casos, quien no la ha cometido. O se producen lesiones medulares que acompañarán a esa persona el resto de su vida…

Un equipo de El Radar ha estado con el Departamento de Reconstrucción de la Policía Judicial de Madrid. Dos de sus agentes, Antonio y Rubén, nos han explicado cómo actúan, qué tecnologías tienen en dotación para realizar su trabajo, y también qué otros desarrollos tecnológicos serían deseables para mejorar sus atestados.

Los agentes intervienen normalmente cuando hay fallecidos, lesionados graves o delitos contra la seguridad vial.

A la vez, nos han concienciado sobre la importancia de respetar las normas de circulación. «Si una vía en casco urbano está limitada a 30 km/h. – nos explican- es porque ya se han hecho los cálculos oportunos para que el tiempo de reacción ante un imprevisto (la distancia de frenada, por ejemplo) no ocasione un desenlace fatal si se respeta«.

«Se reduce la velocidad en casco urbano a 30 km/h. porque una de las mayores causas de mortalidad son atropellos a peatones, y el reducir la velocidad reduce la lesividad del atropellado», añaden.

Misión: complementar el atestado que se incorporará a las diligencias judiciales

Este Departamento de Policía Municipal de Madrid actúa en el casco urbano de la capital. Su cometido consiste en estudiar las pruebas que previamente han recabado sus compañeros de la IT (Inspección Técnica), o hacer una segunda inspección ocular si fuera necesario, «para complementar el atestado mediante un informe técnico en el que se pretenden esclarecer y determinar la velocidad de circulación de los implicados y la evitabilidad del accidente», explican.

Sólo se desplazan al lugar donde han ocurrido los hechos si el accidente es muy grave (con fallecidos, lesionados graves o delitos contra la seguridad vial) y requiere de una reconstrucción. «Nos personamos directamente en esos casos, ya que trabajamos bajo requerimiento de un equipo de Inspección Técnica, o de un juez o fiscal«, precisan. Posteriormente, su trabajo y el de los IT se incorporará a las diligencias judiciales.

Ellos testifican ante un juez cuando las partes implicadas en un accidente no se ponen de acuerdo y hay vista oral. Sus conclusiones, basadas en las leyes físicas de la dinámica y la cinética, avalan sus testimonios.

«No somos peritos de parte», aclaran. Por ello, cuando acuden al juzgado, tienen todos los elementos de juicio suficientes para determinar quién fue el responsable del accidente, o si esa responsabilidad fue compartida. De esa manera, ayudan al juez a tomar una decisión.

Pero antes son necesarias muchas horas de trabajo; muchas horas de investigación.

Rubén (de pie, a la izqda.) y Antonio (ligeramente inclinado, a la drcha.) junto a sus compañeros de la IT.

Los agentes de la IT realizan una primera inspección ocular, la toma de declaraciones, pruebas de alcohol y drogas… y, sobre esa base, efectúan el atestado. Después, si la situación lo requiere, es el turno de Antonio y Rubén, quienes, con los medios técnicos de los que disponen, iniciarán el proceso de reconstrucción del accidente.

«Claro que nos condiciona ver tantos fallecidos y lesionados graves en accidentes de circulación», asegura Antonio. De hecho, cuando él va con sus hijos por la calle, toma precauciones en función de los casos que resuelve e investiga. «Camino por la parte exterior de la acera, que es la peligrosa a nivel de tráfico, para que mis hijos vayan por dentro», comenta.

Eso es debido a que ha visto atropellos de coches que invaden la zona reservada al tránsito peatonal. «En una ocasión -recuerda Rubén-, una mujer que hacía ejercicios de estiramiento junto a un paso de peatones recibió un impacto de un vehículo que circulaba muy próximo a la acera porque sus brazos sobresalían unos centímetros del límite de la acera«.

‘Hombre vs máquina’: la segunda, facilita y agiliza; el primero es insustituible

Para realizar los informes técnicos, ambos coinciden en que «las nuevas tecnologías» han sido «fundamentales». Por un lado, porque les ayudan a tener «más certeza» a la hora de elaborar su trabajo; por otro, porque les permiten «ahorrar tiempo y esfuerzo«, afirman.

No obstante, y estoy hay que dejarlo claro, «no hay tecnología alguna» que pueda sustituir su pericia policial, «porque cada accidente de tráfico hay que situarlo en su contexto», y eso, a día de hoy, no lo puede hacer una máquina.

La inspección ocular tras un accidente sigue siendo fundamental, a pesar de la incorporación de nuevas tecnologías para la reconstrucción de lo ocurrido.

Rubén, delineante industrial, lleva 10 años en la unidad; Antonio, ingeniero industrial, tres. Y entre los dos acumulan muchas horas de experiencia; muchos accidentes investigados.

En el caso de accidentes de vehículos a motor, realizan al menos dos informes técnicos al mes; y en el caso de los patinetes eléctricos, se efectúan un mínimo de seis periciales mensuales. «Desde 2020 habremos hecho ya más de 200 periciales de patinetes eléctricos«, señala Antonio.

El último accidente de circulación en el que han tenido que intervenir se produjo el pasado fin de semana. Una mujer de 45 años falleció en la madrugada del sábado al domingo en un accidente en el que se vieron implicados un turismo y una motocicleta.

Para el análisis de determinados parámetros, «se puede hacer un cálculo matemático manualmente, que era como se hacía antes, pero ahora tenemos programas de reconstrucción que realizan cálculos en tiempo real con toda la potencia que tiene un ordenador», precisa Antonio. Pero, y redundando en lo dicho anteriormente de ‘hombre vs máquina’, «al final, quien tiene que introducir en el sistema los datos que se tienen que analizar somos nosotros», apostilla.

Entre esos programas y nuevas tecnologías se encuentran, principalmente, las que se mencionan a continuación.

Escáner de vehículos siniestrados en 3D para el cálculo de deformaciones

Para el cálculo de deformaciones de un vehículo se utiliza un escáner en 3D. El procedimiento consiste en realizar ese escaneo en un vehículo original sin deformar y en el que ha sufrido el accidente.

Escaneado en 3D de un vehículo accidentado.

También se puede emplear fotogrametría; la técnica LIDAR (acrónimo de Light Detection and Ranging), que se basa en la teledetección activa, la cual, mediante un sensor, emite pulsos de luz y capta los retornos; fotografía estereoscópica con medición de luz azul pulsada, etc.

En el caso del escáner en 3D, previamente los drones (de tipo comercial, pero con modificaciones para Fuerzas y Cuerpos de Seguridad) han grabado con una cámara en Full HD a 25 fotogramas por segundo. Algunos de ellos son de la tecnológica de origen chino DJI.

Antonio aclara que esas «modificaciones» que se han introducido en los UAV (que pertenecen a la Unidad de Apoyo Aéreo de Policía Municipal) permiten, por ejemplo, «que el dron pueda volar en zonas en las que el GPS detectaría que no puede volar«.

CDR para obtener datos del comportamiento del vehículo y del conductor

Para la toma de datos cuentan una herramienta que se denomina CDR (Crash Data Retrieval). Fabricado por Bosch, les permite extraer los datos del EDR (Event Data Recorder), un dispositivo (o función) que tienen la mayor parte de los vehículos, que registra y graba «eventos» importantes relacionados con la seguridad del vehículo y sus ocupantes.

El CDR permite obtener los datos del comportamiento del vehículo y del conductor antes de producirse el accidente.

Gracias al CDR, se obtiene los datos de los «eventos» grabados en el EDR del vehículo. Por ejemplo la velocidad a la que circulaba el vehículo antes de la colisión; si el conductor ha pisado el freno o el acelerador; arranques que se han efectuado; las maniobras de giro del volante; el estado del cinturón de seguridad, el rendimiento del airbag, etc. «El Event Data Recorder es como el tacómetro de los camiones», comenta Antonio.

De esta manera, el equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico puede desentrañar información relevante sobre el comportamiento de ese vehículo y de sus ocupantes instantes antes de producirse el accidente.

El CDR con que está dotada la Unidad de Reconstrucción de Accidentes es de la marca Bosch.

«Las videograbaciones son fundamentales»

Otra de las tecnologías «fundamentales» para la reconstrucción de accidentes es la videograbación de las cámaras que, tanto públicas como de establecimientos privados, existen por toda la ciudad. «Esas imágenes son claves en el proceso de investigación», afirman.

En primer lugar, porque facilitan una evidencia de la mecánica del accidente (es decir, cómo circulaba el vehículo antes de producirse el accidente); y, en segundo lugar, porque indirectamente pueden proporcionar datos de las unidades involucradas. «Nosotros, analizando el vídeo, podemos calcular velocidades», aseguran.

De hecho, cuando disponen de videograbaciones de varias cámaras, su cometido consiste en secuenciar esas imágenes para obtener evidencias de lo que han hecho los vehículos y/o peatones (por ejemplo) implicados en el accidente. «Una cámara nos da la vida», dicen con alivio.

«Las imágenes son claves en el proceso de investigación», afirman Rubén y Antonio.

Pix4D para reproducir la imagen exacta del accidente

Otro aspecto importante en la reconstrucción de un accidente es el croquis en el que se observa, gráficamente, cómo se produjo el siniestro. Aparte del ‘dibujo’ inicial que los agentes realizan a mano, gracias a las imágenes que obtienen de los drones y a un software de fotogrametría denominado Pix4D, Rubén y Antonio son capaces de reproducir una imagen exacta de lo sucedido.

Pix4D les permite obtener una nube de puntos en 3d y un ortomosaico, que, según explican, es una foto cenital de toda la zona del accidente generada por la unión de múltiples imágenes independientes.

Reconstrucción de un accidente con el software Pix4D.

La Unidad de Reconstrucción también está dotada con el PC Crash, una una herramienta de cálculo y simulación que permite el análisis preciso de distintos tipos de colisiones de vehículos a motor y atropellos. Los resultados se muestran como animaciones 2D y 3D, en informes detallados, tablas y gráficos.

«Cuantas más fuentes utilicemos, cuantas más tecnologías empleemos para reconstruir lo sucedido, más completo y riguroso será el informe final del accidente», subrayan.

Y así, tras el proceso que realizan los agentes para elaborar el informe técnico, tanto Rubén como Antonio reconocen que cuando llegan ante un juez para testificar, «el informe está tan detallado, tan argumentado y con pruebas tan evidentes que prácticamente no es necesario que lo expliquemos, porque cada vez hay más peritos de parte que realizan contrapericiales, y ahí si que tenemos que justificar nuestro informe y tratar de desmontar el suyo», comentan.

Aunque ya cuentan con un gran número de nuevas tecnologías, Antonio y Rubén subrayan que «hay que seguir actualizándose».

Necesidades tecnológicas para la reconstrucción de accidentes… y de personal

En cuanto a necesidades tecnológicas para agilizar y mejorar sus procedimientos, ambos aclaran que siempre tienen que estar actualizándose. Pero antes insisten en que les «falta personal». Y esa carencia es importante.

Primero, porque la sobrecarga de trabajo les pasa factura a nivel personal y profesional; segundo, porque si tienen que atender asuntos del día a día (custodiar detenidos, atender las llamadas, etc.) no pueden atender, precisamente, los asuntos relacionados con la reconstrucción.

Como necesidades tecnológicas, una de ellas es un láser escáner en 3D. Leica, por ejemplo, cuenta con esta solución. «Es capaz de levantar un escenario mediante una tecnología de LIDAR y, gracias a su procesador, que es muy rápido, permite hacer muchísimas operaciones por segundo«, explica Antonio.

«También dispone de una cámara que puede girar 360 grados en horizontal, y 180 grados sobre su eje o en vertical, y cubre una esfera perfecta», añade.

Otra innovación que agradecerían es que algunos de los programas que utilizan «fuesen más rápidos». Y también que los ordenadores tuviesen «procesadores con mayor potencia» para agilizar algunos de los procedimientos que realizan.

Algunos de estos desarrollos tecnológicos, como el láser escáner en 3D, ya los han solicitado y están aprobados; sólo les queda esperar a que haya presupuesto para contar con ellos. «Cuanta más tecnología tengamos, cuanto mejores sean los sistemas y las herramientas, más rápido y eficaz será nuestro trabajo», concluyen.

«Cuantas más fuentes utilicemos, cuantas más tecnologías empleemos para reconstruir lo sucedido, más completo y riguroso será el informe final del accidente», aclaran Rubén y Antonio.
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Dircom de APTIE - EL RADAR y profesora asociada de la UC3M. Licenciada en Periodismo y DEA en Derecho Constitucional. Más de 20 años dedicada al sector de Seguridad y Defensa, 15 de ellos en el Departamento de Comunicación del Ejército de Tierra.