La solicitud de presupuesto del Ejército para 2025 incluye 13,5M$. para equipos portátiles anti-drones para equipar a una división y 54,2M$. para inhibidores de tamaño mochila, según un portavoz del Ejército. «Como mínimo, cada pelotón probablemente debería tener [un dispositivo antidrones de mano], basándonos en lo que estamos viendo en Ucrania hasta ahora», dijo.
Con los 13,5 millones se comprarían 20 dispositivos Modi, 10 Smart Shooter, 10 Bal Chatri y 20 Dronebuster. Tanto el Modi como el Dronebuster son sistemas de interferencia, mientras que el Bal Chatri detecta las señales de posibles drones enemigos sobrevolando la zona. El Smartshooter, en cambio, es una mira telescópica que calcula dónde apuntar para derribar drones que se mueven con rapidez, mientras que las mochilas inhibidoras son las Terrestrial Layer System Manpacks, un sistema que proporciona tanto inteligencia de señales como capacidades de interferencia.
Anteriormente, el Ejército había informado de que estaba equipando a dos divisiones con armas portátiles contra drones: la 82ª Aerotransportada y la 1ª de Caballería. Ambas recibieron los mismos tipos de dispositivos portátiles contra drones: el Modi, el Smart Shooter, el Bal Chatri y el Dronebuster. El 1º de Caballería adiestró a 80 soldados en el uso de estos equipos, de sus 19.500 efectivos. No está claro cuántos equipos recibieron las unidades.
Según el presupuesto para el año fiscal 2025, el Ejército también quiere reforzar su defensa antiaérea con armas más potentes con la misma misión, para lo que El Ejército está buscando más inhibidores, incluyendo 82,5 millones de dólares para comprar el Mobile-Low, Slow, Small Unmanned Aircraft Integrated Defeat System (M-LIDS) y 26,4 millones de dólares para el Fixed Site-Low, Slow, Small Unmanned Aircraft System Integrated Defeat System, o FS-LIDS.
El Ejército también solicitó fondos para comprar sistemas que destruyen drones directamente, como 117M$ para interceptores Coyote, y 88M$ para investigación y desarrollo de la versión de energía dirigida del vehículo de Maneuver Short Range Air Defense (M-SHORAD), 204M$ para el incremento tres del M-SHORAD, y 22 M$ para el incremento uno del M-SHORAD.
Debido al éxito en la defensa de las bases militares estadounidenses en Oriente Medio, que se enfrentan a continuos ataques de drones, los mandos del Ejército han elogiado los interceptores Coyote como uno de los sistemas contra dron de mayor éxito. De hecho, en enero, compró 600 2C por 75 millones de dólares, a un coste de unos 125.000 dólares por interceptor.
Las tropas ucranianas emplean miles de inhibidores y detectores portátiles de drones, lo que supone una densidad de estos dispositivos muy superior a la que dispone actualmente el Ejército estadounidense. Pero su uso es consecuencia de una realidad del campo de batalla: las tropas de ambos bandos de la guerra emplean decenas de miles de drones cada mes para ataques y observación.
Aun así, los drones rusos “first view person” equipados con explosivos violan regularmente las defensas ucranianas, obligando a éstas a reducir su actividad durante el día para evitar ser blanco de sus ataques.
Fte. Defense One