El presidente Donald Trump ha elegido al general de cuatro estrellas de la Fuerza Aérea John W. “Jay” Raymond para liderar el futuro Mando Espacial de Estados Unidos, el polémico U.S. Space Force o USSF.
Juan Pons
El general Raymond es el actual jefe del Mando Espacial de la Fuerza Aérea (Air Force Space Command), cargo que ocupa desde octubre de 2016. Con más de 34 años de servicio, su anterior puesto en el Pentágono fue el de 2º Jefe de Operaciones de la Fuerza Aérea.
Si su nominación es confirmada en los próximos días por el Senado, el general Raymond asumiría en un primer momento las funciones de máximo responsable de la Fuerza Espacial y, al mismo tiempo, el del Mando Espacial de la Fuerza Aérea (Air Force Space Command) que ahora dirige, y que es la responsable de controlar la inmensa mayoría de los satélites dedicados a misiones de defensa y seguridad.
En su propuesta de presupuesto para el año fiscal 2020, el Pentágono ha asignado 72,4 millones de dólares para las aproximadamente 200 personas que, a tiempo completo, en un primer momento y bajo el mando de un general de División, llevarían a cabo la planificación detallada y la puesta en pie de la USSF.
Posteriormente, la nueva organización se completaría con otras 600 personas distribuidas en cuatro bases: las de Shriever y Peterson en el estado de Colorado, la de Vandenberg en California y la de Offutt en Nebraska. Por el momento, la localización del Cuartel General del USSF está por decidir.
El Pentágono ha evaluado que una vez esté completada la Fuerza Espacial, los costes anuales ascenderán a alrededor de 500 millones de dólares, aproximadamente el 0,07% del presupuesto anual del Departamento de Defensa.
Sin embargo, la propuesta de creación de la Fuerza Espacial no goza de la simpatía del veterano político Adam Smith, congresista demócrata por el estado de Washington desde 1997 y presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes desde enero del presente año.
Smith considera que la propuesta del Pentágono es problemática en muchos aspectos. La principal objeción manifestada por Smith es que la USSF crearía una burocracia demasiada pesada, con un nuevo Subsecretario de la Fuerza Aérea y dos generales de cuatro estrellas al frente de un colectivo humano de alrededor de 16.000 personas.
Aunque Adam Smith comparte la idea de que es conveniente reforzar las capacidades espaciales del departamento de Defensa, en reiteradas ocasiones ha expresado su oposición a la creación de una rama militar independiente de la Fuerza Aérea pero dedicada al espacio con carácter exclusivo.
La apuesta de Donald Trump es conseguir que en 2020 sea realidad la Fuerza Espacial, el sexto brazo militar de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que contará con unos 140 satélites y 18.000 técnicos militares y civiles.