El presidente del Gobierno ha anunciado un Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa para aumentar al 2% del PIB el gasto en Defensa

 Una propuesta para salir del paso, sin consideración al Parlamento y sin tener en cuenta que no es un presupuesto a mantener sino a incrementar, durante muchos años. ¿Cómo va a presupuestarse ese 2% o más en años sucesivos? 

Defensa

España invertirá 10.471 millones para alcanzar el 2% del PIB en Seguridad y Defensa

El presidente del Gobierno ha presentado este martes, después de la reunión del Consejo de Ministros, el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, anunciando que España invertirá 10.471 millones, de manera que se pueda alcanzar este año el 2% del PIB en Defensa y Seguridad, conforme le ha exigido la OTAN. Este Plan al parecer se enviará hoy miércoles a Bruselas para su evaluación por la UE y la OTAN. A nuestro entender este comunicado presenta varios temas a considerar. El primero es la enorme importancia tanto por las cantidades previstas para Defensa (incluyendo a la Seguridad como una parte, o, que, a su vez, la engloba), como por el plazo autoimpuesto de hacerlo en este año 2025. Todo ello en contra de las reiteradas manifestaciones de este Gobierno a lo largo de los últimos años.

El otro tema de especial trascendencia, a nuestro parecer, es que se ha hecho alejándose de los cauces democráticos, haciéndolo sin comunicarlo previamente a las Cortes, fuera del Parlamento y sin pactarlo con el principal partido de la oposición que, antes o después, deberá responsabilizarse de su continuidad. Y sin someterse al imprescindible control parlamentario ni ministerial acerca del debido control de autorización, verificación de la existencia de fondos y si éstos y sus correspondientes previstas transferencias entre diferentes partidas presupuestarias, son conforme a las leyes.

Las numerosas preguntas que surgen sobre este plan

En cuanto a los datos presentados, poco podemos decir. Son cifras enormes para una actuación tan vertiginosa, y lo que implica de programación, priorización, presupuestación, organización de concursos, etc., hasta su recepción final ¿Es para la anualidad del 2025 o será plurianual? ¿Dispone el Ministerio de Defensa, la Secretaría de Estado de Defensa y sus principales Direcciones Generales para el planeamiento militar, la Dirección General de Estrategia e Innovación de la Industria de Defensa (DIGEID) y la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), junto al resto de las otras Direcciones Generales, JEMAD, Organismos y Jefaturas de Apoyo Logístico de los tres Ejércitos, de capacidad para abordarlos?.

Solo viendo el escaso número de ingenieros militares y politécnicos que actualmente trabajan en ellos, hacen bastante dudosa la apuesta. Por supuesto, los profesionales tiene claro que todo irá paso a paso. Ojalá lo sea, pero sin pausa a lo largo de los años venideros. Lo importante es la voluntad y su realización.

La Defensa es un sector de vital importancia, que debe de ser asumido ahora mismo y para toda la vida

No entramos en la maniquea frase del presidente: «Además, se va a hacer sin subir impuestos, sin tocar un céntimo de euro la inversión en el estado del bienestar y sin incurrir en un mayor déficit público». Sin demagogias, esa enormidad de dinero a invertir en tan poco tiempo y ya durante muchos años es porque se terminó la bicoca de vivir a costa del erario USA para nuestra Defensa.

Es preciso explicar claramente a los españoles que la Defensa es algo muy serio, que tiene que ser asumido ya para siempre y que es mejor estar de verdad preparados y sin medias tintas. Que el coste de no estar preparados termina en muertos, derrotas y bancarrota siempre. Por ello se impone una verdadera política de difusión de la cultura de la Defensa en toda la sociedad española, empezando por los más jóvenes. Un buen sitio es la partida de Reclutamiento y Enseñanza Militar, de la DIGEREM, que tan buen papel está haciendo, así como de la SEGENPOL, Secretaría General de Política de Defensa.

Según la información proporcionada por el presidente, estos presupuestos se organizarán conforme a cinco Pilares:

– El primer Pilar concentrará el 35% (3.712,5 millones de euros) de la inversión total para mejorar las condiciones laborales de tropa y marinería, sus condiciones de preparación y el equipamiento de las Fuerzas Armadas. E incluye un aumento del personal, sin especificar número, cualificación, destinos, etc.

– El segundo pilar (el 31% de la inversión) será para elaborar, fabricar y adquirir nuevas capacidades de telecomunicaciones y ciberseguridad. De ellos, 3.262 millones para modernizar los sistemas de telecomunicaciones cifradas, nuevos satélites, antenas, radares y reforzar nuestros instrumentos de ciberseguridad, tanto militares como civiles.

– El tercer pilar de este plan concentra el 19% (1.963 millones) para la fabricación y la compra de nuevos sistemas de defensa y disuasión. La frase «Lo hacemos no para atacar a nadie, somos pacifistas, sino para disuadir a aquellos estén pensando en atacarnos o atacar a Europa» resulta, por forzada, algo acomplejada.

– El cuarto pilar destinado a reforzar las capacidades duales de nuestras Fuerzas Armadas para abordar desastres naturales como inundaciones o incendios. Esta partida será del 17% del total, 1.751,5 millones, para ampliar la flota de helicópteros de rescate y apoyo logístico, vehículos lanzapuentes, aviones cisterna para extinción de incendios, un nuevo buque hidrográfico…

– El quinto y último pilar le corresponde el 3,1% (328,7 millones) que permitirá mejorar las condiciones de seguridad de los casi 3.000 efectivos que integran las 16 misiones de paz que España realiza en el exterior.

– Salvo el pequeño detalle de que un 35%+31%+19%+17%+3,1% da un total de un 105,1%, nada tenemos que objetar, si esa diferencia viene de devolver al Tesoro 547 millones correspondientes a devoluciones de crédito, procedentes principalmente de Industria, de empresas con programas de modernización en marcha.

La explicación sobre de dónde provendrá la financiación para aumentar el gasto en defensa

Si, además de estos 10.471 millones, se prevé llegar a 33.123 millones de euros anuales en seguridad y defensa, el 2% del PIB de España , «Ello permitirá España lanzar 31 nuevos programas especiales de modernización a los que se dedicarán alrededor de 3.800 millones de euros. Y que estos programas generarán desarrollos tecnológicos de doble uso, tanto para el ámbito militar como civil». Al tiempo que “menos de la quinta parte del total irá a parar a la compra de armamento tradicional. Fundamentalmente a la modernización de sistemas de combate terrestre y marítimo, y se hará porque es necesario». Sistemas de armas sin armas, otra vez las excusas sociológicas, económicas e industriales, en lugar de las políticas.

Importancia fundamental ha sido la afirmación de que «Todas las partidas (…) no requieren la aprobación de las Cortes Generales, porque no implica un esfuerzo adicional», matizando que hay margen para acometer las inversiones este mismo año.

La explicación es que el dinero saldrá principalmente de la reorientación de fondos del Next Generation, por ejemplo, los de ciberseguridad; de «ahorros» generados por la gestión del Gobierno; y de partidas de los presupuestos de 2023 -prorrogados este año por segunda vez- que ya han quedado liberadas. «Utilizaremos remanentes y ahorros», ¿Qué pasa, que las partidas presupuestadas en los Presupuestos prorrogados no se han comprometido y gastado para los fines y proyectos para los que se adjudicaron?. ¿Incompetencia, despilfarro o fraude de ley?. Se conocen bien las rigideces establecidas en las leyes financieras, hacendísticas y presupuestarias para los cambios de partidas presupuestarias.

«no han establecido los sucesivos gobiernos una clara política industrial de Defensa a medio y largo plazo, con un muy serio análisis de necesidades»

También nos parece temeraria la afirmación del presidente de que: “la mayor parte del dinero, en torno al 87%, es decir, unos 9.000 millones de euros, acabará en empresas españolas homologadas por el Ministerio de Defensa. Y que “El grueso de la inversión restante irá a firmas europeas. En principio, solo el 5% del total se destinará a la compra de componentes o repuestos a compañías fuera de la UE”. Sería digno de tener en cuenta, si nos olvidamos que actualmente casi el 60% del presupuesto de Defensa de las naciones europeas se gasta en compras a empresas norteamericanas

Por desgracia, no se ha establecido en los sucesivos gobiernos una clara política industrial de Defensa a medio y largo plazo, con un muy serio análisis de necesidades; no hay una potente colaboración y atención de las grandes empresas tractoras de Defensa con las pymes; y, fundamentalmente, junto a una falta de un planteamiento serio de cómo va a ser el plano global a corto, medio y largo plazo del conjunto de la industria armamentística europea, es que no se quiere ver la realidad. Las diferentes naciones europeas, con sus grandes conglomerados industriales y enormes intereses económicos, apoyados totalmente por sus respectivos gobiernos, son factores a analizar y tener en cuenta a gran velocidad.

Para finalizar: si los programas que se pongan en marcha no aumentan nuestra capacidad de disuasión, al no incluir compras de misiles, cañones, cazas, submarinos, fragatas, carros de combate, portaviones, etc., todo será papel mojado y un despilfarro enorme de dinero del contribuyente. Aunque eso lo corregirá el tiempo, la OTAN, la UE y los militares como grandes profesionales que son.

Alfonso López.
Presidente de APTIE