La próxima reunión entre el rey Abdullah II de Jordania y el presidente Joe Biden no será una mera visita diplomática; tiene el peso de la petición de paz y estabilidad de una nación.
En medio del caos y la devastación de la guerra israelí en la Franja de Gaza, Jordania se perfila como un mediador de paz fundamental en el conflicto palestino-israelí, que dura ya décadas. Como primer jefe de Estado árabe que pisa la Casa Blanca desde que Estados Unidos apoyó las acciones de Israel, la visita del rey Abdullah simboliza el papel indispensable que Jordania desempeña en esta crisis.
Un llamamiento al alto el fuego:
El principal objetivo de Jordania durante la visita del rey Abdullah será abogar por un alto el fuego inmediato entre Israel y Hamás. Las consecuencias de un conflicto prolongado son nefastas, y las autoridades sanitarias informan de más de 28.000 muertos y el doble de heridos. La perspectiva del avance de Israel sobre Rafah, ciudad donde reside la mitad de la población de Gaza, supone una amenaza inminente para la vida de innumerables inocentes. Jordania teme mayor inestabilidad regional y la carga de una afluencia de refugiados palestinos a sus puertas. El rey Abdullah, conocido por sus estrechos vínculos con los presidentes estadounidenses, considera esta reunión con el presidente Biden como el último esfuerzo para asegurarse la atención y la intervención de los aliados occidentales.
Presión interna y tensas relaciones entre EEUU y Jordania:
A pesar de sus relaciones históricamente estrechas, Estados Unidos y Jordania se han enfrentado a un creciente escrutinio dentro del reino hachemí. Muchos jordanos perciben a Estados Unidos como un facilitador de la guerra de Israel en Gaza, lo que ha provocado protestas masivas y llamamientos al abandono de los tratados de paz y los acuerdos de defensa. Este sentimiento quedó patente cuando Jordania canceló una cumbre con Biden, Egipto y la Autoridad Palestina debido a la mortal explosión en un hospital de Gaza. Sin embargo, es crucial reconocer que existe divergencias de opinión entre el pueblo y la Monarquía. Aunque el enfado del pueblo jordano es palpable, Gobierno y Monarquía consideran que la presencia militar estadounidense en sus fronteras es esencial para la seguridad del país.
La búsqueda de una paz duradera:
Durante la reunión, el rey Abdullah y el presidente Biden profundizarán en los esfuerzos para lograr un final duradero de la crisis. El plan propuesto por la administración Biden implica una pausa en los combates para garantizar la liberación de los rehenes en poder de Hamás, allanando el camino para un acuerdo diplomático más amplio que ponga fin a la guerra de forma permanente. Esta estrategia también hace hincapié en vincular la normalización entre Israel y Arabia Saudí al establecimiento de un futuro Estado palestino. Jordania busca una solución global que aborde Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, considerando el conflicto una cuestión existencial que es fundamental para su política exterior.
La crisis humanitaria y los desplazamientos:
Las preocupaciones de Jordania van más allá de las implicaciones geopolíticas. La actual campaña israelí en Gaza ha evocado el temor a una segunda Nakba, en referencia a la expulsión de los palestinos de sus hogares en 1948. Al país le preocupa el impacto desestabilizador de la violencia de los colonos israelíes en la vecina Cisjordania y la posibilidad de que se produzcan más desbordamientos de refugiados. Al acoger a más de 2 millones de refugiados palestinos, Jordania ya soporta la mayor carga a nivel mundial. El rey instará al gobierno de Biden a reanudar la financiación de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, que se enfrenta al cierre debido a los recortes de la financiación internacional. El desplazamiento forzoso es un problema acuciante dentro de la propia Jordania, donde más de la mitad de su población tiene raíces palestinas.
El papel de los medios sociales y las implicaciones políticas:
A medida que se desarrolla el conflicto, las redes sociales se han convertido en una plataforma para que el mundo sea testigo de la devastación en tiempo real. Jordania, al igual que sus vecinos árabes, está preocupada por la radicalización de su juventud, expuesta a los horrores de la guerra a través de estos canales. Las encuestas revelan un aumento significativo del apoyo a Hamás entre los jordanos, lo que subraya aún más la urgencia de resolver la crisis de Gaza. Las inminentes elecciones parlamentarias de agosto también suscitan preocupación por la potenciación de los grupos islamistas, incluido el partido Frente de Acción Islámica de los Hermanos Musulmanes.
El rey Abdullah II de Jordania llega a la Casa Blanca con gran responsabilidad sobre sus hombros. Más allá de una visita diplomática, su presencia significa el papel vital de Jordania como mediador de paz en el conflicto palestino-israelí. No se puede exagerar la urgencia de un alto el fuego inmediato, ya que se pierden vidas y la estabilidad de la región pende de un hilo. Es esencial que Estados Unidos y otros aliados occidentales reconozcan la petición de intervención de Jordania y trabajen por una paz duradera que garantice la seguridad de Israel y atienda al mismo tiempo las legítimas aspiraciones del pueblo palestino. Ha llegado el momento de actuar.
Fte. Geostrategic Media