Los investigadores chinos han afirmado recientemente que han desarrollado un cañón de riel electromagnético que funciona, lo que podría proporcionar al Ejército Popular de Liberación (PLA) una de las armas nuevas más revolucionarias del siglo XXI. Aún está por ver si realmente han superado los problemas técnicos que durante tanto tiempo obstaculizaron el trabajo de Estados Unidos en este campo, pero está claro que la inversión en investigación del PLA en sistemas electromagnéticos y de generación de energía se remonta a hace más de una década.
La artillería se ha alimentado de explosiones químicas relativamente ineficaces al menos desde el año 1128, cuando se esculpió la primera representación de un cañón en el oeste de China.
En cambio, un cañón de riel usa imanes para acelerar proyectiles a velocidades que pueden superar Mach 6. Los cañones de riel prometen igualar el mayor alcance y precisión de los misiles y cohetes con el bajo coste por disparo de la artillería tradicional. Esto invierte el problema de la imposición de costes que aqueja a los ejércitos modernos, en los que incluso los mejores sistemas pueden resultar increíblemente caros de operar o simplemente verse superados por enemigos que disparan enjambres de armas más baratas. Las fuerzas estadounidenses frente a Yemen, por ejemplo, están disparando misiles de crucero, que cuestan al menos tres órdenes de magnitud más que los drones que pretenden destruir.
EE.UU. lideró la investigación sobre cañones de riel durante muchos años, pero puso fin a su programa en 2021 tras gastar más de 500 millones de dólares.
Las razones aducidas fueron los problemas de ingeniería que planteaba, en particular la tendencia del cañón a desgastarse tras unos pocos disparos, así como el deseo de destinar recursos a otros programas, como los misiles hipersónicos. Pero un motivo subyacente fue el desajuste entre la función prevista y las cambiantes prioridades de la Armada. Inicialmente, el cañón de riel estaba destinado a equipar los futuros destructores de la clase Zumwalt, un programa que se interrumpió por sus propios problemas de costes. El cañón de riel también se concibió principalmente para llevar a cabo ataques que la Marina considera ahora que pueden realizar los misiles de crucero existentes y los nuevos misiles hipersónicos. Nunca se exploró a fondo el potencial de los cañones de riel como sistema defensivo aire/misiles/drones, a pesar de que éste es un problema mucho más espinoso para la Armada y otros ejércitos estadounidenses.
Aunque Estados Unidos haya perdido interés por el momento, la I+D sobre cañones de riel sigue adelante en otros países.
En 2023, la Agencia de Adquisiciones de Defensa francesa desveló un proyecto de cañón de riel electromagnético naval, mientras que el ejército Japón trabaja en un cañón de riel para la defensa antiaérea. El año pasado, un barco japonés realizó la primera prueba de un cañón de riel en el mar, un éxito que llevó al Ministerio de Defensa a solicitar 23.800 millones de yenes (unos 160 millones de dólares) para I+D de cañones de riel en su presupuesto de 2024.
En diciembre, el South China Morning Post informó de que investigadores de la Universidad de Ingeniería Naval del Ejército Popular de Liberación habían desarrollado un cañón de riel electromagnético operativo. El equipo chino afirmó que puede disparar un proyectil de 100 a 200 kilómetros a Mach 6. Y lo que es más importante, emplea hasta 100.000 sensores con inteligencia artificial para identificar y solucionar cualquier problema antes de que se produzca un fallo crítico, pudiendo mejorarse a sí mismo lentamente con el tiempo. Según ellos, esto les ha permitido probar 120 disparos seguidos sin fallos, lo que, de ser cierto, sugiere que han resuelto un antiguo problema que, al parecer, aquejaba a los investigadores estadounidenses. Sin embargo, al equipo aún le queda mucho camino por recorrer antes de montar un cañón de riel operativo en un barco; según un artículo chino, los proyectiles disparados sólo tenían un calibre de 25mm., muy por debajo del tamaño incluso de la artillería naval ligera.
Como ocurre con muchos otros programas chinos de tecnología de defensa, sigue habiendo mucha opacidad sobre el programa.
Pero varias fuentes abiertas revelan detalles importantes.
Los registros del trabajo chino en cañones de riel datan de 2011. En 2018, aparecieron fotos de un sistema de prueba montado en la proa del buque de desembarco Haiyangshan de clase Tipo 072III. Al mes siguiente se supo que se había concedido la «Bandera Roja» en «la víspera del Día de la Mujer del 8 de marzo» a la investigadora Zhang Xiao por su trabajo en el «mantenimiento de la fuente de alimentación» y la «simulación del sistema» durante las pruebas realizadas con éxito en el buque.
Zhang formaba parte de un equipo del National Key Laboratory for Vessel Integrated Power System Technology, el mismo laboratorio al que se atribuye el éxito más reciente. Forma parte de la Universidad de Ingeniería de la Armada del Ejército Popular de Liberación y es un importante laboratorio naval de Wuhan, Hubei, gestionado conjuntamente por la Armada del Ejército Popular de Liberación y el 712º Instituto de Investigación. El 712º es un instituto de investigación de defensa especializado en energía eléctrica naval dependiente de la China State Shipbuilding Corporation, la empresa estatal que fabrica todos los buques de guerra de China y que fue incluida en la lista de prohibiciones de Estados Unidos en 2021 por el presidente Biden.
Hace veinte años, los dirigentes chinos se dieron cuenta de que la energía naval, necesaria en grandes cantidades para sensores, interferencias, redes y armas, incluidas las electromagnéticas, era un cuello de botella en el desarrollo de una armada moderna. Además, los países extranjeros que disponían de los sistemas avanzados que China necesitaba le habían prohibido importarlos
Para superar este cuello de botella, se creó el Laboratorio Nacional Clave en 2007, con el fin de forjar avances en electricidad y electromagnetismo naval. Está dirigido por el contralmirante Ma Weiming, delegado del Congreso Nacional del Partido y experto en «tesoros nacionales» que ha sido alabado por sus avances en la generación de electricidad a bordo de buques y en la tecnología de catapultas electromagnéticas.
Lu Junyong, el científico del laboratorio mencionado en el artículo del SCMP, dirige el «Equipo Nacional de Innovación en Armas Electromagnéticas» del laboratorio y lleva años trabajando con Ma en la tecnología de lanzamiento electromagnético.
De hecho, un perfil de Lu indica que él y Ma han estado trabajando juntos en algunas de estas cuestiones generales durante los últimos 20 años, incluso antes de que se creara formalmente el laboratorio. Y durante al menos una década, Lu ha estado trabajando en el problema del desgaste y el fallo de los cañones que, según se dice, confundía a los investigadores estadounidenses.
Aunque los cañones de riel suelen acaparar los titulares, este laboratorio ha logrado avances en una amplia gama de aplicaciones eléctricas y electromagnéticas para los buques de guerra de la Armada del Ejército Popular de Liberación. Por ejemplo, la investigación del laboratorio sobre tecnología de lanzamiento electromagnético también se ha aplicado al desarrollo de catapultas electromagnéticas para la creciente flota de portaaviones del PLAN. El portaaviones más nuevo del PLAN va a estar equipado con una catapulta electromagnética derivada de la investigación realizada por este laboratorio, lo que convierte a China en el segundo país con esta avanzada tecnología.
Además, el laboratorio ha logrado avances en la nueva generación de energía eléctrica naval. Por ejemplo, el desarrollo por parte del laboratorio de un sistema integrado de energía de corriente continua de media tensión, también conocido como propulsión totalmente eléctrica de corriente continua de media tensión, va a permitir que los buques de guerra más nuevos del PLAN, como el portaaviones Tipo 003, el helitransportador de desembarco Tipo 076 y el destructor Tipo 055, lleven lo último en armamento electromagnético y láser, así como sistemas avanzados como sistemas integrados de radiofrecuencia.
La investigación del laboratorio también se ha transferido a industrias civiles estratégicas a través de la política china de fusión civico-militar. Su tecnología de corriente variable se ha usado para desarrollar microrredes inteligentes, y un inversor eólico de accionamiento directo rompió supuestamente el monopolio extranjero sobre esta tecnología, reduciendo sustancialmente el precio. Su investigación energética ha llevado a la creación de una central eléctrica inteligente para puestos militares remotos en el Mar de China Meridional.
Aunque aún está por ver si la Armada china puede desarrollar un cañón de riel a escala real, producirlo a gran escala e integrarlo en sus buques de guerra, es obvio que en los últimos años ha realizado avances constantes en una tecnología de inmensa importancia militar que EEUU ha abandonado . Además, un programa más amplio sobre la energía eléctrica a bordo de los buques puede resultar aún más trascendental, al permitir la integración de todo tipo de armamento y sistemas electrónicos avanzados para los buques de guerra chinos.
Fte. Defense One (Matt Bruzzese y Peter W. Singer)
Matt Bruzzese es analista principal de lengua china para BluePath Labs.
Peter Singer es Senior Fellow de New America, profesor de la Universidad Estatal de Arizona y socio gerente de Useful Fiction LLC.