El jefe de pruebas de armas del Departamento de Defensa está preocupado porque el carro de combate M1 Abrams se está volviendo demasiado pesado. El tanque, que comenzó con menos de 60 toneladas, ahora pesa 73,6 toneladas.
Décadas de mejoras, grandes y pequeñas, han hecho que el M1 sea menos móvil y más difícil de mantener.
El informe anual de pruebas y evaluación del Departamento de Defensa advierte que la última versión del carro de combate M1A2 Abrams del Ejército de EE.UU., que pesa más de 70 toneladas, podría ser difícil de transportar al campo de batalla. También dice que su peso hace que sea difícil de recuperar si es dañado por armas enemigas.
El informe del Director de Operational Test and Evaluation (DOTE) del Pentágono consiste en un resumen anual de los problemas a los que se enfrentan los últimos sistemas de armas del Ejército. El informe también cubre las mejoras de las armas existentes, y la edición de este año destaca los esfuerzos para mejorar el M1 Abrams.
El informe, según Defense News, dice que las últimas actualizaciones del carro «aumentaron el peso del vehículo y aumentaron los problemas de recuperación y transporte».
El M1 Abrams está en servicio desde principios de los años ochenta. La primera versión pesaba 58 toneladas en orden de combate, lo que se consideraba excesivo incluso entonces. Su principal adversario en aquella época, el carro T-72 de la Unión Soviética, pesaba 44,5Tn. A pesar de su peso, el motor de turbina de gas Avco Lycoming AGT-1500 del M1 tenía una potencia de 1.500 caballos, lo que daba al Abrams una relación potencia-peso de 21,2 caballos por tonelada.
El Abrams es el carro de combate más longevo de la historia del Ejército. Los anteriores intentos de sustituirlo fracasaron, y ahora se prevé que el M1 siga en servicio hasta 2030 o más allá. A medida que las amenazas, en particular los misiles antitanque, se hacen más comunes y potentes, el Ejército ha reforzado el Abrams para garantizar su supervivencia en el campo de batalla.
Una de las primeras actualizaciones consistió en el cambio del cañón principal M68 de 105 milímetros, por el de mayor potencia M256 de 120 milímetros de fabricación alemana que se emplea en la actualidad. En la década de 1990, el M1 Abrams ganó varias toneladas con la adición de uranio empobrecido superpesado a la estructura del blindaje. Otras mejoras, como los generadores de energía, la electrónica y las ametralladoras por control remoto, han añadido aún más peso.
Según el DOTE, el M1A2SEPV3 se comporta bien, cumpliendo la misión que se le asigna «en 19 de 20 misiones de las pruebas operativas a las que se le sometió». ¿El problema? Las mejoras, que le convierten a la última versión SEPV3, que elevan su peso a la friolera de 73,6 toneladas.
Las actualizaciones «introducen problemas de idoneidad», dice el informe. «El aumento de peso limita la transportabilidad táctica del tanque. El M1A2 SEPv3 no puede ser transportado por los actuales vehículos de recuperación, puentes tácticos o transportadores de equipo pesado. Las tripulaciones tuvieron dificultades para manejar el equipo suministrado por el gobierno».
Las mejoras del V3 incluyen la generación y distribución de energía, la compatibilidad con la red de mando de combate conjunta, la Next Evolution Armor, la reducción de la vulnerabilidad a los artefactos explosivos improvisados, un enlace de datos digital que permite a las tripulaciones programar la munición y la incorporación de una unidad de energía auxiliar bajo el blindaje.
Por sí sola, la adición de un sistema «active protection system» diseñado para detectar y derribar cohetes y misiles entrantes aumenta el peso del tanque en 2.000 kilos, señala Defense News.
Fte. Popular Mechanics
Sé el primero en comentar