El programa de investigación del Ejército británico Mounted Combat Systems tiene como objetivo mejorar la movilidad de los vehículos militares de ruedas, mediante nuevas tecnologías y enfoques de diseño, que satisfagan los futuros requisitos operativos más allá de 2030.
Tomar decisiones rápidas e informadas es vital en el campo de batalla, pero ser capaz de actuar con rapidez lo es igualmente. Si bien los vehículos de ruedas aventajan a los orugas en lo que respecta a la calidad de la conducción, la velocidad, la fiabilidad y la eficiencia del combustible, tienen como contrapartida la menor accesibilidad al terreno.
Sin embargo, estas ventajas se producen a costa de una menor accesibilidad al terreno. El UK Defence Science and Technology Laboratory (Dstl) y la empresa de defensa QinetiQ están trabajando en opciones de vehículos blindados sigilosos que sean más ágiles, más móviles, más eficientes y más fáciles de desplegar para más allá de 2030.
El director técnico del Dstl, William Suttie, explica a Global Defence Technology: «Hay dos objetivos dentro de mi investigación: «En primer lugar, lo que buscamos es cómo hacer que la máquina funcione a gran velocidad, es decir, que se mueva rápidamente, que tome muchas decisiones muy rápidas. Por otro lado, este proyecto se centra en el aspecto de la movilidad», por lo que se pretende mejorar la movilidad operativa y permitir mayor velocidad de desplazamiento sin dejar de ser seguro.
Suttie explica: «Estudiamos la transmisión eléctrica por buje, que ofrece mucha flexibilidad en cuanto al diseño de la suspensión, por lo que nos pusimos a trabajar con QinetiQ para ver cómo podíamos aprovecharla en una solución novedosa».
El resultado es un sistema de vehículo terrestre de 8×8, alimentado por baterías y actualmente pilotado a distancia, llamado Mobility Test Rig (MTR). Sin embargo, es probable que el vehículo completo tenga que ser híbrido, teniendo en cuenta el peso adicional que soporta una plataforma terrestre. Todas las ruedas tienen un par motor individual, la capacidad de girar y el accionamiento del buje puede ampliar o reducir la distancia entre las ruedas y modificar la altura de la suspensión.
«No sólo hemos conseguido una suspensión de largo recorrido, sino que puede girar, lo que ofrece enormes ventajas para la movilidad», explica Suttie.
«El vehículo puede entrar en lo que llamamos un modo de permanencia de la flotación, en el que se mueve de forma similar al de un cangrejo. Cada rueda sigue una pista diferente, de modo que no se atasca».
El concepto podría aplicarse en vehículos dentro de unos cinco años, inicialmente en vehículos de infantería ligera. Algunas de las tecnologías MTR podrían aplicarse en vehículos terrestres sin tripulación (UGV), pero el concepto está dirigido a futuras plataformas de hasta 40 toneladas.
El concepto MTR permitirá alcanzar velocidades de 100 km/h, lo que puede ser peligroso fuera de la carretera si no se toman las precauciones adecuadas. El principal reto al que se enfrenta el equipo del proyecto es cómo alcanzar altas velocidades de forma segura. Suttie cree que el sistema de control es el área en la que el equipo debe centrarse más.
«Ya tenemos la suspensión activa y los sensores en la parte delantera del vehículo que observan las aletas del remolque», explica. «Esos sensores también podrían usarse para evitar colisiones. Y como tenemos una transmisión eléctrica, se puede controlar el par en cada rueda, lo que permite su vectorización».
Esta tecnología se emplea habitualmente en los coches de rally para maximizar la capacidad de dirección.
«Cuando el MTR va a gran velocidad, el sistema lo detecta y baja la altura de la suspensión y el centro de gravedad del vehículo, de modo que es menos susceptible de volcar», dice Suttie.
El amplio abanico de sensores instalados en el sistema podría facilitar la conducción autónoma. Sin embargo, Suttie cree que la conducción totalmente autónoma fuera de la carretera sería difícil de conseguir dada la falta de marcas viales y bordillos que los sistemas civiles pueden utilizar para navegar. Pero el MTR podría llegar a tenerlo cuando las condiciones lo permitan.
El Dstl empezó a experimentar con soluciones de movilidad similares hace cinco años, pero no a trabajar con QinetiQ hasta 2019. Suttie dice que los socios podrían haber optado por una solución de suspensión más sofisticada, pero el MTR proporciona flexibilidad operativa sin ser demasiado complejo.
«Observen el automóvil de Hyundai. Tiene muy buena pinta, pero nunca funcionaría en un contexto militar. En este ámbito se requiere algo robusto y este [MTR] tiene una suspensión de doble horquilla bastante sencilla que se articula de forma inteligente», añade Suttie.
Como siguiente paso del proyecto, la suspensión recibirá una articulación eléctrica y el MTR tendrá un sistema de control completo implementado. La investigación actual finaliza en marzo y el equipo está estudiando las siguientes etapas en estrecha colaboración con el Ejército británico.
Suttie afirma: «Probablemente dentro de unos dos años empezaremos a construir una plataforma de demostración de tamaño completo de unas 25 toneladas».
Explica que ese es el peso en el que se pueden abordar todos los posibles riesgos y desafíos sin que sea demasiado pesado y se comprometa la rentabilidad. Los soldados británicos podrían tener experiencia práctica con el sistema en unos cuatro años.
La supervivencia y la protección del MTR se basarían principalmente en la gestión de las firmas en lugar del blindaje pesado. El Dstl ha realizado varios experimentos, algunos de ellos en un entorno sintético, que han abierto nuevas opciones de supervivencia.
«Lo que estamos descubriendo es que, si aprovechas su agilidad y su baja firma, puedes detectar al enemigo sin que él te detecte a ti y enfrentarlo. Consideramos que la protección activa es una especie de «pull-back-home», de modo que si las cosas van mal tienes una protección extra», explica Suttie.
El accionamiento modular del buje consume el 20% menos de combustible y reduce las emisiones proporcionalmente. Suttie afirma que el uso de la transmisión eléctrica es una situación en la que todos ganan desde el punto de vista de la capacidad.
«Reduce la carga logística, proporciona potencia de exportación, funcionamiento más suave, un sistema más potente y es bueno para el medio ambiente», añade.
«Este proyecto no consiste simplemente en mejorar los vehículos de ruedas, sino que les ayuda a cambiar su forma de operar, a tener la capacidad de desplegarse rápidamente con una plataforma estable y fiable».
Fte. Defense Systems