Tal y como avanzó Margarita Robles, la titular de la cartera de Defensa, en su última comparecencia ante la Comisión de Defensa del Congreso a finales de febrero, este mes de abril se ha hecho realidad la firma del contrato con Navantia para la construcción de las cinco fragatas que contempla el programa F-110 de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) por un valor total de 4.317 millones de euros.
Juan Pons.
Lo que no había anticipado la ministra es que la Orden de Ejecución ‒la denominación oficial del contrato‒ sería suscrito con el astillero público tan solo seis días antes de la celebración de las elecciones generales.
La ceremonia formal que oficializa el comienzo en breve fechas de la fase de construcción de las nuevas fragatas españolas tuvo lugar en la sede central del ministerio de Defensa y estuvo a cargo del recién nombrado subdirector general de Adquisiciones, coronel de Intendencia de la Armada Alfonso Torán, el director de Operaciones y Negocios Gonzalo Mateo-Guerrero y la directora Comercial y de Desarrollo de Negocio, Sofía Honrubia, ambos de Navantia, con la presencia del secretario de Estado de Defensa, Angel Olivares, el Director General de Armamento y Material, almirante Santiago Ramón González y por la presidenta del astillero estatal, Susana de Sarriá.
Por el contrario, lo que sigue en espera es la firma del contrato entre Defensa y la compañía Hisdesat Servicios Estratégicos que debe dar paso a la nueva relación entre la administración y el propietario y operador de los nuevos satélites de comunicaciones seguras Spainsat NG-1 y NG-2, que deben relevar a los dos actualmente en servicio.
Considerado por el propio secretario de Estado como “el mayor programa europeo de fabricación de satélites gubernamentales”, el contrato se viene demorando desde hace meses, aunque fuentes próximas a Hisdesat y al ministerio de Defensa han confirmado a APTIE que la documentación para materializar la firma “está en sus últimos pasos del procedimiento administrativo” y que el contrato se suscribirá “en las próximas semanas”.
Como gran programa naval español del siglo XXI, la nueva generación de fragatas F-110 supone la puesta en marcha el concepto Astillero 4.0 ‒cuyo coste no contempla en contrato‒, que Navantia desplegará en sus instalaciones de Ferrol, que agilizará los procesos de gestión y la puesta en marcha de sistemas de control y simulación integrados, además de emplear de forma amplia la fabricación aditiva e impresión 3D.
Todas las F-110 montarán el sistema de combate bautizado SCOMBA desarrollado por Navantia, el cerebro del buque que integra todos los sensores de superficie como, por ejemplo, el radar banda S y el lanzador vertical de Lockheed Martin, el sistema de misiles de defensa aérea SM-2 de Raytheon, los sistemas de guerra electrónica y de identificación amigo/enemigo (IFF) de Indra y los sistemas de guerra antisubmarina y sonares de SAES.
La mayor parte de los sensores y antenas de comunicaciones están ubicados sobre un enorme mástil denominado “integrado” ‒una de las caracterizas visuales de las fragatas F-110‒ y sus potentes plantas propulsoras incorporan motores híbridos más silenciosos y eficientes.